Jordi Puigneró Ferrer (Sant Cugat del Vallès, 1974) ha sido protagonista esta semana por su incorporación como número 5 a la lista de Junts en Sant Cugat del Vallès para las elecciones municipales 2023. El exvicepresident del Govern, peso pesado del partido juntaire, vuelve a la política local con el objetivo de contribuir a una victoria electoral en la ciudad del Vallès Occidental, un consistorio del cual ya formó parte entre el 2005 y 2010. A finales de septiembre, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, lo destituyó de la vicepresidencia por no haberle trasladado que Junts estudiaba pedirle que se sometiera a una cuestión de confianza. Unos días después, la formación decidía en una consulta salir del ejecutivo. En este medio año, Puigneró ha acordado dos años más de excedencia de su puesto de trabajo en la empresa IBM —de hecho, después de dejar el cargo de conseller, es incompatible que pueda volver durante un tiempo a un empleo del ámbito de sus últimas responsabilidades políticas—. Durante buena parte de febrero y marzo, ha viajado a América Latina, tiempo que ha aprovechado para reflexionar sobre su futuro político. Jordi Puigneró rompe por primera vez su silencio después de la salida de Junts del Govern en una entrevista con ElNacional.cat.
🗓️ Calendario de las Elecciones Municipales 2023 en Catalunya: cuándo son, fechas clave y candidatos
📝 Candidatos a las elecciones municipales 2023 en Sant Cugat del Vallès: toda la lista
Hace pocos días ha llegado de un viaje largo a América Latina. Durante las últimas semanas, ha estado reflexionando sobre su futuro político. ¿A qué conclusiones ha llegado?
Lo que sigo teniendo claro y tenía claro cuando me marché es que la política en Catalunya, cuando tú eres una persona que defiende la independencia del país, es para toda la vida. La defensa, en este caso, del procés de este país para convertirse en un estado, al menos para mí, siempre estará presente en mis ideales y en mi acción diaria. Otra cosa es que la defiendas desde una perspectiva institucional, profesional o sencillamente, la defiendas en tu día a día como ciudadano. Desde esta perspectiva, continúo al servicio de defender esta idea porque creo que es la única que permitirá que este país pueda progresar como se merece en su futuro. Mientras seamos parte de España, estaremos condicionados por las políticas españolas y, por lo tanto, no podremos sacar todo el potencial que tiene este país.
Esta semana hemos conocido que será el número 5 de la candidatura de Junts en Sant Cugat del Vallès. ¿Qué le ha llevado a dar este paso?
Sí, ha surgido la posibilidad de ayudar al candidato de Sant Cugat a las elecciones municipales. Me propuso ir en su lista para darle apoyo y para ayudarlo a ganar, y es lo que haré por dos motivos. Uno, por responsabilidad con mi partido político. El otro, porque he llegado a la conclusión —en este mes que he estado reflexionando— que la única manera que Esquerra Republicana cambie su estrategia actual de no avanzar hacia la independencia de Catalunya en los próximos años es que no le vayan bien estas elecciones y, por lo tanto, que a Junts le vaya bien. Es decir, que Junts pueda ganar en este caso y sacar más votos que Esquerra, porque eso significará que la gente avala nuestra estrategia y no la de ERC. Ambas son muy legítimas, pero en todo caso yo defiendo la de Junts per Catalunya. Por lo tanto, una manera de contribuir y ayudar al hecho que a las municipales pueda haber una victoria de Junts es colaborar de una forma más estrecha en el proyecto de las locales. Por eso he aceptado la propuesta que me ha hecho el candidato en Sant Cugat. Además, la ciudad necesita un cambio. Hoy gobierna en Sant Cugat un tripartito fallido.
¿Cómo y cuándo se gestó esta incorporación a la lista de Sant Cugat del Vallès?
La decisión la he tomado hace pocos días, cuando volví del viaje. Es verdad que me hicieron la propuesta antes de marcharme y les dije que me lo pensaría. La propuesta me la hicieron tanto el candidato Josep Maria Vallès como el mismo Jordi Turull. Ahora yo tenía previsto hacer este viaje y tomar una decisión cuando volviera. Efectivamente, cuando he vuelto he tomado la decisión de ayudar al proyecto de Junts per Catalunya en Sant Cugat para ganar las elecciones y que Josep Maria Vallès pueda ser el próximo alcalde de la ciudad.
Voy en la lista de Sant Cugat por responsabilidad con mi partido y porque la única manera que ERC cambie su estrategia actual es que no le vayan bien las elecciones y, a Junts, sí
¿Usted será solo concejal en el ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès o también podría estar en la Diputació de Barcelona?
