Pocos conocían la noticia. El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz fue diagnosticado ahora hace un año con un cáncer de hígado y ha tenido que recibir tratamiento. Así lo avanza El Español, que desvela que el exministr recibió dos sesiones consecutivas de quimioterapia.

Fue diagnosticado en una visita rutinaria al médico, pero, a pesar de haber recibido esta mala noticia, decidió continuar en política. Mientras tanto, el #FernandezGate salía a la luz paralelamente y tenía por delante 315 días de gobierno en funciones. I Jorge Fernández tenía que compaginar su enfermedad con todas las críticas que le caían encima.

El médico le aconsejó dejar el ministerio y le recomendó, como mucho, mantener el acta de diputado porque tenía por delante un duro tratamiento de quimioterapia y radioterapia. Sin embargo, según una persona próxima al exministro, "no quiso parar" porque "se había comprometido y no quería fallar a nadie".

Enfermedad y religión

Antes de los nombramientos de los nuevos cargos del gobierno español, corría el rumor que Jorge Fernández podía haber sido embajador en el Vaticano, un cargo que hubiera encajado a la perfección con su religiosidad. Aunque finalmente no ha estado así, los que lo conocen aseguran que sólo entienden su actitud de continuar al mando del Ministerio por su fe. Y es  queJorge Fernández es miembro supranumerario del Opus Dei desde 1997.

"En todo caso, si todo acabara mal, me encontraría con Dios", le decía a un amigo, al mismo tiempo que le quería dejar claro que, para él, la enfermedad no era un castigo, sino un "martirio". Cuando conoció la noticia, Jorge Fernández decidió mantenerlo en secreto. Sólo se lo dijo a la familia y a los amigos más próximos, como el presidente español, Mariano Rajoy. Precisamente Rajoy fue quien le pidió que "si podía, aguantara, que lo necesitaba" y el exministro ni se planteó dejarlo colgado.

Finalmente, se dio a conocer la noticia cuando el 27 de noviembre fue operado de la lesión hepática, en una larga y dura operación quirúrgica, motivo por el cual el Congreso aplazó la investigación al exministro por la Operación Catalunya.

Actualmente ocupa la presidencia de la Comisión de Peticiones del Congreso después de que la oposición rechazara su nombramiento como presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores.