Bajo un ambiente enrarecido ha empezado lo que tenía que ser la segunda vuelta de la investidura del candidato de JxCat, Jordi Turull, después de que este viernes fuera encarcelado de nuevo en Estremera. El juez Pablo Llarena ha alterado el calendario político, enviándolo a la prisión junto con cuatro diputados más, hecho que ha llevado al presidente de la cámara, Roger Torrent, a suspender la sesión de investidura. De todos modos, sin embargo, se ha celebrado una sesión, que ha servido para poner en evidencia la anormalidad democrática que viven las instituciones catalanas y que ha servido de homenaje a todos los presos políticos y exiliados.
En la tribuna parlamentaria había la mujer y las hijas de Jordi Turull por las que se ha hecho una fuerte ovación, en la que no han participado los partidos unionistas, poniendo de manifiesto una vez más la división de la cámara catalana. Especialmente, relevante ha sido la indiferencia que ha mostrado la líder de Ciutadans, Inés Arrimadas. Además, el Partido Popular ha rechazado participar en la sesión parlamentaria tras considerar que el pleno era "un fraude de ley" por no haber sido desconvocada la sesión de investidura como tal y haber convocado un pleno extraordinario.
El independentismo dice basta
Los tres partidos independentistas, JxCat, ERC y la CUP, han pronunciado un discurso emocional en recuerdo a los presos políticos y exiliados y muy duro contra la represión del estado español. En su discurso, el diputado Quim Torra (JxCat) ha interpelado lo que ha llamado "bloque del artículo 155". Y les ha preguntado: "No se angustian por la deshumanización con la que se enfrentan a lo que está pasando?". Además, les ha dicho que, si fueran ellos los que fueran perseguidos por sus ideas, tendrían su apoyo.
Por parte de ERC, ha hablado el portavoz Sergi Sabrià de que ha denunciado que con los nuevos encarcelamientos "el Estado va escupir en la cara de dos millones de catalanes". Ante estos hechos, Sabrià ha querido lanzar una advertencia también a los demócratas españoles y les ha instado a escoger entre "el Estado o la democracia". "Quieren ganar en los tribunales lo que perdieron, una vez más, en las urnas", ha continuado Sabrià, avisando que "la democracia en el Estado español ha quedado definitivamente suspendida y no hay espacio posible para ninguna equidistancia".
Finalmente, la diputada de la CUP Natàlia Sànchez ha interpelado directamente a los unionistas: "Cómprense un espejo y verán el rostro desfigurado de la deshumanización, el rostro humillante de todas las indecencias posibles y los restos humeantes del Estado de Derecho". Además, ha acusado a Llarena de prevaricar y ha asegurado que lo que se está haciendo es "un golpe de estado". "El estado de golpe no acepta los resultados de unas elecciones impuestas por ellos", ha reprochado.
Los partidos independentistas también han querido evidencia los nuevos encarcelamientos y exilios con más lazos amarillos al pleno, para ocupar los escaños de los compañeros represaliados. Así, en los ya habituales lazos para recordar al presidente Carles Puigdemont, exiliado, y Oriol Junqueras, encarcelados en Estremera desde casi cinco meses, ahora hay que sumar el de los consellers Jordi Turull y Josep Rull, desde este viernes de nuevo en Estremera, y el de Marta Rovira, exiliada en Suiza.
PSC y comunes piden mayorías amplias
Con sus matices, el PSC y los comunes han reclamado construir mayorías amplias para superar la situación político actual. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha calificado de "desproporcionados" los encarcelados y ha pedido una solución política que incluya "anchísimas mayorías". En este sentido, ha considera que la situación por la que está pasando Catalunya es la "más relevante de la democracia desde 1981" y ha pedido ponerse de acuerdo para "avanzar en los caminos del diálogo". Iceta ha pedido recuperar las instituciones de autogobierno, a pesar del apoyo de su partido a la aplicación del artículo 155.
En un tono mucho más duro contra el Estado se ha expresado el líder de los comunes, Xavier Domènech, que ha considerado que "se están juzgando ideas, no hechos" y que "no hay ningún tipo de justicia sino la voluntad de apartar líderes políticos y sociales de la vida pública". Lo ha dicho, mientras leía fragmentos del auto del juez Pablo Llarena. Domènech también ha pedido de amplias mayorías contra la represión, pero también contra la aplicación del artículo 155, y ha exigido un frente democrático que vaya desde la CUP hasta el PSC y desde Òmnium Cultural hasta Comisiones Obreras. "La causa de la libertad y la democracia nos tiene que reunir en todos desde una anchísima generosidad", ha defendido.
"Han perdido, han fracasado"
Por contra, la presidenta del grupo de Ciutadans, Inés Arrimadas, ha reprochado a los independentistas que habían sido avisados de qué no podían saltarse las leyes y ha asegurado que, en cambio, se pensaban que "vivían en la impunidad y la inmunidad". En este sentido, ha pedido a los grupos soberanistas que reflexionen y que acepten que "han perdido, han "fracasado". Además, Arrimadas ha criticado a los políticos catalanes en el exilio, porque ha asegurado que "hay personas que no pueden huir" como los autónomos o las "familias rotas". En estos sentido, ha acusado a los independentistas de hablar en mi del "pueblo de Catalunya", "excluyendo la mitad" de la sociedad.
El PP ha abandonado el hemiciclo y, por lo tanto, no ha hecho ningún tipo de declaración.
Después del pleno, que no ha tenido votación de investidura por la ausencia del candidato encarcelado, ha acabado con una declaración institucional hecha por el presidente del Parlament, Roger Torrent, donde ha reclamado un frente común contra el autoritarismo de Rajoy.