Hace dos semanas que fue escogido senador por Junts per Catalunya por Girona. Hace catorce meses que fue detenido en Alemania donde viajaba acompañando a Carles Puigdemont. Este martes el empresario y amigo íntimo del president, Jami Matamala, ha vuelto a casa, a Girona. A las siete pasadas de la mañana ha salido de Waterloo, donde se ha despedido de quien durante más de un año ha sido su familia, el presidente Puigdemont, con quien ha convivido todos los días. En el aeropuerto de Girona la expectación ha sido inmensa.
En la terminal lo esperaba su familia y amigos, entre los cuales la esposa de Puigdemont, Marcela Topor, además de una nutrida representación de dirigentes políticos, entre los cuales el vicepresidente del Parlamento Josep Costa, el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, la exconsellera y ahora diputada Laura Borràs o la número dos de ERC en las europeas, Diana Riba. Además, decenas de personas anónimas que han respondido al llamamiento de la ANC con carteles y esteladas de bienvenida. Muchos de ellas no las tenían todas de que la policía no le detuviera una vez en tierra. El único visiblemente tranquilo, Gonzalo Boye. A la hora prevista, las diez y media de la mañana, se han abierto las puertas de "Salidas". Él, emocionado, ha agradecido el apoyo y ha repartido sentidos abrazos, mientras los asistentes coreaban su nombre, el de Puigdemont y cantaban Els segadors.
Con la emoción todavía a flor de piel, la prensa le ha asaltado para pedirle sus primeras sensaciones. "Es un sentimiento agridulce", ha confesado Matamala, "porque he vuelto yo solo y todavía hay presos y exiliados". Preguntado por qué le ha dicho Puigdemont cuando se han despedido, ha explicado que le ha dado cartas para todos los presos, y las entregará tan pronto como pueda.
El amigo fiel y entregado
La semana pasada ya obtuvo la credencial como el único senador gerundense después de que los servicios legales de JxCat la recogieran a la Junta Electoral. Ahora, sin embargo, tiene que formalizar los trámites pendientes.