Estamos todavía en una fase que no sabemos cómo irán las elecciones municipales. Lo único que puedo decir es que ojalá Junts per Catalunya esté en disposición que en las diputaciones haya presidentes independentistas, como no pasa ahora en algunas de ellas. Querrá decir que Junts ha obtenido un buen resultado y que, si los resultados de las municipales son buenos, estaremos en disposición también que las diputaciones recuperen presidentes que tengan la independencia como una prioridad. Eso sería una buena noticia para el país. Pero no estamos en este escenario.
En una de las diputaciones, la de Barcelona, no hay una presidencia independentista fruto de un pacto al cual ustedes llegaron con el PSC. ¿Ahora no estarían dispuestos a repetir un pacto como este?
Bien, el pacto que hay ahora tendríamos que explicar bien cómo se produjo. En la Diputació de Barcelona, Esquerra y Junts querían llegar a un acuerdo. El problema que nos encontramos es que no sumábamos suficiente. Por lo tanto, se puso sobre la mesa que estos diputados que faltaban fueran los comunes y lo que se intentó, en primer lugar, fue un acuerdo para que el presidente fuera Dionís Guiteras (ERC) con Junts y los comunes. Lo que pasa es que los comunes vetaron esta opción, no querían a Junts en el gobierno y dijeron que les diéramos apoyo desde fuera. Nos excluían del gobierno de la Diputació. Por lo tanto, cuando se da este escenario, también uno tiene que saber que, cuando tú no sumas y no tienes mayoría absoluta, si no hay un acuerdo, quien gobierna es la lista más votada. Eso quería decir que si nosotros quedábamos fuera, quien habría sido automáticamente presidente de la Diputació de Barcelona son los socialistas, que eran los que habían obtenido más votos y además, habría sido en solitario. Ante este escenario de estar en la oposición con un gobierno en solitario de los socialistas, dijimos que quizás era mejor que estuviéramos dentro del gobierno del PSC como mínimo para controlarlos y que no tuvieran todo el poder de la Diputació ellos solos.
¿Cuál es la prioridad de Junts a la hora de hacer pactos en estos comicios?
Nosotros lo que decimos es que nuestra prioridad es hacer gobiernos independentistas, pero lo que no haremos en ningún caso es, si en estos gobiernos independentistas alguien nos excluye y no nos quiere, quedarnos de brazos cruzados. Buscaremos otras alternativas razonables, evidentemente. Esta es la directriz que en estos momentos tenemos de cara a las municipales. Por lo tanto, prioridad gobernar en este caso con partidos que quieran avanzar hacia la independencia. Si eso no es posible y además, en algún caso incluso nos vetan, tampoco seremos los tontos de la película.
Nuestra prioridad es gobernar con partidos que quieran avanzar hacia la independencia. Si eso no es posible y en algún caso nos vetan, tampoco seremos los tontos de la película
Ha pasado más de medio año de la salida de Junts del Govern. Visto el resultado, ¿fue un error o, al contrario, fue un acierto?
Es que yo siempre he dicho que, del Govern, nos echaron. Nosotros no nos marchamos de este Govern. Sí, votamos marcharnos después de que el president del país echara al vicepresident del Govern, que era el máximo exponente del partido con el cual estaba gobernando en coalición. Eso en cualquier lugar del mundo automáticamente es el fin de un gobierno. Por lo tanto, nosotros no nos marchamos del Govern. Desde el primer día, después de estar reflexionando y de ver y de analizar todo lo que ha pasado este año y medio, creo sinceramente que Esquerra Republicana nunca quiso este Govern. De hecho, ellos intentaron primero hacer un Govern con los comunes. Su idea nunca fue hacer un Govern con Junts per Catalunya, yo creo que sencillamente lo tuvieron que hacer porque no tuvieron más remedio hasta el punto que no cumplieron ninguno de los acuerdos que el president Aragonès firmó para ser investido president. Cuando digo los acuerdos, me refiero a los acuerdos troncales del pacto. Claramente, Esquerra Republicana y el president Aragonès han hecho todo lo posible a lo largo de este año y medio para boicotear su propio Govern.
¿De qué manera lo han boicoteado, según usted?
