Josep Piqué Camps, político, economista, empresario y ministro del gobierno de José María Aznar ha muerto este jueves a los 68 años. Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona, Piqué hizo sus primeros pasos en el ámbito político en su juventud, cuando empezó a militar en organizaciones políticas de izquierdas, como el Partido Socialista Unificado de Catalunya (PSUC), de ideología comunista, y de extrema izquierda, como Bandera Roja.
Entre 1986 y 1988 fue director general de Industria de la Generalitat catalana, y posteriormente se incorporó a Ercros, controlado por el grupo KIO, de la cual llegó a ser consejero delegado y presidente. El año 1992 asumió la vicepresidencia del Círculo de Economía de Barcelona y tres años después la presidencia, hasta que el 5 de mayo de 1996 fue nombrado ministro de Industria y Energía en el primer gobierno del PP liderado por José María Aznar.
Papel importante en el gobierno de Aznar
José María Aznar lo nombró ministro sin ser militante del PP. Durante su gestión se privatizaron numerosas empresas de participación estatal como Repsol, Aceralia, Telefónica y Endesa, y también se liquidó la Agencia Industrial del Estado y se establecieron las bases de la liberalización del sector eléctrico. Dos años más tarde, en 1998, compaginó la cartera de industria con la de portavoz del Gobierno. Piqué decidió ingresar en el PP en enero de 1999 y se incorporó al Comité Ejecutivo Nacional. Fue elegido diputado por Barcelona en marzo de 2000 y el mes siguiente fue nombrado ministro de Asuntos exteriores.
Durante un poco más de un año, de julio de 2002 a septiembre de 2003, fue ministro de Ciencia y Tecnología, hasta que en octubre de 2002 pasó a ser presidente del PP de Catalunya y candidato a la Generalitat en las elecciones de noviembre. Poco después de tomar posesión del escaño fue designado senador por Catalunya y fue reelegido presidente del PP catalán en noviembre de 2004.
Uno de los momentos claves del papel de Piqué como ministro de Asuntos exteriores fue la guerra de Iraq. El político se alineó incondicionalmente con las posiciones del gobierno estadounidense de George W. Bush, a diferencia de otros países europeos, y apoyó públicamente al presidente de facto de Venezuela, Pedro Carmona Estanga, que ocupó el cargo durante dos días al intentar derrocar a Hugo Chávez mediante un golpe de estado el 11 de abril de 2002.
El símbolo del giro catalanista del PP
El 19 de octubre de 2002 fue designado como presidente del PP en Catalunya y candidato a la Generalitat en las elecciones de noviembre. Josep Piqué se presentó como candidato del Partido Popular de Catalunya en las elecciones de 2003 a la presidencia de la Generalitat de Catalunya, aunque solo pudo conseguir un cuarto lugar en número de diputados, después de otros partidos como CiU, PSC y ERC. Poco después de tomar posesión del escaño fue designado senador por Catalunya y fue reelegido presidente del PP catalán en noviembre de 2004.
Josep Piqué se convirtió en el símbolo del "giro catalanista" del PPC en la época del entendimiento Aznar-Pujol, que empezó con el pacto del Majestic (1996). El político catalán pretendía poner el PPC a competir con la entonces CiU (Convergència i Unió), de Jordi Pujol i Duran Lleida, a pesar de que CiU en aquel momento pactaba con Aznar. Un papel que le costó más de un encontronazo con la directiva nacional de su partido. Al final de su etapa, uno de los principales motivos de discrepancia fue la reforma del Estatuto catalán, pero en el trasfondo del progresivo distanciamiento de Piqué con Génova existía un debate mucho más importante, y era la definición del PP como fuerza derechista o centrista. Piqué claramente se inclinaba por la segunda alternativa y así lo expresó públicamente en más de una ocasión posteriormente a la inesperada derrota de su partido en las elecciones generales de 2004. Uno de los momentos más tensos de Piqué con la cúpula del PP fue con el expresidente Mariano Rajoy, entonces presidente del partido, el año 2006. Uno de los momentos más tensos se produjo a raíz de unas declaraciones de Piqué en las cuales vinculaba al que era número 2 del PP, Ángel Acebes, y al portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana, con el pasado, e instaba al partido a apostar "por caras nuevas". Aunque la crisis se frenó con unas disculpas de Piqué, el político catalán insistió entonces en que había que "abrir una nueva fase en nuestra manera de hacer oposición".
