Iván Redondo, era la persona clave que estaba tras Pedro Sánchez cuando llegó en la Moncloa. El hombre que desde la sombra había guiado buena parte de sus decisiones clave. Era el nombre imprescindible en todas las salsas y al teléfono al cual había que llamar. Su peso en la Moncloa llegó a ser tan grande que la sombra en que se movía fue sustituida por los focos del personaje todopoderoso en que se convirtió. Demasiado. Tanto que incluso, Sánchez decidió un buen día que ya era suficiente. Y decidió prescindir de él.
De aquella experiencia, ha salido un libro, Moncloa. Iván Redondo. La política o el arte de lo que no se ve, escrito por el periodista Toni Bolaño. Esta noche se ha hecho la presentación del libro en Barcelona y sólo con observar a las personas que había entre el público en la sala de la Casa del Libro se podía entender el peso del personaje.
Seguían el acto en la Casa del Libro los consellers Jaume Giró y Joan Ignasi Elena; los presidents José Montilla y Artur Mas; el presidente del grupo parlamentario del PSC, Salvador Illa; el vicepresidente de Junts y exjefe de gabinete de Carles Puigdemont, Josep Rius; el exjefe de gabinete de Oriol Junqueras Raül Múrcia; el expresidente del Parlament Ernest Benach; el expresidente los populares Alberto Fernández Díaz y la exdiputada popular Esperanza Garcia... Toda la plana mayor del Grupo Godó con su presidente al frente, Javier Godó, y el presidente del grupo Planeta, Josep Creuheras.
Redondo ha repartido algunas de sus recetas. Ha defendido lo ha descrito como el reencuentro total con Catalunya y ha advertido que "no puede haber un reencuentro total sin el president Puigdemont". En este punto, sin embargo, ha advertido que también Puigdemont tiene que dejar claro que está del lado de la solución y no del lado del problema.
Ha aconsejado arriesgar en política porque "si haces lo de siempre consigues lo de siempre". Ha apostado por una reforma de la Constitución y ha driblado los intentos de la periodista Laura Rosel, que ha presentado el acto, para hurgar en su etapa en la Moncloa. De hecho, ha optado por proyectar sus reflexiones sobre la situación que vive el PP, para advertir que el modelo ganador es el líder de líderes y que no cree en el hiperliderazgo. Ha asegurado que creía más en ideas que en ideologías y más en personas que en partidos. Y el abanico de políticos independentistas que seguían la intervención, buena parte de los cuales ha citado para recordar la vinculación que han mantenido los últimos años, se ha convertido en el mejor testimonio de sus palabras.