Puedo poner algunos ejemplos, ya no solo con la hoja de ruta en el ámbito nacional que no cumplieron y no estaban dispuestos a hacerlo con ninguno de nuestros acuerdos que habíamos marcado y el cual él firmó, sino también en temas sectoriales. Yo era, como vicepresident del Govern, conseller de Infraestructures. Una de las propuestas que defendí era avanzar en la mejora del aeropuerto del Prat y, por lo tanto, hacer posible que fuera un aeropuerto intercontinental, buscando las soluciones técnicas que fueran para permitirlo. Por lo tanto, una de las propuestas importantes que defendía Junts y que defendía el vicepresident del Govern, resulta que el president de la Generalitat la boicoteó. No había ningún tipo de generosidad por parte de Esquerra Republicana y del president Aragonès con su socio de Govern. Hay que recordar que Junts solo tiene un diputado menos que ERC. Tengo la sensación de que el president Aragonès y Esquerra Republicana no querían este Govern e hicieron todo el posible para que saltara por los aires. Eso es lo que acabó sucediendo y yo no lo califico de un error. Sencillamente es que quizás el error fue investir al president Aragonès.
Esquerra insiste en que es Junts quien se ha marchado del Govern.
Podríamos decir que técnicamente, administrativamente, sí, hubo una consulta que hizo que Junts saliera del Govern. Pero esta consulta es consecuencia de toda una serie de incumplimientos del president Aragonès y de Esquerra Republicana del acuerdo de investidura. No se puede decir que Junts saliera del Govern. Por lo tanto, quizás el error fue investir al president Aragonès. Si ahora supiéramos que no cumpliría sus acuerdos, es muy probable que aquella investidura no se hubiera producido. Pero uno tiene que confiar en que, cuando firma unos acuerdos, se cumplirán. Por eso, yo creo que el president Aragonès —y creo que él mismo ya lo sabe— no volverá a ser president de la Generalitat, porque dudo de que la militancia de Junts —si ya lo hizo en una consulta para salir del Govern— diera el aval a volver a investir a un Govern presidido por él.
Nosotros no salimos del Govern, nos echaron. ERC y el president Aragonès hicieron todo el posible para boicotear el Govern con Junts
¿Piensa que la legislatura llegará hasta el final?
Creo que la legislatura de Esquerra Republicana será como la de José Montilla. Durará todo lo que puedan, porque saben que ahora mismo el president Aragonès no tiene el apoyo del Parlament. Si se sometiera a una cuestión de confianza, es muy probable que no la ganara. También sabe que ha perdido el crédito como president de la Generalitat por incumplidor respecto de lo que es la militancia de Junts per Catalunya y que, si se diera la eventualidad de que se tuviera que volver a decidir en un futuro que él fuera el president de un Govern, dudo que la militancia de Junts —visto lo que ha pasado y vista su capacidad para no cumplir los acuerdos— le volviera a hacer confianza. Es evidente que Pere Aragonès, con sus acciones, ha generado una situación de desconfianza absoluta hacia la hoja de ruta que quiere sacar adelante como president de la Generalitat. Y lo estamos viendo ahora con las propuestas que está poniendo sobre la mesa, no solo con la fallida mesa de diálogo, sino también con el acuerdo de claridad que tiene menos consenso hoy en el Parlament de Catalunya que una DUI. Y no es que lo diga yo, lo dice el Parlament, porque así se votó en el debate de política general.
¿Eso quiere decir que Junts no volvería a dar apoyo a Pere Aragonès como president de la Generalitat o que no daría apoyo a ningún candidato de Esquerra?
Yo he dicho Pere Aragonès. Como mínimo, Aragonès nos ha demostrado que no cumple sus acuerdos. Por lo tanto, ¿por qué Junts tendría que volver a tenerle confianza a alguien que no cumple sus acuerdos? Decía Xabier Arzalluz que, cuando alguien te engaña, es culpa del que te ha engañado; pero cuando alguien te engaña una segunda vez, entonces es culpa tuya. Yo creo que Junts per Catalunya y su militancia no está dispuesta al hecho que Pere Aragonès les vuelva a tomar el pelo desde la perspectiva de que tú tienes confianza a un president que después no cumple sus acuerdos.
¿Este mensaje no sería contradictorio con lo que se dice desde Junts, que es intentar rehacer la unidad independentista?
No tiene nada que ver una cosa con la otra. Nosotros podemos rehacer la unidad independentista con Esquerra Republicana, porque la puedes rehacer desde muchas perspectivas. La puedes rehacer desde una perspectiva en la cual Junts gana las elecciones y, por lo tanto, tiene la presidencia de la Generalitat. La puedes hacer también desde la perspectiva donde Esquerra y Junts se ponen de acuerdo de nuevo con otras condiciones, pero evidentemente con alguien que genere confianza, que cumplirá los acuerdos. O también se puede generar desde otra perspectiva donde los socialistas y Salvador Illa ganaran con mucha diferencia las elecciones, y por lo tanto se rehace una cierta unidad desde otra posición. Veo difícil que esta unidad se pudiera reponer si Esquerra apostara por hacer un tripartito con los socialistas y los comunes en la Generalitat cuando vuelva a haber elecciones.
