El ministro de Asuntos Exteriores español, Josep Borrell, se ha reunido con el dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, en Nueva York aprovechando la Asamblea General de la ONU, a la que asisten los dos. Obiang, que lleva 38 años en el poder, se ha enriquecido notablemente en el cargo gracias a los recursos petroleros, mientras su país sufre índice educativos y sanitarios pésimos. Aunque la agencia Europa Press afirma que Borrell "ha realizado un saludo protocolario" a Obiang, para después reunirse con el ministro de Exteriores guineano, Simeón Oyono Esono, la versión del gobierno guineano es bastante distinta. Según la Oficina de Prensa presidencial guineana, Obiang ha mantenido una audiencia con Borrell (y aporta imágenes que parecen confirmarlo). Las fuentes guineanas no indican los motivos del encuentro. Europa Press afirma que Borrell habría hablado con su homólogo de Guinea Ecuatorial sobre la conmemoración de los 50 años de la independencia guineana (que se cumplen este 12 de octubre), de la tarea de Guinea en el Consejo de Seguridad de la ONU y de las relaciones bilaterales económicas y culturales.
Las complicidades del PSOE con la dictadura guineana
Aunque el PSOE se mostró muy crítico con la complicidad del gobierno de José María Aznar con la dictadura guineana, cuando Zapatero llegó al poder se mostró muy flexible frente a Obiang. Los principales avaladores del régimen guineano ante los socialistas españoles eran José Bono y Miguel Ángel Moratinos. Bono lideró (junto a Duran i Lleida) un viaje de parlamentarios españoles a Guinea en 2011. En realidad se trataba de un acto de desagravio porque un año antes las Cortes habían anulado la visita prevista del dictador al hemiciclo por las protestas anunciadas de los grupos de izquierdas. Bono, como presidente del Parlamento, protagonizó uno de los capítulos de mayor bajeza del parlamentarismo español al humillarse ante la dictadura, disculparse por no haber aceptado la visita al hemiciclo de un dictador que prohíbe partidos y manipula todas las elecciones, y excusó su visita afirmando que "Es más lo que nos une que lo que nos separa". Moratinos ha efectuado a menudo tareas de lobbing para la dictadura guineana, y en una ocasión, en 2013, incluso participó en un encuentro del Movimiento de Amigos de Obiang, una organización destinada a adular al dictador y a intentar ampliar su base social. En una ocasión, en 2014, Zapatero, ya ex presidente, acompañó a Bono y Moratinos en un breve viaje a Guinea, para hacer tareas de lobbing en favor de empresarios españoles.
Las complicidades de la dictadura con la unidad de España
El gobierno guineano está profundamente marcado por la dictadura franquista. El mismo dictador es un militar que había formado parte de la Guardia Colonial en pleno franquismo y que hizo su formación a la ultraconservadora Academia Militar de Zaragoza. Muchos de sus colaboradores más veteranos han pasado por el ejército español o por instituciones fascistas como la OJE o la Sección Femenina. Es el caso de la embajadora de Guinea Ecuatorial en España, que tras el referéndum del 1 de octubre se apresuró a enviar un mensaje de solidaridad al gobierno español en que manifestaba su apoyo a la unidad de España y negaba el derecho de autodeterminación de Catalunya. El 2 de noviembre del año pasado, un mes después del referéndum, el embajador español, Guillermo Antonio López Mac-Lellan, fue recibido en audiencia por el ministro delegado de Asuntos Estranjeros guineano, Salomón Nfa Ndong. El diplomático español agradeció los mensajes que Obiang había enviado a Mariano Rajoy y al Rey en apoyo de la unidad de España y en contra de la declaración de independencia.