El hombre que contrató como imán a Abdelbaki es Satty en la Mezquita Annour de Ripoll lamenta que no conociese sus antecedentes penales cuando lo fichó y que las autoridades no les pusieran en conocimiento de ello. Ali Yassine ha comparecido en la comisión de investigación del Congreso de los Diputados sobre los atentados del 17 de agosto y ha verbalizado cuál fue su relación con Es Satty y las consecuencias que tuvo el 17A en la comunidad musulmana. “Cuando lo contratamos, no teníamos ninguna idea de que tenía antecedentes hasta que pasó lo que pasó. Si lo llegamos a saber, no lo hubiéramos contratado”, ha subrayado. Y ha reconocido que el Estado “tendría que haber informado” a la comunidad musulmana de Ripoll sobre esto. “Le hicimos un contrato, no hubo coordinación entre el Ministerio de Trabajo y el de Interior porque nosotros teníamos un contrato con él. Cuando se enteran de que tiene antecedentes penales, nos tienen que avisar”, ha remachado. Concretamente, Es Satty empezó siendo imán en la Mezquita El Fath hasta que fue contratado por la Mezquita Annour, donde trabajó hasta el mes de junio de 2017. Abandonó El Fath porque “no le pagaban bien” y estuvo en Annour entre “ocho y nueve meses”, según ha relatado Ali Yassine. Dejó de trabajar allí porque quería coger tres meses de vacaciones para ir a Marruecos y no se lo permitieron.
“No sospechamos nada. Dentro del oratorio, el trabajo lo hacía perfectamente. Lo que hacía mal era fuera, escondido. Dentro nunca recibimos ninguna queja, ni él nunca hizo un discurso radical”, ha sostenido Ali Yassine. “Dentro de la mezquita daba la cara buena, pero fuera era un lobo, hacía cosas de diablos y engañaba”, ha añadido. Sobre el proceso de radicalización, ha relatado que los chicos que fueron captados por Es Satty “no tenían conocimiento de árabe y del Corán” y ha apuntado que ese fue el “punto por donde pudo meterse el imán y engañarles”. “¿Por qué no captó a los chicos que tenían conocimiento del islam? No podía porque yo sé lo que dice el islam de verdad”, ha recalcado. Asimismo, ha señalado que las visitas que hizo la policía española a la mezquita antes del 17A se enmarcaron en la normalidad: “Vienen, hacen sus trabajos, nos preguntan si hay algún cambio en la junta, cómo vamos por el pueblo, si hay algún problema, sobre el imán, su nombre y ya está”, ha apuntado. “A mí nunca me vino nadie a preguntar por Es Satty. Cuando vienen, me preguntan por todo en general”, ha precisado.
“El islam no dice que mates a gente en la calle”
Ali Yassine también ha hecho bandera del islam y lo ha desmarcado por completo del yihadismo. “Lo que ha hecho el imán, matar a la gente en la calle, no lo dice el islam”, ha subrayado. “Lo que hizo a nosotros nos afectó mucho. ¿Qué ha podido conseguir? ¿Te crees que con ese acto terrorista se va a convertir la gente de Barcelona, de España, de Europa o del mundo al Islam? Somos todos humanos, lo que trajo Es Satty al islam es una ruina. ¿Qué ha hecho? Ha matado a gente, eso no puede ser, eso no lo dijo el islam nunca jamás”, ha verbalizado. “Los musulmanes no tienen ninguna culpa de lo que pasó. Si matas a uno, es como si has matado a todo el mundo. Como comunidad musulmana, no es nuestra culpa”, ha reiterado.
Y ha tenido unas palabras para las víctimas de los atentados: “Tengo la imagen del niño tres años. ¿Qué ha hecho un niño de tres años para matarlo? ¿Uno que está paseando por La Rambla con la familia y lo atropellas y lo matas? No hay palabras, todavía estamos esperando que alguien nos explique por qué han hecho eso. ¿Qué les faltaba a estos chicos? Estos chicos estaban aquí, tenían trabajo, estaban estudiando, jugaban a futbol y estaban bien. ¿Qué les faltaba para hacer esto? No sé, es lo que estamos esperando. Todavía no hay ninguna explicación, no te lo puedo explicar”, ha expresado.
