Jordi Sànchez ha estado una hora y cuarto negando las acusaciones de su procesamiento por rebelión. Una declaración larga que se ha calentado al final cuando el magistrado Pablo Llarena ha interpelado directamente en Sànchez y este se ha defendido con vehemencia pero sin perder el respeto hasta decirle que "no puede ser juez y víctima".
Sànchez lo ha dicho en referencia al auto donde niega el permiso para asistir al pleno de investidura donde el magistrado habla con la primera persona del plural. Concretamente dice "acaba el relato de la estrategia que sufrimos".
Fuentes judiciales también apuntan que el ex presidente del ANC y candidato fallido para la investidura, ha dicho a Llarena que "siempre ha habido contactos con el Govern y especialmente con el conseller de Interior", Joaquim Forn.
Jordi Sànchez ha hecho el mismo alegato que Oriol Junqueras y Jordi Cuixart denunciante la vulneración de sus derechos fundamentales y, en particular, él también ha reclamado que se respete el derecho político avalado por las medidas cautelares de la ONU.
De hecho hoy tanto Sànchez, como Junqueras y Cuixart han denunciado que Pablo Llarena está haciendo una causa política al juzgar su ideología. Las defensas han coincidido en este punto y todos los alegatos de hoy han acabado defendiendo hasta el final el referéndum de autodeterminación, la negación de la violencia y la apelación al diálogo.