El general retirado Ramón Dávila, en un artículo en su blog, ha exigido una intervención armada en Catalunya para evitar la formación del nuevo Govern, porque, dice, "estamos a punto de perder la patria". Dávila, muy irritado por la toma de posesión de Torra sin ninguna fotografía del rey, argumenta que se tiene que actuar contra un "golpe de Estado declarado". Ramón Dávila es nieto del general Fidel Dávila, uno de los generales golpistas que dio apoyo a Franco en 1936 y que participó en la ofensiva contra Catalunya. Fue recompensado con el Ministerio del Ejército y con un marquesado. Ramón Dávila se muestra muy orgulloso de su abuelo y protestó airadamente porque la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, cambió de nombre la calle "general Dávila" y la rebautizó con el de "Max Aub".
No queda nada de España
Contra la "pasividad"
Ramón Dávila alega que la Constitución establece que las Fuerzas Armadas tienen que defender "la integridad territorial y el ordenamiento constitucional" del Estado español. Pero según el general mientras "las cosas cada vez se ponen más feas", con "españoles enfrentados", no se actúa. El problema, según él, es que "aquí no manda nadie, tampoco obedece nadie, ni se cumple ni te hacen cumplir, solo con Hacienda". "No queda nada de España", apunta el general ultraderechista.
Torra y Torrent han bombardeado Catalunya
Las bombas catalanas
Para justificar una intervención militar, Dávila alega que Torra y Torrent son "espadones" que "han bombardeado Catalunya" y que sus "bombas han penetrado en las más vitales entrañas españolas".
¿Dictadura?
Al general le parece intolerable que haya un president de la "Generalidad", "golpista" y "ultranacionalista" (aunque su blog es una muestra clara de elogio a los golpistas de 1936 y del ultranacionalismo, con elogios incluso al colonialismo en el Sáhara, "tan español". Dávila afirma que en Catalunya se ha implantado "una dictadura": "No hay libertad para pensar libremente, para hablar, para estudiar, para poner un negocio", afirma. Y dice que "Allí manda el que tiene en una mano el membrete y en la otra la denuncia por español". Lo "demuestra" con las palabras del juez Llarena: "Me miran siete veces en cada esquina".
Se empieza dialogando...
El precedente de Kosovo
El general muestra una clara eurofobia al afirmar que "Europa odia a los que se defienden". Se declara escandalizado por la independencia de Kosovo y teme que el reconocimiento europeo a la república balcánica sea un precedente para Catalunya. Apunta a que "se empieza dialogando con los golpistas" y se acaba "legalizando este poder". Ante lo que califica de "emergencia nacional", hace un llamamiento a usar "los dispositivos legales", ya que "el poder tiene recursos para todo".