El Institut d'Estudis de l'Autogovern (IEA), organismo de investigación que asesora al ejecutivo en el desarrollo del autogobierno, ha alertado al Estado que no revisar el modelo de financiación de Catalunya puede tener "consecuencias graves" en las finanzas, y que, a su vez, esta inestabilidad financiera puede llevar a un descontento de la ciudadanía y la demanda de cambios en la organización territorial. Así lo detalla el instituto en el informe del autogobierno del 2023, que el director del organismo, Joan Ridao, ha presentado este jueves en un acto donde también se ha celebrado el 40.º aniversario del IEA. El texto, de más de 400 páginas, constata que el modelo de financiación autonómica actual "no se está cumpliendo como se pactó", y a modo de ejemplo, señala que la revisión quinquenal todavía no se ha llevado a cabo a pesar de estar prevista en la ley. El president de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, también ha participado en el acto y ha insistido en la necesidad de negociar un modelo de financiación singular para Catalunya.

El modelo actual "no es favorable a Catalunya"

El informe del IEA señala que según los datos de la liquidación del 2021, el modelo actual "no es favorable a Catalunya y tiene muchos defectos", entre los cuales enumera la insuficiencia financiera, ya que hace más de una década que no se ajusta la financiación de acuerdo con los factores socioeconómicos; la falta de autonomía tributaria, el incumplimiento del principio de ordinalidad, de manera que los ingresos que el sistema de financiación proporciona a la Generalitat no se corresponden con su capacidad fiscal; y la falta de lealtad institucional del Estado. El IEA destaca este último punto como la principal causa del fracaso del modelo. "El esfuerzo invertido en el diseño de la cesta tributaria y de un eficaz mecanismo de nivelación puede ser en vano si los responsables de aplicarlo no actúan con lealtad y transparencia", avisa. Además, advierte que la inestabilidad financiera puede afectar a la calidad de los servicios ofrecidos por el Govern, y que esto puede generar un malestar entre los ciudadanos, y contribuir a una demanda de "cambios profundos", no solo en relación con la fiscalidad, sino en relación con el modelo de organización territorial.

Aragonès ha reivindicado una vez más la propuesta presentada por su partido para negociar con el Estado un nuevo modelo de financiación "propia, singular, específica" para Catalunya que permita avanzar hacia la "soberanía fiscal", descartando soluciones que tengan que ver únicamente con el incremento de las finanzas por parte del Estado. "La Catalunya de los 8 millones no puede funcionar con la financiación de la Catalunya de los 6 millones", ha remachado. Por otra parte, ha celebrado que en la última legislatura, el Gobierno asumiera que el conflicto catalán nace de un "choque de legitimidades", hecho que representa un "punto de partida común" para negociar el futuro de Catalunya.

Ridao cree que el Estado vive una "doble crisis constitucional"

Ridao ha advertido que el Estado vive una "doble crisis constitucional". La primera, generada por el independentismo catalán, y la segunda, "entre todos los poderes del Estado" a causa de los "excesos de la derecha judicial" en cuestiones como la aplicación de la amnistía. En este sentido, ha augurado que España vira hacia "un Estado autonómico ejecutivo" en que el gobierno central y el Congreso se encargan de legislar y las comunidades principalmente ejecutan lo que ya se ha legislado, todo eso, además, en un contexto de infrafinanciación. Con respecto al autogobierno, el informe del IEA constata, a partir de los datos de los barómetros del CEO, que hay una "amplia mayoría" de la población que no está satisfecha con el actual encaje de Catalunya en España y que encuentra que el nivel de autogobierno actual es "insuficiente". En cuanto al apoyo a la independencia, este se ha "estabilizado" entre 2020 y 2023, con entre un 41% y 44% de partidarios, hecho que supone una "cierta bajada" con respecto a los años más intensos del procés, pero no supone un retorno a niveles previos al 2012.