Después de más de veinte meses de encarcelamiento preventivo y a la espera de la sentencia del juicio al procés, el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, lo tiene claro: "la prioridad no puede ser hacernos salir de la prisión, ni siquiera que nadie más entre". Así lo asegura en el libro Ho tornarem a fer (Ara Llibres) que este lunes llega a las librerías, y donde hace un llamamiento a no caer en la "resignación" y pide apostar por la desobediencia civil y la movilización ante "la injusticia".
Cuixart también asegura que en ningún caso se plantean pedir un indulto, ya que considera que no tendría "sentido" porque el objetivo "no es salir de la prisión a cualquier precio" sino "resolver democráticamente el conflicto político". "Un indulto sin voluntad de afrontar el problema por parte del Estado sólo revelaría su voluntad de perpetuarlo en perjuicio de las próximas generaciones", añade.
En este punto, asegura que "no han entendido nada" cuando siguen pensando que "la prisión nos hará renunciar a nuestros objetivos políticos", porqué defiende que en realidad "no hace más que fortalecerlos". En este sentido, denuncia que la prisión se utilice todavía en la España del siglo XXI como "instrumento para perseguir y castigar la disidencia política", pero defiende que utilizará su situación "como altavoz" y que no renunciará ni a ser "feliz" ni a "dejar de construir nuestra familia".
#HoTornaremAFer, per amor a la vida. Amb humilitat i tendresa, us compartim un llibre escrit des de la presó. Una crida a l'acció noviolenta i a la desobediència civil a lleis injustes. Esperança contra la por i la frustració pic.twitter.com/gBHzbWtnq8
— Jordi Cuixart (@jcuixart) 7 de juliol de 2019
"Lo volveremos a hacer tantas veces como haga falta"
El libro, escrito el pasado mes de junio desde la prisión de Soto del Real una vez se acabó el juicio, también es una reafirmación de su alegato final, donde defendió que "lo volveremos a hacer". Cuixart asegura que "aunque se nos juzgue por manifestarnos, por expresarnos, por movilizarnos o por votar, estoy convencido de que lo volveremos a hacer" y, además, "tantas vece como haga falta".
Sin embargo, reconoce que "es posible que ahora mismo no sepamos exactamente ni cómo, ni cuándo" pero defiende que el primer paso es "mantener viva la voluntad de no renunciar a volver a hacerlo". "Si lo hacemos juntos y sin dejarnos a alguien por el camino, tenemos muchas posibilidades de salir adelante", añade.
El texto publicado por Cuixart, con prólogo de Jamila Raqib, directora ejecutiva de la Institución Albert Einstein de los EE.UU., es también una clara defensa de la desobediencia civil como un arma para cambiar todas aquellas leyes que se consideran injustas. En este sentido, el presidente de Òmnium recuerda diversas de las luchas que se han conseguido a lo largo de la historia a través de acciones como estas, desde la abolición de la segregación racial hasta la del servicio militar obligatorio, y recuerda que "las conquistas democráticas no las regalan, se ganan plantando cara".
Finalmente, Cuixart defiende que "no hay ninguna excusa para mostrarse equidistante ante la violación de derechos y libertades" y avisa: "si queremos vivir en una sociedad donde la disidencia no sea represaliada, no podemos rehuir el dilema permanente de desafiar las leyes injustas".