Luis Rubiales maniobró para minimizar el beso no consentido que le dio a Jenni Hermoso durante la celebración del Mundial que ganó la selección femenina española en 2023. En la primera jornada del juicio en la Audiencia Nacional, en el que está acusado de agresión sexual y coacciones y se enfrenta a una pena de dos años y medio de cárcel, han declarado las tres primeras testigos: Jenni Hermoso, que ha reiterado que no autorizó el besoPatricia Pérez, la jefa de prensa de la selección femenina, y Ana Álvarez, la exdirectora de fútbol femenino. Y Patricia Pérez ha relatado un episodio que tuvo lugar en el despacho del entonces presidente de la Federación Española de Fútbol en el que Rubiales la presionó para que diera una versión de los hechos manipulada para intentar exculparlo. Todo ello se remonta a los días posteriores al beso: en su primer día de vacaciones, Patricia Pérez recibió una llamada de Enrique Yunta, el subdirector de Comunicación de la RFEF, para decirle que tenía que ir “urgentemente” a la sede la Federación para declarar en el Departamento de Integridad. “Y me dice que, para agilizar los tiempos y que solo tenga que llegar y firmar, me va a enviar preguntas y respuestas. Cuando las recibo, veo que hay cosas que ni he visto, no sé si son reales y no quiero que vayan relacionadas con mi firma”, ha proseguido. “¿En qué estaba usted en desacuerdo con esas respuestas?”, le ha preguntado la fiscal Marta Durántez. “Ponía cosas como que yo había hablado con Jenni Hermoso y ella le había quitado hierro al asunto, cuando yo no había tenido ningún tipo de conversación con ella ni después del beso ni en ningún momento”, ha contestado.

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Posteriormente, Patricia Pérez editó las preguntas y fue en coche a las Rozas, donde está la sede la RFEF. Una vez allí, Enrique Yunta le comunicó que la quería ver Luis Rubiales y le adelantó que le pediría que llamara por teléfono a Jenni Hermoso y Alèxia Putellas alegando su “buena relación”, algo que ella rechazó de plano. Cuando entró al despacho del entonces presidente de la RFEF, en el que en trece años como trabajadora de la Federación no había estado nunca, no vio a Miguel García Caba, el director de Integridad: “Empiezo a ver que a lo que yo iba no es la idea que yo tenía en la cabeza”, ha reconocido. Allí se encontró con Rubiales y siete personas más: Luis de la Fuente (seleccionador masculino), Pablo García Cuervo (director de Comunicación), Enrique Yunta (subdirector de Comunicación), Javier López Vallejo (psicólogo de la selección femenina), Chema Timón (jefe de gabinete de Rubiales) y el padre y un amigo íntimo de la infancia de Rubiales. El entonces director de Relaciones Institucionales, Antonio Gómez-Reino, entraba y salía del despacho. “Desde el momento en el que entré y no estaba el director de Integridad, y estaba el presidente y mis dos superiores, tuve claro que fue una encerrona. 100%, absolutamente”, ha destacado. García Caba, García Cuervo, Yunta, de la Fuente y Vallejo declararán como testigos este martes. Y el miércoles será el turno de Timón.

“El presidente me dice que esté tranquila, que estamos en familia y que le tengo que ayudar”, ha relatado. “Me dice si me importa que lean mis respuestas en alto y van transcribiendo otra vez las respuestas que ya había mandado. Enrique Yunta va transcribiendo lo que le va dictando el presidente que cree que debemos incluir en mi declaración”, ha añadido. “¿Qué le manda cambiar el presidente?”, ha preguntado la fiscal. “Dice que yo añada frases como que Jenni Hermoso le alzó a él y le dio dos cachetadas en el costado. Y yo le digo que es imposible desde mi ubicación en el campo que yo viese nada de eso”, ha replicado. “Aun así, como Enrique Yunta estaba con el ordenador, iba transcribiendo. El problema es que yo terminé de declarar sin saber ni lo que habían escrito en mi declaración”, ha remachado. “Una vez se terminan de leer mis respuestas en alto, ellos se ponen a hablar de otro tema y yo aprovecho para ir al ordenador y leer”, ha añadido. “Y empiezo a editar el texto porque había incluido cosas que el presidente quería poner en mi boca y que yo no había vivido. Firmé la última versión, que se ajustaba un poco más a la realidad”, ha concluido.

 

El director de comunicación escribió un comunicado en “primera persona” para que Jenni Hermoso lo suscribiera

Otro episodio que ha recordado Patricia Pérez tuvo lugar en el autobús de camino al aeropuerto. Recibió una llamada de Pablo García Cuervo, el director de Comunicación, avisándola de que el beso estaba cogiendo una “magnitud grande” en España, señalando que había que “frenar el ruido mediático” y argumentando que lo mejor era que Jenni Hermoso “emitiera unas palabras”. La misión de Patricia Pérez fue localizar a la jugadora. Cuando llegaron al aeropuerto, ambas bajaron del autobús y Pablo García Cuervo, que había escrito un “par de párrafos en el móvil”, se los leyó a Hermoso y después se los dejó leer directamente.

Estaba escrito en primera persona. Le quitaba importancia al beso, intentaba rebajar la intensidad del incidente y lo ponía como algo anecdótico”, ha apuntado a preguntas de la fiscal. Además, Patricia Pérez ha esgrimido que Hermoso bajó con “actitud cansada, como que estaba saturada de la situación” y ha recordado que la jugadora dijo «Es lo último que voy a hacer, haced lo que queráis». “¿[El beso] ponía a la Federación en una situación de crisis?”, le ha preguntado Olga Tubau, abogada de Luis Rubiales. “Estando allí mi director de Comunicación, no era yo quien tenía que valorarlo, yo era un mero peón. Era García Cuervo quien tomaba las decisiones pertinentes”, ha contestado.

La exdirectora de fútbol femenino denuncia una “reprimenda” de Luis Rubiales

En la primera sesión del juicio también ha testificado Ana Álvarez, la exdirectora de fútbol femenino de la Federación. De su declaración, destacan dos momentos. En el autobús de camino al aeropuerto, recibió la “orden en primera persona del presidente” de hablar con el director de Comunicación porque había que hablar con Jenni Hermoso para “sacar un comunicado”. Y ella se acercó a la jefa de prensa, Patricia Pérez, porque Pablo García Cuervo no iba en el autobús: “Me dice que no sabe nada y en ese momento cuervo me manda al teléfono el texto con el entrecomillado, me dice que hay que enseñárselo a Jennifer para tener su aprobación”. Pero como el departamento de Comunicación estaba con ello, ella no volvió a saber nada más. Poco después, cuando paró el autobús, recibió una “fuerte reprimenda” de Luis Rubiales porque no había hablado con Hermoso: “Me reprocha que no he gestionado lo que él entendía que debía gestionar y la orden que me había dado de hablar con Jenni Hermoso sobre el comunicado”, ha verbalizado al ser preguntada por esta cuestión por Olga Tubau.

 

En segundo lugar, en el avión de regreso, tuvo una breve conversación con Jenni Hermoso: “Me trasladó que estaba preocupada porque el presidente le había pedido realizar un video para quitar hierro al asunto. Me dijo que le había dicho que no quería hacerlo y yo le dije que se tranquilizara, que era campeona del mundo y que, sobre todo, no hiciera nada que no quisiera hacer”. “Estaba preocupada e incómoda, no le gustaba la situación”, ha añadido.