El expresidente de la ANC, Jordi Sànchez, encarcelado en Soto del Real desde hace medio año, ha escrito una tierna y emotiva carta a su mujer, Susana Barreda, hoy que es la Diada de Sant Jordi y que por primera vez después de 27 años, no pasarán juntos.
En el texto que publica el diario Ara, Sànchez escribe: "La rosa que este año no recibirás, sin embargo, será la mía. Tendrás que esperar y sé que esperarás. Puedes estar segura de que tarde o temprano mi rosa llegará, porque de la prisión se sale". El diputado de Junts per Catalunya está seguro de que a pesar de que no tengan su rosa, no les faltarán flores, ni a ella, ni a sus hijas, Clara y Abril: "Estoy seguro de que tendréis más de una, de tanta y tanta gente que nos quiere. Nunca podremos devolver ni una pequeña parte de todo el cariño que estamos recibiendo", escribe.
En la carta, Jordi Sànchez hace un repaso a cómo vivían el Sant Jordi, una fiesta que "este año no tendremos, ni nosotros ni ninguna de las familias de los que Llarena ha enviado a la prisión o al exilio".
Explica que no recuerda cuál fue el primer año que fueron a pasear entre libros y rosas a la rambla de Catalunya, pero que sí que recuerda que se resistía "porque decía que para Sant Jordi el lugar donde se tenía que ir a pasear era a la Rambla, la calle de Ferran y la plaza de Sant Jaume".
Sànchez le pide que "no se olvide de comprar los libros a los niños", que sabe que no se olvidará pero que "es importante que este año no les falte su libro". Con ironía y nostalgia también dice que este año no se tendrá que discutir con sus hijos adolescentes para que les acompañen a pasear por Sant Jordi: "El tiempo pasa y los últimos años a duras penas conseguíamos que Abril y Clara vinieran con nosotros; Oriol ya era imposible. Este año, como mínimo, me ahorraré esta discusión, aunque estoy seguro de que si el juez me hubiera decretado la libertad, ninguno de ellos refunfuñaría si les dijéramos de ir juntos a pasear entre libros y rosas".
El expresidente de la Assemblea Nacional Catalana no pierde la esperanza "porque finalmente todo se acaba poniendo en su sitio" y "se hará justicia, aunque ahora nos parezca imposible".
Jordi Sànchez le asegura que cuando se haga justicia, encontrarán el tiempo para hacer "todas las cosas que Llarena nos ha impedido hacer durante todos estos meses. Sólo de pensarlo ya me siento un hombre libre", escribe
Sànchez acaba la carta diciéndole que cuando su rosa llegue "será de un terciopelo rojo intenso". "El amarillo —escribe— será para siempre el recuerdo vivo y dulce de un tiempo en que la dignidad de tantos hombres y tantas mujeres se hizo presente en las plazas y las calles del país para recuperar las libertades robadas".