El caso de corrupción de Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha vuelto a sacudir el panorama político. Al estallar el caso, Ayuso denunció que estaba siendo víctima de una persecución política, "desde hace cinco años cada día me pasa una cosa parecida", afirmó. Las reacciones de su gobierno no se han hecho esperar: amenazas, mensajes intimidatorios e incluso la difusión de bulos. La primera amenaza se produjo por parte del jefe de gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, que amenazó e insultó a una periodista de elDiario.es. El digital más tarde confirmó que se trataba de mensajes a su directora adjunta, Esther Palomera. Después de publicar que la pareja de Ayuso había cobrado más de dos millones de euros en comisiones por contratos de mascarillas, el digital recibió una serie de WhatsApp: "Os trituraremos. Tendréis que cerrar. Que os den. Idiotas", escribió Miguel Ángel Rodríguez. Ella preguntó "¿es una amenaza"?. Su respuesta: "es un anuncio".
Versiones contradictorias
Sobre esta conversación, Rodríguez afirmó que él y su interlocutora han discutido "mil veces, unas por escrito y otros sin escritos" y que no podía esperar que "una disputa con una amiga fuera noticia" y que el Gobierno "saliera en tromba" a pedir su cese. Por su parte, Ayuso defendió que se trataba de una conversación entre "dos personas que tienen una relación de confianza de más de treinta años que discuten por WhatsApp". El testimonio de Esther Palomera es totalmente contrario, en una entrevista en la Cadena SER este lunes aseguró que "no tengo esta relación de confianza con Miguel Ángel Rodríguez y quien haya estado interesado en el tema ha podido leer lo que he publicado este lunes, relatando cómo es mi relación, estrictamente profesional con Rodríguez". Palomera detalló que en los últimos 5 años han comido 4 veces juntos en el marco de la relación político-periodista. Y sentenció "lo único que hay es un cargo público amenazante a un medio por publicar información veraz".
"Periodistas encapuchados"
Después de las amenazas, Ignacio Escolar, director de elDiario.es denuncia que el jefe de gabinete de Ayuso ha hecho llegar a varios medios de comunicación informaciones falsas en las cuales acusa periodistas del citado diario de intentar allanar la casa de Ayuso. Varios medios publicaron que unos periodistas "encapuchados" habían intentado asaltar el domicilio de la presidenta madrileña este lunes en torno a las 20:00 horas. El diario asegura que es una información falsa y que están estudiando medidas legales contra todas las publicaciones que se han hecho eco de esta información sin contrastar su veracidad. "Acusarnos de asaltar viviendas de manera violenta y encapuchadas, como si en lugar de un diario fuéramos un grupo terrorista, es lo último que me podía imaginar que viviría como director de eldiario.es. Demuestra también su nerviosismo: que la información que estamos publicando es muy incómoda para la presidenta de Madrid", ha escrito Ignacio Escolar. En concreto, el mensaje que envió el jefe de gabinete de presidencia de la Comunidad de Madrid relata que: "empleados de eldiario encapuchados intentaron acceder a la casa de la presidenta. Nunca se ha visto esta intimidación en democracia".
Eldiario.es ha detallado que antes de publicar la información sobre la pareja de Ayuso, uno de sus periodistas visitó la zona donde residen tanto Ayuso como Alberto González. Según explican, el periodista se identificó en todo momento como redactor del medio y preguntó a algunos vecinos en la calle si la pareja ocupaba unos o más pisos en el edificio, pero que nunca se adentró en el edificio.
Acusación de acoso
La farsa sobre la entrada de periodistas en el domicilio de Ayuso, no ha sido la única intimidación orquestada por el gobierno de la presidenta madrileña. Este martes la Comunidad de Madrid volvió a enviar una información falsa a varios medios de comunicación con la intención de intimidar a periodistas de El País, difundiendo sus nombres y su imagen. El gobierno de Ayuso acusa a los dos periodistas que trabajaban en la calle buscando información sobre la pareja de haber acosado a vecinos del edificio. Los dos periodistas fueron identificados por un policía mientras trataban de encontrar información sobre una supuesta obra ilegal en el domicilio de Ayuso y González.
Miguel Ángel Rodríguez ha admitido este miércoles, en declaraciones El País, que filtró los datos de los periodistas a través de un chat de periodistas. "Han estado asediando a los vecinos de la presidenta, incluido niñas menores de edad, en un acoso habitual en dictaduras", escribió. Rodríguez ha admitido que "es una conversación personal. No es una cuenta de la Comunidad”. En su mensaje, Rodríguez indicó el nombre y apellidos de los dos periodistas y una imagen cenital de los dos mientras investigaban y apuntó “han estado acosando a los vecinos de la presidenta, incluido niñas menores de edad, en un acoso habitual en dictaduras”. “Todo se ha denunciado a la Policía Nacional, pero el delegado del Gobierno amparará estas actuaciones”, añadió.
Los datos personales de los periodistas se enviaron al director general de seguridad de la Comunidad y después difundidos por el equipo de Ayuso a los medios, que según el diario "han distorsionado los hechos, sin ninguna verificación, acusando falsamente a los reporteros de acoso a menores". En este sentido, han denunciado que "los datos de cualquier persona identificada por las fuerzas de seguridad son confidenciales y, por lo tanto, no pueden ser facilitados a terceros ni, por descontado, divulgados en la prensa".
A la propagación de estas falsas acusaciones se ha sumado el secretario general del Partido Popular de Madrid, Alfonso Serrano, quien a través de una publicación en X ha culpado a periodistas de "acosar a vecinos, niños incluidos."
Periodistas acosando a vecinos, niños incluidos. Periodistas tapados tratando de colarse en casas ajenas. Está pasando. Contra Ayuso todo vale.
— Alfonso Serrano (@SerranoAlfonso) March 19, 2024
Pero oye, la salud de la democracia y la libertad de expresión está en una bronca de WhatsApp.