El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, que el pasado lunes sufrió un ictus y fue intervenido en el Hospital de Sant Pau, ha recibido este sábado el alta hospitalaria, ya que ha seguido la evolución favorable sin que los médicos hayan detectado ninguna complicación. Según el parte médico del hospital, el president Pujo ha recibido el alta médica a las 10 de la mañana, "dada la buena evolución de su estado neurológico". Por eso, el equipo médico ha decidido "dar el alta hospitalaria en el domicilio donde continuará la rehabilitación del lenguaje y motora". Asimismo, el equipo médico prevé una buena evolución en las próximas semanas y señala que Pujol "seguirá controles ambulatorios en las consultas de Neurología del Hospital de Sant Pau por seguimiento de su evolución".
El president Pujol empezó el jueves a hablar y comer después de varios días con medicamentos sedantes y ha evolucionado favorablemente. Una resonancia cerebral que le practicaron el miércoles confirmó una lesión en la región temporal izquierda, una zona que corresponde al territorio distal de la arteria cerebral media izquierda, donde se encontraba la oclusión que fue tratada el lunes pasado mediante un tratamiento endovascular. El neurólogo del Hospital de Sant Pau que atiende a Pujol, Albert Lleó, explicó ayer que, aunque la resonancia muestra una lesión, "eso no quiere decir que queden secuelas, porque cada persona se recupera de manera diferente." "Ahora es prematuro decir qué secuelas quedarán en el ámbito del lenguaje, porque dependerá de la evolución", dijo Lleó, que sigue cada día la evolución del estado neurológico del expresidente.
Jordi Pujol, líder de la extinta CiU y president de la Generalitat durante 23 años consecutivos, ingresó en Sant Pau el lunes pasado por una obstrucción aguda en una arteria cerebral, cuya sintomatología empezó con un trastorno del lenguaje. A pesar de tener 92 años, el equipo médico, de acuerdo con la familia del expresidente, acordó someterlo a una intervención por retirar el trombo porque estaba "en buenas condiciones previas a pesar de su edad" y dentro de las ocho horas desde el inicio de síntomas, según explicaron los neurólogos que lo atienden en el Hospital de Sant Pau. El equipo médico le aplicó un tratamiento endovascular, que consistió en la extracción mecánica del trombo a través de la arteria femoral, en una intervención que fue exitosa.
¿Qué es un ictus isquémico?
Hay que diferenciar entre un ictus isquémico —que bloquea una arteria— y un ictus hemorrágico —que deriva de la ruptura de un vaso sanguíneo en el cerebro y provoca una hemorragia. Así pues, los síntomas principales de un ictus isquémico son la dificultad para hablar y articular las palabras; confusión; parálisis de la cara, brazo o pierna o entumecimiento de estas partes; problemas de visión; dificultades para caminar y mantenerse derecho o un dolor de cabeza agudo que también puede generar mareos que pueden derivar en la pérdida de equilibrio o de coordinación. El ictus isquémico es el accidente vascular cerebral más frecuente. Los vasos sanguíneos quedan bloqueados o bien se estrechan y hay una reducción considerable del flujo sanguíneo. Los motivos de este bloqueo de los vasos sanguíneos acostumbran a ser la acumulación de grasa u otros coágulos sanguíneos que se desplazan por la sangre hasta llegar a los vasos sanguíneos del cerebro, dando pie a la isquemia.