Preocupación en la conselleria de Interior por los disturbios e incidentes de ayer en varias ciudades de Catalunya y los que pueda haber hoy a raíz de la detención del rapero Pablo Hasél. "La situación en Vic ejemplariza la magnitud de la tragedia" ha dicho Miquel Sàmper nada más empezar su comparecencia después del ataque ayer en la comisaría de los Mossos de Vic.
El conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha comparecido con el portavoz del cuerpo de los Mossos d'Esquadra, Juan Carlos Molinero, para hacer balance de las incidencias de ayer y para pedir que cese la violencia: "Ruego a la sociedad que se manifieste todo lo que haga falta, con el libre derecho a decir y expresarse, pero ruego que las manifestaciones sean pacíficas. La violencia no tiene cabida".
Los disturbios de ayer, más allá de los daños materiales, se centraron en ataques a las líneas policiales, con adoquines, piedras, botellas de vidrio y bengalas, pero también acabaron con unos datos insólitos de 40 locales atacados en Barcelona, 25 saqueos a entidades bancarias y a 15 comercios. Se quemaron hasta 50 contenedores y 20 motos. En Girona se destrozaron dos coches policiales, en Vic la comisaría de los Mossos. Hay 18 detenidos en total, 25 agentes policiales heridos y 30 manifestantes heridos que atendió el SEM.
De cara a hoy se redimensiona el dispositivo para dar cobertura a las concentraciones que vuelve a haber convocadas a partir de las 19 h. Interior no descarta pedir refuerzos a la policía española, como ya hizo con los disturbios postsentencia. "No nos temblará el pulso si hace falta que el CNP o la Guardia Civil hagan un operativo conjunto", ha dicho el portavoz Juan Carlos Molinero.
Los Mossos d'Esquadra se vieron desbordados ayer por los disturbios, aunque habían hecho una previsión de protección en diferentes edificios públicos como sedes judiciales y delegaciones del Gobierno, pero estas manifestaciones "se transformaron de una manera muy rápida", provocando una nula capacidad de reacción. El portavoz del cuerpo, Juan Carlos Molinero, ha admitido que la precipitación de los hechos hizo imposible activar la unidad de mediación, que no se activó antes de las concentraciones.
La policía se confió y el resultado fue una nueva batalla campal en Barcelona pero también graves disturbios en Girona, Lleida y Vic, donde los manifestantes consiguieron asaltar la comisaría de los Mossos. Un grupo de unas 60 personas rompió los cristales y consiguió entrar hasta dentro, acosando a los 10 agentes que había en el interior de la comisaría. Hicieron una pintada que reproducía las últimas palabras de Pablo Hasél antes de entrar en el coche policial: "Muerte al estado fascista".
Sobre el perfil de los manifestantes, son jóvenes de entre 17 y 25 años que viven en la zona de las concentraciones, según datos de interior. Hay 18 detenidos, pero la policía investiga los hechos para poder localizar a "los instigadores" de los disturbios.
Sàmper defiende la libertad de expresión y el derecho a manifestación
El conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha comparecido con un ademán muy serio respecto de otras comparecencias. Los hechos son graves y la preocupación del cuerpo es evidente. Sàmper ha hecho un llamamiento a la paz para poder ejercer los derechos fundamentales y ha hablado de la libertad de expresión como un bien reconocido, haciendo claras referencias al origen de todo, que es la condena al rapero Pablo Hasél. Ha tildado la reacción del poder judicial como un "precepto caduco, rancio y de otra época contradictoria con el momento actual", pero también ha dicho que "la violencia no está amparada ni permitida, no hay ningún pero que la justifique, no está amparada por el derecho a manifestación".
"Defenderemos siempre el ejercicio de los derechos fundamentales pero también la integridad física de los policías, el derecho a la vida y a la propiedad," ha dicho Sàmper sobre los incidentes en Vic. "Con violencia no podemos garantizar los derechos fundamentales", ha dicho el conseller. Y en este contexto ha sido cuando ha hecho un ruego a la ciudadanía para manifestarse pacíficamente porque "la violencia no tiene cabida" y para que la gran mayoría de personas que se quieran manifestar hoy lo puedan hacer con seguridad: "Mi pretensión es que la gente se pueda manifestar pero una sociedad moderna eso lo tiene que acompañar de pacifismo. Tengo la obligación de intentar parar la violencia".
Sàmper ha agradecido la implicación y preocupación de los alcaldes de los municipios afectados y ha anunciado que a lo largo del día de hoy los llamará a todos.