El responsable de seguridad del rey emérito Vicente García-Mochales fue el encargado de gestionar el pago del viaje de Juan Carlos I a la Polinesia Francesa. Según asegura El Confidencial, este viaje del monarca se pagó con dinero de origen no declarado.

El rey emérito viajó en el 2016 a la Polinesia Francesa con dinero opaco de la Fundación Zagatka, una sociedad instrumental de Liechtenstein controlada por su primo Álvaro de Orleans. Juan Carlos I utilizaba esta sociedad para esconder parte de su fortuna en el extranjero.

García-Mochales envió un correo electrónico desde una cuenta Hotmail a la Fundación Zagatka para que esta asumiera el gasto de los billetes de avión hasta Tahití.

El marido de Corinna

El correo del responsable de seguridad de Juan Carlos I se envió en noviembre de 2015, mientras se preparaba el viaje. Semanas antes, el primer exmarido de Corinna Larsen, Philip Adkins, anticipó unos 32.900 euros para pagar el billete de avión del monarca y de sus 4 guardaespaldas para ir a la Polinesia.

García-Mochales, que se hizo llamar Mochi en los correos electrónicos, utilizó una cuenta de Hotmail para pedir a la secretaria de Álvaro Orleans, Renata de Felice, el pago de los billetes a la Polinesia.

La Fundación Zagatka

Los billetes de avión no se pagaron con los fondos de la asignación de los Presupuestos Generales del Estado para el monarca, ni tampoco a través de la partida correspondiente a la Casa Real. Los billetes se pagaron con dinero que salió de una cuenta al Credit Suisse controlado por la Fundación Zagatka.

Ahora bien, aunque los billetes se gestionaron desde una agencia de Londres, el dinero fue a parar al primer exmarido de Corinna Larsen, Philip Adkins, con quien el emérito tenía una buena relación de amistad.

Varias facturas y correos demuestran que Philip Adkins fue el encargado de adelantar el dinero para comprar los billetes de Juan Carlos I y sus guardaespaldas.

La compra de billetes mediante esta extraña triangulación y con estos fondos puede tener consecuencias legales, apunta el citado medio. Podría suponer un delito de blanqueo de capitales si se acredita el origen ilícito del dinero de Zagatka.