El expresidente español, José María Aznar, ha vuelto a sacar pecho de lo que podría ser una de las manchas más negras de su carrera política: la guerra de Iraq. En su línea habitual en que la disculpa no es nunca una opción, ha afirmado: "No me disculparé". "Si hoy tuviera la misma información [sobre Iraq de Saddam Hussein que en el 2003] volvería a tomar la misma decisión", ha afirmado y ha añadido que está "orgulloso" de esta.
Aznar ha sido entrevistado en el pódcast One Decision, donde ha afianzado su posicionamiento con respecto a la guerra. Incluso cuando la entrevistadora le recuerda que lo Iraq no estaba relacionado con el 11-S, primera motivación con qué los Estados Unidos empezó su cruzada contra el Oriente Medio, el expresidente español ha tirado pelotas fuera: "una cosa es tener una responsabilidad directa al 11-S y otra que el 11-S no cambiara totalmente la guerra contra el terrorismo". Finalmente, ha sentenciado en su favor: "El mundo está mejor sin Saddam Hussein, que era un dictador asesino, había intentado conseguir armas nucleares, e invadido sus vecinos".
Aunque el Iraq no tenía nada que ver con el 11-S y con las consecuencias del 11-M en la espalda, Aznar ha defendido en su alianza con los Estados Unidos y el Reino Unido para la guerra de Iraq como una muestra de compromiso transatlántico. "[En España] siempre hemos considerado que los momentos más importantes de nuestra Historia estuvieron en el Atlántico. Y para un país como España, que es miembro de la UE, ser un buen europeo es ser un buen aliado atlántico", ha asegurado.
Lejos del ejemplo de Toni Blair
El año 2016, el ex primer ministro británico, Toni Blair, pidió disculpas por la mala decisión de que tomó al sumarse a la guerra de Iraq. Blair formaba parte de lo que se conoció como el trío de las Azores, de lo que son parte George Bush y Aznar. Este fue un punto de inflexión en la precipitación hacia la guerra de Iraq.
"La decisión de ir a la guerra al Iraq y derrocar Saddam Hussein en una coalición de más de cuarenta países encabezados por los Estados Unidos fue la más dura, la más trascendental de las decisiones, la más angustiante que tomé en mis diez años como primer ministro británico. Por esta decisión hoy, acepto toda la responsabilidad, sin excepciones ni excusas," afirmó Blair, después de que se hiciera público un informe que apunta va que la invasión británica al Iraq había sido "mala" y había tenido "consecuencias negativas hasta hoy día". Un camino del cual Aznar se sitúa lejos, reivindicando sus decisiones durante esta misma época.