Jaume Giró (Badalona, 1964) dio el salto a la política en mayo del 2021 cuando se incorporó al Govern de Pere Aragonès de la mano de Junts. Dejaba atrás una carrera en el mundo de la empresa y la banca para asumir la conselleria de Economia i Hisenda, lo cual lo convirtió en uno de los fichajes estrella del nuevo ejecutivo de coalición. Después de conseguir aprobar el presupuestos del 2022 dentro del plazo por primera vez desde el 2010 y con el impulso, entre otros proyectos, de un fondo para cubrir los avales de los líderes independentistas ante el Tribunal de Cuentas, Giró se ha convertido en uno de los valores en alza de Junts y inquilino habitual de las quinielas de posibles candidatos a la presidencia de la Generalitat. En una entrevista con ElNacional.cat, el exconseller apunta los condicionantes que marcarán su decisión al respecto, entre los cuales, la situación del partido. De momento, sin embargo, asegura que se dedica a "escuchar al país", atendiendo peticiones de las agrupaciones comarcales y alcaldables del partido, i "pisando territorio".
Abandonó la actividad privada por la vida política. ¿Dónde está ahora?
Después de 30 años dedicado a la vida privada dije que sí a ser conseller de Economia y entré en primera línea política, en el trabajo más importante y exigente que he hecho. En este momento tengo la impresión de que tengo que continuar en esta vida política, como mínimo durante un tiempo, porque me fui con una sensación de trabajo inacabado y no me gusta dejar las cosas a medias.
¿Su nombre aparece constantemente como un posible candidato de Junts a la presidencia de la Generalitat, estaría dispuesto a asumir este papel?
En este momento estoy haciendo vida de partido desde la ejecutiva de Junts. Cuando llegue el momento de decidir sobre la candidatura de Junts a la presidencia de la Generalitat habrá los procedimientos establecidos en el partido, en este caso, unas primarias. En aquel momento, que todavía no es hoy, una decisión tan importante como esta, dependerá de cómo yo vea al país, cómo vea a mi familia y cómo vea al partido. En función de todo eso irá la decisión.
Junts tiene que volver a ser el partido hegemónico, que ocupe la centralidad política del país y aspire de verdad a gobernar Catalunya y ser decisivo en Madrid
Hace tres meses Junts abandonó el Govern, y usted se mostró contrario a hacerlo. ¿Cómo ve el partido ahora?
Acostumbro a decir siempre aquello que pienso. Dije que creía que era mucho mejor continuar en el Govern. ERC había generado una situación que llevaba a que Junts tuviera razones objetivas para salir del Govern, pero aun así, para Junts, era mucho mejor continuar en el Govern. A veces, te tienes que tragar sapos, asumir contradicciones. Cualquier gobierno asume contradicciones; uno de coalición, más. En la política se trata de ocupar todos los espacios posibles de poder político, recursos económicos y visibilidad mediática para trasladar tu programa, tu modelo de país, y poder así cumplir con el mandato con los electores. Creía que era mejor continuar en el Govern. Lo sigo pensando. Pero eso ya ha pasado. Tenemos que pasar página, continuar adelante y gestionar lo mejor que podamos para que Junts vuelva a ser el partido hegemónico, que ocupe la centralidad política del país y aspire de verdad a gobernar Catalunya y a ser decisivo en Madrid. Este es el partido fuerte, útil y eficaz, que espero que sea Junts y que, poco a poco, vamos construyendo entre todos.
¿Junts tiene que apoyar a los presupuestos de Pere Aragonès?
Junts ahora está en la oposición. Cuando estábamos en el Govern hicimos lo que teníamos que hacer. Ahora estamos en la oposición y es lógico y legítimo que Junts pida aquello que cree que tienen que ser los presupuestos, de acuerdo con el modelo de país que defendemos. Eso es lo que hemos hecho, desde el primer momento hicimos un documento de 50 puntos de mejoras para el bienestar y el progreso económico de Catalunya. En base a este documento se ha negociado con ERC.
ERC aunque intenta colonizar el espacio de centro moderado soberanista no tiene credibilidad para hacerlo
¿Y cómo están las negociaciones?
En algunas cosas hemos avanzado y en otras, no. Al final no se trata tanto de si hay 7 o 8 puntos que estás de acuerdo, sino si el conjunto del documento se acepta o no. Está claro que ERC tiene un modelo de país muy diferente de lo que representa Junts. Y eso tendríamos que intentar dejarlo muy claro. El modelo de país de ERC se parece mucho más al de los comuns o al de la CUP que al de Junts. Probablemente por eso les es mucho más fácil llegar a acuerdos con los comuns y, cuando toca, con la CUP, que con Junts o con el PSC. Eso es porque ERC aunque intenta colonizar el espacio de centro moderado soberanista no tiene credibilidad para hacerlo. El modelo de país que defienden desde el punto de vista de bienestar de las personas, avance económico, progreso de las empresas, grandes proyectos de país, infraestructuras básicas... es diferente al de Junts.
