No se utilizó a los Mossos para favorecer la celebración del referéndum. Eso es el que el conseller Joaquim Forn trasladó al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, a quien también le trasladó que el coronel de la Guardia Civil encargado de coordinar tanto a la policía catalana como a la española, Diego Pérez de los Cobos, dejó colgados a los Mossos el 1-O, según publica La Vanguardia, que saca los audios de la declaración del conseller a la luz.
Los días 29 y 30 de septiembre se había acordado que el 1-O se celebrarían cuatro reuniones operativas convocadas por De los Cobos por el cierre de los colegios, la recogida de urnas y otras cosas que pudieran pasar durante la jornada. "La primera era a las 9 de la mañana. Los únicos al asistir fueron los Mossos. Cuando Trapero le hizo saber a De los Cobos, le dijeron que se habían olvidado de la reunión y que el resto quedaban desconvocadas", se puede sentir al audio.
Forn también insistió en que los Mossos "cumplieron todos los mandatos judiciales y recordó que así ya lo había asegurado cuando tomó el relevo de la Conselleria de Interior en julio.
"El 1 de octubre en ningún momento se preveía que pudiera haber ningún tipo de violencia. Ni la preveía ni podía aceptar que habría ningún tipo de violencia porque era una cosa trabajada, una cuestión que se abordaba por órdenes del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya y con las concurrencia de las policías de Catalunya, el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil," sustentaba Forn.
El conseller también se lamentó de que "para mí fue un error en el contexto político que estábamos viviendo, con la discusión política que había, hacer desplazar de la manera mediática como se desplazaron estas fuerzas de seguridad del Estado".
Dejando el referéndum de lado, Forn también aseguró que la declaración de independencia era "simbólica" y una "declaración exclusivamente política" y admitía que "la interpretación que yo había hecho no era la correcta y, por lo tanto, fue un error mío".
Mientras tanto, el portavoz de JuntsxCat, Jordi Sànchez, se rebeló que el gobierno español le había asegurado que no habría tensión policial durante la jornada y añadía que "estas conversaciones están en mensajes telefónicos guardados". También aseguraba que "no hacían prever en ningún caso lo que pasó el 1 de octubre" porque, además, ponía de relieve que "son conversaciones privadas que a mí me hacían prever que podía haber alguna tensión, podía haber algún altercado pero no lo que pasó el 1-O".