El diputado de ERC en el Parlament y exsecretario general de Vicepresidencia y Economía de la Generalitat, Josep Maria Jové, se negó el miércoles a declarar ante la jueza porque hacerlo representaba "blanquear un proceso judicial cargado de irregularidades y de vulneraciones de derechos fundamentales".
Descartó hacerlo con el objetivo también de criticar la "causa general contra el independentismo" en la que cree que se enmarca la suya, ha dicho en una entrevista de Catalunya Ràdio.
Junto al diputado y exsecretario de Hacienda, Lluís Salvadó, Jové se acogió a su derecho a no declarar ante la jueza al acudir al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) por la declaración indagatoria en el proceso por presunta desobediencia, malversación y revelación de secretos en la organización del 1-O.
Con la libreta Moleskine
Jové, que forma parte de la mesa de diálogo con el Gobierno central, ha señalado que llevó al encuentro una libreta Moleskine -como la del caso por el que se le investiga- no como un gesto inocente, sino como un "símbolo de la absurdidad", y planteó qué ocurriría si se le requisaba la nueva y se hacía un informe policial tergiversando su contenido.
Ha dicho que su presencia en la mesa y en la negociación de la investidura del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, puede representar un "símbolo, porque la represión estaba negociando", y ha dicho que no se pudo negar a participar en esta negociación cuando se lo pidieron el líder de ERC encarcelado, Oriol Junqueras, y la secretaria general del partido, Marta Rovira.
Jové ha sostenido que el PSOE sabe que, si la mesa de diálogo entre el Gobierno central y el de la Generalitat no avanza, no hay legislatura, y ha defendido que hay "otros mecanismos para hacer el segundo encuentro" si es complicado reunirse de forma presencial a causa del coronavirus y las medidas para combatir su propagación.