En este contexto de acuerdos, ¿Junts se podría plantear apoyar a Salvador Illa como president de la Generalitat?
No, eso no está contemplado en ningún caso. Así de claro: Junts per Catalunya no contempla en ningún caso hacer president de la Generalitat a Salvador Illa. Junts aspira a ganar las elecciones, porque somos un partido que quiere liderar el procés de independencia y eso se puede hacer mejor desde la presidencia de la Generalitat.
El error no fue salir del Govern, sino quizás haber hecho president a Pere Aragonès. Si ahora se sometiera a una cuestión de confianza, es muy probable que no la ganara
¿Ve la posibilidad de que se presente una moción de censura?
Es que una moción de censura no puede prosperar con las actuales mayorías que hay, a no ser que el PSC decidiera dar apoyo a un candidato de Junts, porque en una moción de censura se tiene que presentar a un candidato. Otra cosa es una cuestión de confianza.
¿El president Pere Aragonès tendría que convocar elecciones anticipadas, en su opinión?
No lo hará. Cuando tú tienes un Govern donde has sido investido con los votos de la CUP y con los votos de Junts per Catalunya y estos dos socios de investidura ya no lo son, tienes que hacer dos cosas: o te sometes a una cuestión de confianza en el Parlament de Catalunya para saber si sigues teniendo el apoyo de la cámara o, evidentemente, convocas elecciones. Pero creo que Pere Aragonès ha decidido que quiere mantenerse como president de Generalitat a cualquier precio.
Aragonès ha puesto encima de la mesa la propuesta del acuerdo de claridad y Junts ha dicho que se sentará a hablar.
Es evidente. Junts per Catalunya somos un partido serio, nos sentaremos a hablar de las propuestas que pueda hacer Esquerra Republicana o que puedan hacer otros partidos. Otra cosa es que esta propuesta la veamos viable. Ahora mismo, este acuerdo de claridad, los primeros que no se la creen son los interlocutores españoles, que ya han dejado claro que no piensan sentarse en ninguna mesa para hablar de ningún acuerdo de claridad. El Estado español, si una cosa he aprendido en este viaje a Sudamérica, prefiere asumir los riesgos de una derrota que los riesgos de un diálogo. Y, por lo tanto, es más porras que de mesas. Es muy difícil que el Estado español quiera negociar en este caso, como se ha visto a lo largo de estos últimos años, cualquier propuesta que venga de Catalunya. En realidad, lo tendría muy fácil: que pongan ellos una propuesta sobre la mesa y votemos su propuesta y la propuesta que haga Catalunya. La que gane, que sea la propuesta que se implemente de forma democrática y pacífica. Hoy, sin embargo, la única manera que tiene que hacer avanzar el procés político es que confrontemos nuestra propuesta con la del Estado. Y eso pasa por no estabilizar al señor Pedro Sánchez a cualquier precio.
El acuerdo de claridad tiene menos consenso hoy en el Parlament de Catalunya que una declaración unilateral de independencia
¿Cómo ve al partido después de la salida del Govern?
Más fuerte. Yo creo que después de salir del Govern, el partido ha reforzado mucho su posición desde la perspectiva de que estar en un Govern comporta tensiones en la relación partido-Govern. No siempre los partidos, y eso pasa en cualquier formación, están absolutamente de acuerdo con todo lo que hace el Govern, y más si encima algunas de las acciones son de la otra parte del ejecutivo. Ahora, por decirlo así, cuándo tú estás en la oposición, eso hace también hacer un cierto cierre de filas, fortalece mucho más lo que es la dinámica de partido y hace que, de cara a las municipales, las podamos afrontar con muchas más garantías de obtener un mejor resultado. Refuerza también los mensajes desde la perspectiva de que son más claros y nítidos, ya que no tienes vínculos. Por lo tanto, estamos más fuertes. Junts per Catalunya, ahora mismo, está en una mejor perspectiva electoral que seguramente estaba hace un año. En todo caso, lo veremos en las elecciones.
Con todo, justamente llegan a estas elecciones municipales con la sentencia de la presidenta del partido, Laura Borràs. ¿Hay unidad en el seno del partido en esta cuestión?