ERC no tiene un gobierno del 80%, sino 33 diputados. Les hacen falta humildad y cultura de gobierno
En cualquier caso, ERC necesita los votos de Junts o PSC para los presupuestos. Y el Govern apela a la responsabilidad de estos grandes partidos subrayando que es muy importantes que se aprueben. ¿Qué tiene que hacer Junts?
Estoy de acuerdo en que la oposición tiene también un grado de responsabilidad, pero la responsabilidad mayor es siempre del gobierno. En cualquier país del mundo. Hay medidas que no han tenido una respuesta positiva por parte del Govern de ERC, referentes a actualizar los módulos de apoyo a la escuela concertada, temas fiscales para ayudar a la clase media trabajadora, medidas para aliviar el impacto de la inflación en las familias y ayudas a las empresas intensivas en consumo de energía. De esta manera es muy difícil que podamos acordar presupuestos. Cuando uno tiene no un gobierno del 80% -que eso es una frase de marketing político que no existe más allá de esta retórica- sino del 21%, con 33 diputados, tiene que hacer un ejercicio de humildad e intentar llegar a un acuerdo. Por la manera como negocian los presupuestos, parece que se hayan creído su propio marketing. Les hace falta -y mucho- humildad y cultura de gobierno. Lo que no hará Junts en ningún caso es dar apoyo a unos presupuestos que no representan mínimamente el modelo de país que necesitamos para el 2023, que será un año muy complicado.
Junts defenderá unos presupuestos de acuerdo con el modelo de país que tenemos, que no es el de los comuns ni el de la CUP
El Govern dijo este martes que a Junts se les había aceptado una cincuentena de propuestas. Por lo que usted dice es insuficiente...
Es del todo insuficiente. No es tanto cuántas, sino que en las fundamentales, no estamos de acuerdo. O al menos no hemos tenido una respuesta positiva hasta ahora del gobierno de ERC. Si eso cambia a las próximas horas, magnífico; si no, Junts hará aquello que tiene que hacer que es defender unos presupuestos de acuerdo con el modelo de país que tenemos, que no es el de los comuns ni el de la CUP, sino un modelo que cree en el progreso económico y social, y en los empresarios, autónomos y clase media trabajadora. Llegar a un acuerdo siempre depende de dos, no solo de uno.
El Govern argumentaba que estos presupuestos los impulsó usted...
Eso duró unas semanas. Todo el mundo sabe perfectamente que aquellos presupuestos cambiaron, el Govern cambió completamente el ámbito de competencias, y poco después se llegó a un acuerdo con los comuns, ¡qué casualidad! En este momento los presupuestos no tienen nada que ver con los que yo dejé hechos.
¿Qué pronóstico hace? ¿Cree que se aprobarán con el voto del PSC?
Es difícil hacer pronósticos, pero estoy convencido de que el mes de febrero se aprobarán los presupuestos con el apoyo del PSC.
ERC acaba de pactar los terceros presupuestos con Pedro Sánchez, a cambio básicamente de cuestiones extrapresupuestarias
No obstante el PSC también exige puntos que el Govern no acepta, como los proyectos del Hard Rock, el Quart Cinturó o la ampliación del aeropuerto. El ejecutivo argumenta que son extrapresupuestarios.
En primer lugar, me ha sorprendido mucho que ERC ahora vaya a toda prisa para llegar a un pacto con el PSC, cuando ya dije desde el principio que el 23 era un año muy complicado y que lo mejor sería un acuerdo de amplio espectro, sin cerrar la puerta al PSC. En aquel momento a ERC le pareció un escándalo. Dijeron que no, perdieron mucho tiempo, y ahora tienen mucha prisa a pactar. En segundo lugar, en cualquier negociación de presupuestos se acuerdan temas extrapresupuestarios y los que más tendrían que saberlo es ERC. Esquerra acaba de pactar los terceros presupuestos con Pedro Sánchez a cambio básicamente de cuestiones extrapresupuestarias. Porque todo eso del delito de sedición y la malversación no está en ninguna partida presupuestaria, evidentemente. Ellos saben que eso se ha hecho siempre. Proyectos como Hard Rock o la B-40, también están en el documento de Junts. Son infraestructuras básicas para que el país avance.
No es lo mismo prorrogar presupuestos con un gobierno fuerte y sólido que hacerlo con 33 diputados
¿Qué pasaría si ERC no consiguiera aprobar los presupuestos? El Govern asegura que no afectaría a la legislatura...