Un investigador reconoce en el Congreso que Es Satty fue un “impostor hábil y eficaz” que “no levantó sospechas”
Antes que Ali Yassine, ha sido el turno de Fernando Reinares, investigador y exdirector del Programa sobre radicalización violenta y terrorismo global en el Real Instituto Elcano. En su comparecencia, ha hecho una valoración sobre la actuación de los cuerpos policiales y sobre los posibles mecanismos para haber evitado los atentados y ha presentado un perfil de Es Satty. “Desarrolló sus actividades de un modo extraordinariamente hábil, era un paranoico de la seguridad, su liderazgo de la célula estaba muy bien establecido, la jerarquía era muy clara y el modo en que desarrolló y delegó sus funciones revela que era hábil y eficaz y estaba bien adiestrado”, ha detallado. Además, ha puesto en relieve su “cariz de impostor” y de “persona que no levantó sospechas aparentemente en nada del entorno de seguridad y de su entorno social”. “Se mostró muy hábil para engañar a los servicios de seguridad y a su propio entorno social y eso facilitó que los individuos que actuaban bajo sus decisiones hicieran las cosas de un modo particularmente eficaz”, ha añadido.
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Posteriormente, ha verbalizado que Es Satty “nunca dejó de considerarse a sí mismo un yihadista”, tampoco cuando estaba en la prisión de Castellón por una condena por tráfico de drogas, y ha aludido a la “asombrosa eficacia” con la que la célula de Ripoll “desarrolló sus actividades, se financió, buscó un entorno seguro, protegió los preparativos, seleccionó los explosivos, obtuvo los materiales y designó el lugar que había que atacar”, cosa que “contrasta extraordinariamente” con la célula que quiso atentar en Barcelona y que fue desmantelada en 2015. Asimismo, ha hecho referencia a los casos de individuos cuya radicalización “se presume o se conoce”, pero que no han sido condenados por yihadismo, como el caso de Es Satty: “Impidió que apareciera en algunas bases de datos, cosa que revela una carencia que sería importante subsanar”, ha esgrimido.
“La colaboración entre todas las fuerzas de seguridad estaba por debajo del óptimo”
En otro momento de su intervención, ha expuesto tres errores que hubieran podido evitar que los atentados se produjeran. “La colaboración e intercambio entre todas las fuerzas de seguridad con competencias antiterroristas en Catalunya estaba por debajo del óptimo”, ha reconocido Fernando Reinares, que ha defendido la incorporación de los Mossos d'Esquadra en “todo el sistema de los organismos centrales de coordinación”. Y ha añadido que “no existió la debida colaboración ciudadana con la policía por parte de personas que en el ámbito local fueron conscientes en algún momento de la deriva que estaban teniendo los miembros de la célula de Ripoll”. En este sentido, ha pedido “desarrollar una mayor consciencia en la población civil de actividades, cambios de actitudes o signos potenciales externos que pueden facilitar indicaciones relevantes a las autoridades”.

Por otro lado, ha hecho hincapié en que si el “intercambio internacional de información” hubiera sido “más formal”, habría “dado lugar y oportunidad a fijar mucho más la atención en esa persona que estaba en Bélgica y de la que sospechaban acerca de sus actividades”. “Habría permitido acercarse mucho más a este individuo y a su entorno para acceder a lo que estaba ocurriendo”, he señalado. “Es conveniente canalizar las dudas a través de los cauces formales porque si no, podemos estar perdiendo algo en el camino”, ha argüido. “El intercambio informal puede estar muy bien intencionado, pero puede tener sus deficiencias, como no acceder a todos los bancos de datos posibles. Una fórmula más formalizada hubiera permitido introducir mecanismos para que hubiera llegado a prestar una atención mucho más concreta a este individuo”, ha concluido. Sobre el hecho que entre el 11M de 2004 y el 17A de 2017 no hubiera atentados en España, ha destacado que las “pocas tentativas” terroristas que hubo obedecieron a la “reforma de las estructuras de seguridad interior”, al “incremento de las dotaciones de Policía Nacional y Guardia Civil” y a la “creación de un centro de coordinación”.