Jordi Pujol, junto con sus siete hijos, irá a juicio. Así lo decidió Santiago Pedraz desde la Audiencia Nacional para formar, presuntamente, una organización criminal con que se habrían enriquecido durante décadas de supuestas actividades corruptas aprovechando su posición política. Pedraz lleva al banquillo al president y sus hijos, excepto su mujer, Marta Ferrusola, a quien exoneró por su estado de salud después de que la defensa de esta presentara un informe médico donde alegaba sufrir demencia severa. La entrevista excepcional que Pujol ha dado hoy al periodista Josep Cuní, también ha servido para reivindicar la inocencia, sobre todo de él mismo y en parte, de los suyos: No todo ha ido lo bastante bien, ya le admito. Para la gran mayoría de mi familia sí pondría la mano al fuego".
"No he cobrado ni una peseta"
Y este matiz con que no constata de forma clara que confía plenamente con los suyos, lo ha explicado mejor a continuación, mientras Cuní repreguntaba: "Ahora esta en aquella hora de hurgar y ya lo entiendo, vaya haciendo. No encontrará nada de mí, nada. Y casi de todo el mundo de mi familia nada, pero vayan hurgando. Es un mundo este un poco incómodo, pero la afirmación que le hago rotundamente es que ni yo ni en general mis hijos no han prevaricado ni nada de todo eso".
Cuní, directo, ha ido al grano: "¿Le molesta que le digan corrupto"?. Pujol, sincero: "Claro que me duele. A mí decidme, porque de president hacía y deshacía, pero que me venga una persona o quien sea, el gobierno del Estado o un fiscal, y yo responderé en qué caso he actuado de una manera corrupta. Ya le digo ahora, he tomado decisiones y a veces favorecen a unos u otros, la cosa es muy sencilla porque no todo el mundo está de acuerdo. Lo que sí es importante es que tú no me cobres ni una peseta, y así ha estado". En el juego dialéctico con el periodista, básico para entender el contenido de los argumentos de Pujol, se le ha cuestionado si la familia tampoco ha cobrado nunca ni una peseta y ha concluido: "No lo sé".
Catalunya y la familia
Pujol ha roto con el tópico de tener que escoger siempre entre dos opciones: del a quién quieres más, si al padre o a la madre, al qué es más importante para él, la familia o Catalunya: "Sufro mucho por la familia, no por mí. Sufro por la familia y Catalunya y no se trata de poner por delante eso o más allá. En realidad, tanto una cosa como la otra forman parte de un mismo concepto de la vida. Ambas responden a los mismos reflejos y pensamientos, en el mismo cuerpo intelectual y ético".
La última actualidad judicial revela que un juzgado de Barcelona investiga si fueron obtenidas de forma ilegal diversas de las pruebas que sirvieron para abrir la pieza 27 de la causa Tándem sobre la Operación Catalunya, con el supuesto complot del comisario Villarejo para sacar a la luz el caso Pujol. Ahora, si la jueza que lleva el caso confirma esta acusación, podría provocar que se invaliden diversas de las actuaciones desarrolladas a la causa que dirige el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional. Ante el hecho de acabar ante un tribunal, Pujol está tranquilo: El juicio de ahora es una cosa que me cae encima y la soportaremos tanto como podamos. Vuelvo a las virtudes para hacerme entender. Una de ellas es la fortaleza y la otra la esperanza. Son del todo necesarias, parece un sermón lo que estoy diciendo, pero no lo es".
"Estoy pagando mi propia penitencia"
Así pues, en el aspecto judicial y reputacional, Pujol sí admite que "como cristiano" "está pagando su propia penitencia autoimpuesta", la de confesar por carta hace ocho años, en julio del 2014, que había mantenido dinero en Andorra mientras encabezaba el Govern de la Generalitat de Catalunya: "Estoy instalado en el dolor, por eso el segundo libro que he publicado no se llama 'Entre la acción y la esperanza', sino 'Entre el dolor y la esperanza'. Esta penitencia me la he impuesto, yo lo asumo con convicción". La única que ha remarcado de la cual se siente responsable ya que también anteriormente, ha insistido con que su fortuna en Andorra derivada de una herencia de su abuelo Florenci nunca ha tenido nada que ver con sus funciones como president. De la carta del 24 de julio del año 2014 donde lo explicaba todo, ahora concluye: "Me arrepiento, para mí es una situación penosa".