Mi humilde pronóstico es que se acabarán aprobando con el PSC y que no tardarán mucho en anunciarlo. Si no es así, no es lo mismo prorrogar presupuestos con un gobierno fuerte y sólido que hacerlo con 33 diputados. Nunca es bueno prorrogar, pero con un gobierno de 33 diputados todavía hará las cosas más difíciles, dejará más en evidencia la fragilidad de Govern. Todo se ralentizaría y el principal perjudicado serán los ciudadanos.
Pero las dificultades en el Parlament ya existen ahora. La portavoz de Junts, Mònica Sales, cuestionó en una entrevista a la agencia Efe la viabilidad del ejecutivo de Aragonès después de constatar las 91 votaciones que ERC ha perdido en el Parlament. ¿Cuál tiene que ser el papel de Junts?
Una vez tomada la decisión de salir del Govern, estamos en la oposición. Lo que tiene que hacer Junts es reforzarse y prepararse para gobernar Catalunya; sacar un gran resultado en las municipales e intentar ser el partido que gane las elecciones; reforzarse como partido útil, al servicio de la gente y las empresas, para volver a ser el partido hegemónico de Catalunya. Un partido político se debes a los ciudadanos, toda esta política pequeña de declaraciones y contradeclaraciones es aburrida y cansa a todo el mundo. Nosotros tenemos que mostrarnos como un partido que tiene un programa para el país, que sabe a dónde va y como llega. Catalunya tiene una serie de valores, la cultura del esfuerzo, la responsabilidad individual, la excelencia en el trabajo bien hecho, la actitud constructiva, dialogante... que son la base del país y lo que Junts representa mejor que nadie.
¿Sin embargo, la dinámica política catalana obliga al pacto, con quien se siente más cómodo negociando con Pere Aragonès o con Salvador Illa? ¿Quién considera que es un socio más fiable?
El modelo de país que representa ERC ya he dicho que es el de los comuns y, por lo tanto, me siento muy alejado. A nivel de personas, con todo el mundo se tiene que hablar. Lo he hecho siempre. No puedo entender la visión que a veces se tiene de que no se debe negociar nada con Madrid, que no se tiene que pactar. Es evidente que se tiene que dialogar. No conozco ninguna otra manera de avanzar que no sea dialogar, negociar y pactar; y cuando más poder tiene el otro, más tienes que negociar. ¿Con quien tienes que negociar si no? Junts tiene una inequívoca e irrenunciable vocación soberanista, estamos convencidos de que lo mejor sería que Catalunya fuera un estado independiente de Europa, pero mientras eso llega lo que la gente de la calle quiere es que avancemos todo aquello que podamos, no una situación de bloqueo.
Aragonès aguantará todo lo que pueda en el Palau de la Generalitat, no habrá elecciones hasta de aquí a mucho tiempo
¿Cuál tiene que ser el papel de Junts? El diputado Joan Canadell se mostró a favor de apoyar a una moción de censura del PSC contra Aragonès en caso que fuera para convocar elecciones...
Estaba claro que si salíamos del gobierno no habría elecciones inmediatamente, porque el president Aragonès aguantará todo lo que pueda en el Palau de la Generalitat, y a medida que pasen los meses, se demostrará que no habrá elecciones hasta de aquí a mucho tiempo. Y, por lo que respecta a una moción de censura técnica yo no creo en ella ni creo que sea posible. Es un ejercicio técnico de laboratorio. No me imagino al PSC, ganador de las elecciones en Catalunya, pactando una moción de censura. Se necesita un candidato, que lógicamente lo propondría al PSC. No solo eso, tienes que formar gobierno. ¿Y después qué? ¿Lo desmontas todo para ir a elecciones? Lo veo como un ejercicio teórico pero que no es viable.
El independentismo está profundamente dividido. Quien más ha sufrido esta retórica de la unidad independentista ha sido Junts
¿Ante esta situación en qué ha quedado el 52% de voto independentista que surgió de las elecciones de febrero del 2021? ¿Qué ha sido de aquella supuesta unidad independentista?
Lo primero que tenemos que decir al ciudadano es que la unidad independentista no existe. Prácticamente no ha existido nunca, y este es uno de los principales problemas que tenemos. Veo un profundo resentimiento, fruto supongo de muchas trifulcas previas. Hoy por hoy, no es que no haya unidad, sino que hay una división. El independentismo está profundamente dividido. Cuanto antes lo asumamos antes podremos trabajar con realismo y mirando al futuro. Quien más ha sufrido esta retórica de la unidad independentista ha sido el espacio político que representa Junts. Por defender e ir alimentando y cuidando la unidad independentista, hemos ido perdiendo el modelo de país que representamos, el modelo que ha transformado Catalunya los últimos 30 años. Por intentar mantener este espejismo de la unidad independentista. Uno de los días más tristes para mí fue el último 1-O, por los silbidos a personalidades, por los cuales tengo admiración y estima personal, cuyo independentismo está fuera de cualquier duda. ¡Se les silbaba, se les regañaba! Me dolió mucho.
