Versiones opuestas y acusaciones cruzadas. La Audiencia de Barcelona ha juzgado este martes dos agentes de la policía española por haber agredido a un joven, Roger Umpierrez, el cual también es acusado de atentado contra la autoridad, en Via Laietana en noviembre de 2017. La fiscal ha pedido para el chico dos años de prisión por atentado contra la autoridad, y alternativamente seis meses de prisión por un delito de resistencia; y no acusa los agentes. La abogada del detenido, Norma Pedemonte, ha pedido 4 años de prisión y 5 de inhabilitación para cada a uno de los dos agentes por un delito contra la integridad moral. Los abogados de los agentes han solicitado que Umpierrez sea condenado a tres años de prisión por atentado contra la autoridad, y alternativamente a un año de prisión por un delito de resistencia. Los tres han negado las acusaciones. Las defensas de los agentes han pedido su absolución y la atenuante de dilaciones indebidas.
Los hechos pasaron el 11 de noviembre de 2017 cuando Roger Umpierrez y cuatro amigos subían por la Via Laietana de Barcelona, después de participar en una manifestación antifascista, que antes pasó por delante de la Jefatura de la Policía Nacional sin incidentes. En el juicio, en la sección 6.ª de la Audiencia de Barcelona, los agentes acusados, destinados a Barcelona por la Operación Copérnico – para parar el 1-O- han declarado que estaban dentro de un vehículo policial y uniformados, cuando oyeron gritos, desde el otro lado de la acera, que los insultaba y amenazaba de muerte por parte de un joven, y atravesaron la calle para identificarlo. Uno de ellos ha asegurado que Umpierrez se negó a identificarse y le dio una "manotazo" en su mano izquierda y por eso, al final, lo detuvieron. Los dos agentes han negado que golpearan el cuerpo y la cara del joven dentro del pequeño ascensor de la jefatura. El joven ha aportado un atestado médico, que se hizo justo después de quedar en libertad, que indica que tenía contusión en un tobillo y una marca en la cara, compatible con una bofetada. Otros dos agentes que lo llevaron en coche sin logotipar a la comisaría de la Verneda, junto con los dos agentes acusados, han recordado hoy, que el chico "pedía perdón y decía me he pasado".
"No pude salir de casa en un mes"
Antes, cuatro amigos que iban con Roger Umpierrez han relatado una versión del todo opuesta a los agentes. Han asegurado que volvían de la manifestación para ir a casa y a la altura de la jefatura tres o cuatro agentes de la policía española "con las porras en las manos" les fueron a buscar y detuvieron Roger "sin ninguna explicación", mientras a los otros los apartaban. "Él levantó las manos y le pusieron los brazos en la espalda, y la cabeza gacha y lo llevaron a la comisaría", han coincidido en declarar la mayoría sin entender el motivo que lo escogieran a él y no al resto. "Por azar", declarado una testigo. "Todos teníamos miedo. Llevaban mucha agresividad y les hicimos caso", ha declarado otro amigo. Y otro testigo ha relatado que se llevaban al joven de Premià de Mar casi arrastrándolo y él no oponía resistencia.
En su declaración, Roger Umpierrez ha confesado al tribunal: "Después de la detención no pude salir de casa en un mes." Ha asegurado que él no insultó a los agentes, ni tampoco se negó a identificarse y menos darle un golpe en la mano a uno de ellos. Levantó las manos y cuando hizo el gesto de ir a coger la cartera para identificarse lo detuvieron. También ha aclarado que no puso la denuncia hasta un mes después de ser denunciado él para "superar el miedo de la detención y recoger pruebas". Y ha aclarado que pidió perdón en el vehículo policial por "miedo y supervivencia porque pensaba que me dejarían en un calabozo".
El presidente del tribunal hace de traductor de catalán
El juicio se ha realizado en castellano, ya que los dos agentes son de fuera de Catalunya, aunque la defensa del joven manifestante iba a hacer todas las intervenciones en catalán. No ha habido polémica. En un caso, el presidente del tribunal, Jordi Obach, ha permitido a un testigo que declarara en catalán y él mismo ha hecho de traductor para los policías. En el inicio del juicio, la abogada Norma Pedemonte ha denunciado las trabas que puso la magistrada del juzgado de instrucción 14 de Barcelona para investigar la denuncia de Roger contra los agentes, causa -ha añadido- que se ha tenido que impulsar con la "ayuda de la Audiencia de Barcelona", que iba aceptando los recursos del joven.
La mancha de la Jefatura
La Jefatura de la Policía Nacional en la Via Laietana se ha vuelto a denunciar como un espacio vulnerador de Derechos Humanos, según los relatos de jóvenes detenidos en las protestas de la sentencia del Tribunal Supremo contra los independentistas catalanes el 2019, como es el caso de Guillem Padilla, conocido como el chico de la sudadera naranja.
Precisamente, la Comisión de la Dignidad ha convocado para este martes, a las siete de la tarde, una nueva concentración delante de la jefatura para que el edificio de Via Laietana se convierta en un centro de interpretación de la represión y la tortura.