Piqué tira la toalla con el PP en Catalunya
Una vez calmadas las aguas, la herida se volvió a abrir cuando el Parlament aprobó por una abrumadora mayoría, solo con la oposición del PP, la propuesta de un nuevo Estatuto de Autonomía. El voto en contra de los populares supuso un fracaso personal para Piqué, que durante los 19 meses que se alargó el proceso de tramitación del proyecto, intentó sin éxito que se redactara en términos que le permitieran abstenerse y que sus jefes en Madrid no lo interpretaran como una deslealtad.
Aunque su estrategia había fallado, Piqué intentó levantar puentes con el resto de partidos catalanes durante la tramitación del proyecto. Una actitud muy contraria a la alcanzada por algunos miembros del PP, como la del entonces secretario general del PP, Ángel Acebes, quien aseguraba que ETA "tutelaba" el Estatut. Piqué, en una muestra más de contrariedad con Génova, salió al paso contradiciendo estas afirmaciones, asegurando que "estoy convencido de que el proceso estatutario en Catalunya, que nosotros criticamos, tiene una dinámica propia, completamente independiente y separada del proceso vasco, afortunadamente."
En noviembre de 2006, de nuevo, se presentó a las elecciones catalanas como candidato del PP, pero su falta de sintonía con los líderes del PP en Madrid acabaron con su dimisión irrevocable el 19 julio de 2007, tanto de presidente del partido como de diputado del Parlamento de Catalunya después de que se hiciera pública la decisión del secretario general nacional del partido, Ángel Acebes, de no contar con los hombres de confianza de Piqué como responsables del comité de campaña del PP catalán para las elecciones generales.
La vinculación de Josep Piqué con el PP se ha mantenido a lo largo de los años, ya que según ha explicado el líder del PPC, Alejandro Fernández, siguió siendo afiliado a la formación. E incluso, hace solo unas semanas, el actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, anunció que incorporaba en su equipo económico a Josep Piqué junto con los exministros Fátima Báñez y Ramón Escolá.
Retorno al mundo empresarial
El mismo año que renunció a ser presidente del PPC fue vocal del Círculo de Economía y colaborador académico en la Escuela de Negocios de Esade, y también se incorporó a la empresa privada. Fue presidente de Vueling de 2007 a 2013, año en que el Grupo IAG tomó el control de la aerolínea. Durante su gestión, la compañía se fusionó con Clickair. Posteriormente, fue consejero delegado y vicepresidente segundo de OHL, desde octubre de 2013 a junio de 2016.
En diciembre de 2017 fue nombrado presidente de ITP Aero, filial de Rolls-Royce dedicada a la producción de componentes de motores aeronáuticos, y en 2022, presidente de la Comisión de Auditoría de la compañía especializada en telediagnóstico y radioterapia Atrys Health. Además, también era consejero de Seat (2017), de la proveedora de soluciones tecnológicas para el sector turístico Amadeus (2019) y de la aseguradora Mapfre Internacional, y a su vez fue consejero de la energética Abengoa y de la aeroportuaria Aena.
Fue reconocido en 2003 con la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III. Piqué es autor de numerosas publicaciones de política económica y análisis geopolítico. En septiembre de 2013 sufrió una hemorragia interna leve por la cual tuvo que ser ingresado en el hospital madrileño Ramón y Cajal. Divorciado de la ginecóloga Margarita Montaner, con la cual tenía tres hijos, estaba casado en segundas nupcias con la periodista Gloria Lomana desde 2009.