El fotoperiodista Jordi Borràs explica en una entrevista en el diario alemán Telepolis, el riesgo de investigar a la ultraderecha española. "No lo puedo seguir haciendo aquí porque si me atrapan, me matarán", explica. Borràs admite que no puede trabajar con normalidad en el Estado español, y que sólo puede seguir las manifestaciones unionistas desde detrás del cordón policial.
Borràs explica que por ello ha dado un giro en sus investigaciones sobre la ultraderecha española. "No quiero arriesgar la vida, por eso estoy considerando un enfoque diferente a mi trabajo. Me he internacionalizado, he estado en Alemania dos veces, he ido a Italia y he investigado las estructuras nazis allí. Hago más trabajo en el terreno de la investigación que como fotoperiodista. No lo puedo seguir haciendo aquí porque si me atrapan, me matarán", insiste.
El diario pregunta también por el rápido crecimiento que ha tenido Vox en España, y Borràs recuerda que es un partido que, independientemente de su peso, "ha ejercido una influencia masiva en el poder judicial español a través de denuncias constantes". "Aparece como acusación popular en innumerables juicios, también en los procesos de supuesta rebelión contra los políticos catalanes por el proceso independentista. Y Vox a duras penas obtuvo 150 votos en las últimas elecciones en Catalunya", añade.
Según Borràs, el gran éxito de la ultraderecha en España es que ha conseguido imponer sus ideas, "que determinan la política y los medios de comunicación del país, incluso sin ser un gran partido".
La entrevista también repasa la agresión que sufrió Borràs en manos de un agente de policía, y el fotoperiodista afirma que, si no hubiera sido porque había testigos, ahora quizás sería un nuevo caso Altsasu.