Jordi Sànchez, número 2 de Junts per Catalunya y expresidente de la ANC, ha estado más de dos horas declarando ante el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena. Ha respondido a todas las partes menos a la acusación popular, representada por VOX.
Sánchez ha manifestado que el referéndum del 1 de octubre no tenía validez legal y ha asegurado que en el caso de que se optara por la vía unilateral, renunciaría al escaño. El expresidente de la ANC es diputado electo del Parlament de Catalunya tras las elecciones del 21 de diciembre.
Fuentes judiciales explican que Jordi Sànchez ha manifestado que el 20 de septiembre, durante las manifestaciones ante la Conselleria d'Economia, "no hubo actos violentos, pero sí vandálicos", en referencia a los desperfectos en los coches de la Guardia Civil aparcados ante la sede del Departament, en la Rambla de Catalunya de Barcelona.
Precisamente hoy Sànchez ha explicado que siempre pidió a la multitud que se disolviera y no solo desde encima de los coches de la policía, sino también en el escenario que se montó en la Gran Via y en el que durante toda la tarde de aquel día se estuvieron celebrando conciertos. Sànchez y el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart —que también declara en el Supremo—, dieron por acabada la concentración alrededor de la media noche a través de la megafonía del escenario.
El expresidente de la ANC también ha explicado ante el juez que "desde febrero del 2015 había una hoja de ruta con la ANC, Òmnium, ERC y CDC".
Jordi Sànchez ha sido el primero en declarar. Su abogado presentará esta tarde las alegaciones para que salga en libertad, y muy previsiblemente hasta la semana que viene no se conocerá la decisión del magistrado Pablo Llarena sobre si lo deja o no en libertad.