Elisenda Alamany, la portavoz de Comuns, ha dicho que el discurso de Quim Torra representa una oportunidad perdida, pero podría suponer una magnífica oportunidad política para su grupo. Si yo fuera Ada Colau, propondría a Xavier Domènech, en tanto que alcaldesa de Barcelona, que pronunciara el discurso más crítico y contundente de réplica a Quim Torra y, a continuación, anunciara el voto afirmativo de cuatro, solo cuatro diputados Comuns, no tanto para facilitar la investidura de un candidato que no les gusta nada, sino para forzar el levantamiento del 155 que tanto perjudica al país en su conjunto.
Si los Comuns hicieran eso como un gesto de responsabilidad institucional, la alcaldesa de Barcelona aparecería como la salvadora del autogobierno, arrancaría de cuajo el protagonismo político de la CUP en un ámbito de rivalidad y su carrera por la reelección adquiriría un ritmo bastante más acelerado.
No sería necesariamente contradictorio votar al mismo tiempo a favor y en contra de un mismo candidato. Unos expresan el rechazo al programa del candidato y los otros cuatro votan por algo tan prioritario para el país como el levantamiento del 155.
Al fin y al cabo, Xavier Domènech no se ha cansado de pedir gestos para romper el enfrentamiento entre bloques, así que se podría apuntar el primer esfuerzo transversal por recoser el país, dando por sentado que el Govern de Quim Torra no recibiría ningún apoyo más de los Comuns sin que la mayoría soberanista cambiase el chip.
Obviamente, una iniciativa tan audaz recibiría enormes críticas de la derecha española y de la izquierda claudicante, pero eso a Pablo Iglesias ya se lo reprochan cada día en el Congreso y no le tendría que inquietar. Podemos sin una Colau y unos Comuns al alza será muy poca cosa. Es precisamente en el ámbito republicano español donde la izquierda en España tiene más camino para recorrer, dada la renuncia del PSOE a representar sus intereses y sus sueños.