Triste y decepcionado. Es como asegura que está el exlíder de ERC en el Congreso de los Diputados, Joan Tardà, después de que los republicanos hayan anunciado una abstención al dictamen de la ley de memoria histórica que se debate este lunes en la Comisión Constitucional del Congreso y que de momento acumula suficientes apoyos para salir aprobada. "La dirección de mi partido ha decidido no plantar cara a la Ley de Memoria del PSOE, y abstenerse. Tantos años tirando y denunciando la impunidad por parte de tantos afiliados no merecían este final mentiroso blanqueado por nosotros. Éramos la última voz de las víctimas", ha escrito el histórico dirigente republicano a su perfil de Twitter.
La duda de sí ERC se sumaria o no a la ley de memoria histórica ha estado presente hasta primera hora de la tarde. La diputada de los republicanos Carolina Telechea finalmente ha sido la encargada de anunciar la abstención, argumentando que ERC no puede votar a favor porque la norma no se atreve a hacer "verdadera justicia y reparación". La republicana ha lamentado que no se toque la ley de amnistía de 1977 "perpetuando un modelo de impunidad" ni se reconozca la responsabilidad del estado "que se tendría que trasladar a la realidad con indemnizaciones por las causas anuladas por ley y el retorno de todos los bienes robados por el fascismo a sus legítimos propietarios". Así, considera que se quiere aprobar un texto ambicioso simbólicamente, pero muy flojo en la parte efectiva, y por este motivo los republicanos se abstendrán. Esta abstención, sin embargo, no es ni mucho menos suficiente para Joan Tardà, quien durante 15 años ha sido diputado en el Congreso y quien dejó el relevo al frente del Congreso al actual líder en Madrid, Gabriel Rufián. De hecho, en los últimos meses, Tardà había ido a Madrid en reiteradas ocasiones para negociar esta ley.
Junts también se abstendrá en la votación del dictamen, que se tendrá que volver a votar al pleno de la cámara baja, aunque el diputado Joan Pagès también ha criticado que la norma es "insuficiente". "Lo que hay son muy pocos actos de reparación y demasiado retórica y simbolismo", ha afirmado Pagès, que ha pedido que se reconozca la condición de víctima a la nación catalana y el cambio de uso de la comisaría de Via Laietana.
Aprobado en Consejo de Ministros hace casi un año, el proyecto del ley fue aceptado por el Congreso en octubre y un mes después los grupos parlamentarios presentaron sus enmiendas, pero al poco tiempo el Gobierno desistió al no ver apoyos suficientes para sacarlo adelante: a la oposición del PP, Vox y Ciutadans se sumó el rechazo de ERC, que la consideraba insuficiente. Fue el mes de junio pasado cuando el proyecto se sacó del cajón para reactivar la tramitación, una vez que PSOE y Unidas Podemos habían acercado posturas con otras formaciones minoritarias. Así, la Ley de Memoria Democrática superó la semana pasada la fase de ponencia después de introducirse varias enmiendas pactadas con Bildu, PNV, el PDeCAT, Más País y Coalición Canaria.