Subir al Tagamanent no es fácil, pero cuando alguien se empeña en subir a los 90 años tiene que ser porque tiene una poderosa razón para hacerlo. Jordi Pujol, que, por si alguien no se acuerda, fue president de Catalunya durante 23 años, se ha empeñado este domingo en alcalzar la cumbre. No le ha sido fácil, porque el camino presenta algunos tramos estrechos de piedra que suponen un cierto riesgo de caer sobre todo a las personas mayores. Sin embargo Pujol es un hombre tozudo y quería participar en la inauguración de las obras de restauración de la ermita y de los escombros de un enclave que nos habla de cómo vivían los catalanes de mil años atrás.

La restauración de la iglesia y el poblado ha sido una iniciativa de la Diputación de Barcelona, la institución que ahora preside Núria Marín, uno de los políticos -tendría que decir una- menos controvertidos del escenario, lo que tiene su mérito tal como va todo.

El caso es que fue en la cima del Tagamanent donde Jordi Pujol, cuando tenía apenas 10 años, tuvo una experiencia que lo marcó para el resto de sus días. Era el año 40, poco después de acabada la guerra, y en una excursión con su tío Narcís Pujol subieron al Tagamanent. La ermita y las construcciones contiguas estaban destruidas y desde la cumbre se contemplaba un país devastado. "Nos constará mucho rehacer todo eso" dijo el tío Narcís, una frase que, según dice ahora Pujol, le quedó grabada para siempre.

"En el año 40 todo era una gran desolación y hoy desde aquí podemos contemplar un país que entre todos hemos sido capaces de reconstruir"

Este domingo Pujol contemplaba el panorama, desde el río Besòs hasta el Pirineo, y ha afirmado: "En el año 40 todo era una gran desolación y hoy desde aquí podemos ver que el Besòs, que era el río más insalubre de Europa, ahora es un jardín, y desde aquí vemos el circuito de Montmeló, y la Escola de la Policia de Mollet, y la instalación del Sincrotó, uno de las infraestructuras científicas más importantes de Europa. Divisamos la modernización de las carreteras, hacia Vic y Ripoll... Ha costado pero hemos reconstruido el país gracias al esfuerzo de todos, de Manuela de Madre en el Besòs y de Codina en Vic... Lo hemos reconstruido entre todos... y solo faltaba eso, faltaba restaurar el Tagamanent y hoy, gracias a la Diputación de Barcelona, también lo tenemos recuperado; un patrimonio que es de nuestra historia y he considerado que valía la pena el esfuerzo de volver a subir y celebrarlo".

La presencia de Pujol en el Tagamanent ha sorprendido a muchos excursionistas, algunos de los cuales han querido saludarle y hacerse selfies con él, y comentaban la energía demostrada por el expresident subiendo al Tagamanent con 90 años en los hombros. El expresident no ha subido solo, lo han acompañado su mujer, Marta Ferrusola, -increíble su agilidad en la montaña- y unos cuantos hijos y nietos.