El procés no ha acabado, pero nadie puede pensar que la independencia es un objetivo inmediato
¿Ha acabado el procés, como dice el presidente español, Pedro Sánchez, parafraseando a l'exsecretario general de Junts Jordi Sànchez?
El procés no ha acabado, en el sentido que no hemos alcanzado el objetivo de la plena soberanía del país. Lo que no es realista hoy es defender la independencia como un objetivo inmediato. Nadie puede pensar que es un objetivo inmediato en este momento. Pero creo que el presidente Pedro Sánchez se equivoca y confunde sus deseos con la realidad. De la misma manera que la gente ha aprendido todas las lecciones que se tenían que aprender desde el 1-O del 17. Y eso no es gratis. Han pasado muchas cosas y la gente lo tiene muy claro. La inmensa mayoría de independentistas no han dejado de serlo, pero es evidente que ven una realidad que no es la que ellos creían en octubre del 17. Hace falta ir adelante y esperar una ventana de oportunidad y trabajarla para que este país pueda tener el máximo bienestar posible.
Lo cierto es que Catalunya ha dejado de ser un problema para España. ¿Eso es gracias a la habilidad de Sánchez o a la incapacidad del independentismo?
El Estado ve que la situación es diferente. En parte porque el Estado dedicó todo el aparato, todo, los servicios de espionaje -en el 2012 Alícia Sánchez Camacho ya le decía a José Manuel Villarejo que me siguiera porque yo era un peligroso independentista; en el 2012-, la policía, la Guardia Civil, jueces, el poder ejecutivo, el poder mediático... Todo ha ido contra el procés soberanista, desde el momento en que vieron que reunía una masa crítica y podíamos conseguir aquello que nos proponíamos. Y lo que sí que estoy seguro es que ellos sí que lo volverían a hacer. Tan pronto como vean que aquí volvemos a intentar emprender un nuevo procés democrático y pacífico para poder ser un estado, el Estado español lo volverá a hacer sin ningún tipo de escrúpulo y sin ningún tipo de manía, y con el aplauso de la mayoría de gente poderosa de Madrid. Sin renunciar a la aspiración, tenemos que saber cómo hacerlo la próxima vez.
Junts está en una fase de construcción, fortalecimiento, cohesión...Por fin empezamos a hablar más de los problemas de la gente que de nosotros
Usted es miembro de la ejecutiva de Junts, un partido que ha vivido desde que se creó una vida interna agitada. ¿En qué situación están ahora?
Todos los partidos tienen una vida agitada. Y más cuando un partido tiene un momento de conmoción con la salida de un gobierno, eso siempre genera más ruido. Hoy veo al partido en una fase de construcción, fortalecimiento, cohesión.. Creo que por fin empezamos a hablar más de los problemas de la gente que de nosotros. Ha habido momentos en que Junts quizás se ha centrado demasiado en hablar de temas particulares e internos de partido. Eso lo estamos superando, que es lo que tenemos que hacer como partido con vocación de gobierno y de servir a todos los catalanes, piensen lo que piensen.
¿Usted es turullista o laurista?
Las etiquetas te limitan. No creo en ellas. Somos una familia amplia, con matices, porque todos los partidos grandes tienen diversidad en sus puntos de vista, y Junts no es la excepción. En todos hay diversidad y matices. Pero yo no me defino ni en un sentido ni en otro. He dado el paso a la política para servir al país y ayudar en todo lo que pueda a Junts.
Borràs sabrá en función de cómo sea la sentencia lo que tiene que hacer
¿Cree que Laura Borràs podrá mantener la presidencia del partido si es condenada en el juicio que empezará próximamente contra ella por fraccionamiento de contratos?
Primero, tenemos que pedir para Borràs igual que para cualquier persona la presunción de inocencia. Veremos cómo va el juicio, y cómo van las cosas. Hemos estado semanas hablando de la derogación de la ley de sedición, de los retoques de la malversación... Algunos parece que no se dan cuenta de que el problema no son las leyes. El problema son los jueces. Incluso Pedro Sánchez se ha dado cuenta de ello. Por lo tanto, lo que espero es presunción de inocencia, que sea un juicio justo, y a partir de aquí ella sabrá en función de cómo sea la sentencia lo que tiene que hacer.