El 12 de octubre de 2023 ha dictado sentencia: aclamación al rey Felipe VI y abucheos contra Pedro Sánchez, a quien no perdonan que esté negociando la amnistía con el independentismo catalán para sacar adelante la investidura. En un desfile militar del 12-O de alto voltaje político, los sectores más arrebatados se han hartado de entonar el ya célebre "Que te vote Txapote" o el clásico "Sánchez dimisión", mientras que tampoco se han olvidado de recordar a Carles Puigdemont que su destino tiene que ser la prisión. Este año el paseo del ejército español ha cambiado de ubicación -en la plaza de Neptuno- y eso ha hecho enfadar los que tenían ganas de gritar. De poco ha servido el llamamiento del Gobierno a no convertir este festivo en "la fiesta del insulto"

🔴 Desfilada y manifestaciones 12-O, DIRECTO | Última hora del Día de la Hispanidad 2023

En primera fila de las vallas y entre los más encendidos, la sensación y el griterío ha sido propia de un campo de fútbol una vez se han dado que cuenta que ha llegado el presidente del gobierno en funciones. En aquel momento, los insultos se han elevado a la máxima expresión, en una coral polifónica que ya se ha convertido en un ritual en contra de los presidentes españoles de izquierdas. La lista de insultos es larga y diversa: "Vete a Waterloo, hijo de puta," "traidor", "cobarde", "España no te quiere". Los improperios han subido de nivel hasta el punto que alguien ha tenido que parar los pies a los más exaltados exigiendo contención y recordándoles que, entre la gente, había niños.

 

Uno de los enojados ha sido Vidal, madrileño de 65 años, que ha afirmado a ElNacional.cat que "tenía ganas de salir" a la calle el 12-O después de años de no hacerlo. ¿Por qué? "Estoy mucho preocupado por la amnistía y el referéndum". Eso sí, los asistentes han salvado de la crucifixión al rey Felipe VI, a quien le atribuye un "papel complicado" y a quien aplaude que "respete la Constitución". El monarca ha designado a un candidato a la investidura que está negociando con Junts y ERC y, en este contexto, y aunque se especulaba se llevaría algún silbido, el clamor ha sido aplaudir la presencia bajo gritos de "Viva España!" y "Viva el rey!". El jefe de Estado sale indemne de la Fiesta de la Hispanidad.

Abrigada por una bandera española de grandes dimensiones, Olga, de 64 años, se ha mirado el desfile de pie y encima de un banco para tener más campo de visión. Tiene la mosca en la nariz con Sánchez, a quien acusa de "vender España" para "pactar con quien quiere dividir España". "Es un psicópata y está pactando una amnistía anticonstitucional", afirma esta madrileña, que lleva gafas de sol. Además, confía en que Felipe VI haga "algún gesto" al recordar que su objetivo es "salvaguardar la unidad de España".

 

Ubicación antipitadas

El primer desfile de la Princesa Leonor como cadete será recordado por el cambio de ubicación. La tribuna con las autoridades se ha instalado en la plaza de Neptuno, donde el Atlético de Madrid celebra sus títulos, cerca del Congreso de los Diputados. La localización escogida ha molestado al público porque han hecho notar que quedaban bastante lejos de las autoridades. "Nos han alejado y estamos a 500 metros. Por poco nos envían al Sáhara...", dice con sorna Vidal, minutos antes que empiece el paseo. Históricamente, la muestra militar se ha hecho en el paseo de la Castellana, donde hay más espacio.

La escasa visibilidad que tenían del punto caliente de la jornada ha hecho que muchos optaran por seguir la acción a través de las pantallas de sus móviles, a pesar de la poca cobertura que había por la acumulación de gente. "Se ve mejor desde casa", ha sentenciado una pareja de Lanzarote que se ha desplazado a Madrid expresamente con motivo del 12-O.

Los móviles han sido la alternativa para seguir el desfile militar / Foto: Jaume Vich

Si bien a primera fila el ambiente era hostil contra Sánchez, dando un paso atrás la tensión bajaba decibelios. Se han podido ver turistas descolocados por el ruido de la exhibición aérea y un grupo de vendedores ambulantes que despachaban banderas españolas, que valían entre 4 y 5 euros en función del tamaño. A su lado hemos encontrado a Víctor, de 67 años, mucho más tolerante con Pedro Sánchez y sus planes. "Hay que encontrar un equilibrio entre negociar y ceder a todo", dice en referencia a la amnistía, a la que se abre a pactar "si es por el bien del país". De hecho, relativiza los abucheos contra el presidente español en funciones al entender que es bueno que sienta "un poco de presión" y que vea "el sentir de la ciudadanía".