El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha admitido este miércoles que el Estado español vive "un conflicto diplomático" con Flandes y, de rebote, con Bélgica. "Ya es un conflicto diplomático, no le quitaremos importancia en las cosas", ha dicho Borrell, que ha asegurado que no acreditarán como diplomático a ningún otro representante del gobierno de Flandes.
"España no puede permitirse que, una vez y otra, el presidente de un parlamento diga que somos un país que tiene que ser expulsado de la Unión Europea", ha dicho el ministro español en relación a las manifestaciones de Jan Peumans. Borrell ha retirado que el Estado español no acreditará como diplomático "a ninguna otra persona" del gobierno flamenco. "Si mañana nos presentan a otro representante tampoco le daremos", ha afirmado.
Borrell ha admitido que "habrá una respuesta" de Bélgica o del gobierno flamenco a la decisión de retirar el status diplomático al representante del gobierno de Flandes, pero ha justificado las medidas tomadas porque ningún país que se respete puede tolerar comentarios como el del presidente de la cámara flamenca.
El titular de Exteriores ha dicho que Jan Peumans, presidente del parlamento flamenco, "a título particular puede decir lo que le dé la gana", pero no en nombre de la institución que representa. "Lo hemos advertido tres veces", ha dicho Borrell.
Peumans, en una carta a la expresidenta del Parlamento, Carme Forcadell, aseguró que España "es incapaz de cumplir las condiciones para formar parte de una Europa democrática" porque tiene "presos políticos". Unos comentarios que el político flamenco ha reiterado en varias ocasiones posteriores, la última durante la inauguración de una muestra en la cámara sobre el 1-O.