Tenemos muy claro que la presidenta Laura Borràs es la actual presidenta del Parlament y, en todo caso, quien ahora tiene que decidir si lo seguirá siendo o no es la señora Alba Vergés. Le han pasado el requerimiento a ella, le han pasado la pelota a ella por parte de la Junta Electoral Central. Por lo tanto, ella misma como vicepresidenta en funciones de presidenta tendrá que decidir si la presidenta Borràs puede mantener su escaño y si sigue siendo diputada. Veremos qué hace Esquerra Republicana. Yo creo que aquí claramente hemos visto cómo ERC estos últimos años se dedica a hacer seguidismo de la política de Madrid de ir decapitando a líderes de Junts. Ya no votaron a favor, no permitieron que se hiciera un pleno para que el president Puigdemont fuera elegido president de la Generalitat. Después, lo vimos con el caso del president Torra, donde aceptaron que se le retirara el acta de diputado. Lo hemos visto también con mi cese. Y lo estamos viendo también con el caso de Laura Borràs. Por lo tanto, es sorprendente esta coincidencia de estrategia entre el gobierno de Madrid de ir decapitando a líderes de Junts con esta actitud de Esquerra Republicana de permitirlo o de dejar hacer.
Laura Borràs era presidenta del Parlament cuando se inhabilitó a Pau Juvillà y se le retiró el escaño.
Sí, pero Laura Borràs intentó hacer todo lo posible para que eso no pasara. En cambio, no veo la misma actitud por parte, en este caso, de la vicepresidenta en funciones de presidenta, Alba Vergés.
Laura Borràs es la actual presidenta del Parlament y quien ahora tiene que decidir si lo seguirá siendo es Alba Vergés, ya que la JEC le ha pasado la pelota a ella
Todo parece apuntar que, en un momento u otro, se le retirará el escaño a Borràs. ¿Qué hará Junts?
Cuando eso pase, Junts per Catalunya reunirá a su ejecutiva y tomaremos las decisiones que haya que tomar. En todo caso, no estamos en este escenario ahora. Ahora estamos en el escenario que hoy Alba Vergés tiene sobre su mesa la decisión sobre si Laura Borràs es diputada o no y, por lo tanto, estará haciendo cómplice al Parlament de Catalunya de la decisión de una Junta Electoral Central que todos sabemos que es una Junta Electoral Central politizada y la estrategia que sigue y ha seguido. Yo recuerdo que la Junta Electoral Central dijo que el president Puigdemont no se podía presentar a las elecciones europeas. Y al final eso se tuvo que echar atrás porque era una barbaridad. Por lo tanto, yo lo único que pido es que todos sabemos que un independentista ante la justicia española tiene las de perder siempre, no tiene nunca un juicio justo. Como mínimo, no hagamos seguidismo desde aquí en Catalunya. Y mantengamos, por así decirlo, un mínimo de dignidad respecto a estas decisiones absolutamente politizadas e injustas. Por ejemplo, tenemos el caso de Juan Mari Atutxa. Me parece que fueron diez o quince años después, se dijo que no se le habría tenido nunca que haber retirado su condición de presidente del Parlamento vasco y de diputado. ¿Qué quiero decir con esto? Que la justicia española y los poderes del Estado tienen muy claro a qué juegan.
Atutxa fue porque no aceptó disolver el grupo de Batasuna. Y en el caso de Laura Borràs, se la ha condenado por falsedad documental y prevaricación.
Es evidente que no ha tenido un juicio justo y que ha habido persecución política. Entonces, hasta que no nos demos cuenta de que esta es una práctica habitual y no pongamos siempre en duda este tipo de sentencias, estaremos haciendo el juego a la justicia y al Estado español. Y cuando eso va a tribunales europeos, resulta que los casos acaban en nada.
¿De cara al futuro, qué es lo que usted se plantea hacer institucionalmente?
Me hicieron la propuesta para ayudar al candidato de Sant Cugat. Creo que mi deber y mi responsabilidad como miembro de la dirección de Junts per Catalunya es ayudar a mi partido a ganar elecciones. Más allá de eso, si estaré implicado institucionalmente en el futuro, ahora mismo no lo estoy y en el futuro ya lo veremos. La vida da muchas vueltas. Tampoco pensaba que estaría fuera del Govern ahora hace seis meses y, de repente, se precipitó todo. Por lo tanto, ya me lo tomo sin hacer muchas previsiones. Dicho esto, ahora no hay elecciones a la vista, por lo tanto, no hay ninguna posibilidad de que pueda presentarme a unas elecciones al Parlament porque creo que no habrá elecciones hasta el 2025. Dentro de dos años, en principio tengo que tomar la decisión de si me reincorporo a la empresa o hago otra cosa. Yo no descarto nada porque nunca se puede descartar nada en política.