Primer acto de campaña de Jaume Collboni. Después de su salida del gobierno municipal de Barcelona capitaneado por Ada Colau hace ahora diez días, el socialista ha participado este jueves en un acto organizado por la 22@Network, la asociación empresarial que reúne las principales actividades económicas de este distrito barcelonés. El lugar escogido no ha sido casual: Collboni se ha alzado, y así lo ha recordado durante su intervención, en uno de los principales defensores del proyecto 22@. La intención, de cara al futuro, es ampliarlo para conseguir un millón de metros cuadrados en oficinas y generar 60.000 puestos de trabajo en un sector "que generar puestos de trabajo cualificados". Pero su modelo también aboga por convertir el distrito en un auténtico barrio de Barcelona, con 17.000 viviendas nuevas, 12.000 de las cuales serán de protección oficial para así poder conseguir un espacio con "mixtura de usos". "Hacemos una ciudad de oportunidades y habitable, una ciudad para trabajar y vivir".
Es el modelo que el alcaldable socialista, que tendrá el reto el próximo 28 de mayo, y por tercera vez, de ganar las elecciones municipales, ha puesto sobre la mesa a lo largo de la hora y media de acto. Ante un público variado, con presencia de figuras del mundo económico, pero también del tercer sector, del sindical y del político. Y en una mesa compartida con el histórico del nacionalismo catalán y exsecretario general de Convergència Democràtica de Catalunya, Miquel Roca. El abogado de profesión fue también concejal en Barcelona durante la última legislatura del siglo pasado, y ha decidido acompañar Collboni este martes atendiendo a su vínculo que es también personal. El socialista no ha evitado transmitirle su estima y fijarlo como uno de los "sénior de la política" que consulta regularmente.
La herencia de uno de los padres de la Constitución se ha hecho notar en el discurso del dirigente del PSC en Barcelona. Por una parte, por su defensa de construir puentes. Collboni ha reivindicado la necesidad de "generar pactos y consensos" y rebajar los decibelios de la política. Una idea que ha gustado mucho a Miquel Roca, y que el socialista ha querido llevar más allá subrayando el ejemplo de cómo el PSC ha conseguido llegar a un acuerdo con el Govern de la Generalitat para los presupuestos este mismo miércoles. "Si Salvador Illa sin ser presidente y Jaume Collboni sin ser alcalde han conseguido todo eso para Barcelona y Catalunya, ¿qué conseguirán cuando lo seamos?"?, ha lanzado.
Y la influencia convergente también se ha puesto de manifiesto con la voluntad del socialista de generar complicidades con el tejido empresarial. "Barcelona tiene que dar oportunidades", ha defendido, apostando también para "liberar las energías" del mundo económico. En este punto, sin embargo, algunas divergencias con el nacionalista catalán, porque Collboni ha recuperado la experiencia del 2017 para defender la necesidad de recuperar todas aquellas empresas que se marcharon de Catalunya por el procés. Y también, como socialista, ha reivindicado su particular visión de ciudad "socialdemócrata", palabra que ha utilizado en varias ocasiones. "Somos amigos de la actividad económica y de la prosperidad", ha explicado. "Estamos a favor del crecimiento económico y de la iniciativa privada en la ciudad, para después poder hacer una redistribución de esta riqueza".
Dardos a diestro y siniestro
A pesar de centrarse en explicar su modelo de ciudad, Collboni no ha podido evitar reafirmarlo en contraposición a las apuestas de sus rivales. Por una parte, contra su excompañera de gobierno municipal, la alcaldesa Ada Colau, sin hacerlo explícito, pero alegando que Barcelona no ha sido al nivel en los últimos años por el contexto político y también por su "liderazgo". "Hemos perdido oportunidades en parte por la falta de determinación y liderazgo de la ciudad", ha remachado. Y también contra dos de sus otros principales rivales, en una carrera para la alcaldía que se prevé en cuatro (y que de momento no se le pinta demasiado bien para el socialista): Xavier Trias y Ernest Maragall. Contra ellos, el ataque se ha centrado en su carácter independentista y ha sido breve, pero nítido: "En Barcelona hay que generar confianza. Con un alcalde que sea independentista, esta confianza no se generará".