El rey emérito Juan Carlos I se quiere asegurar que sus hijas, las infantas Elena y Cristina, tengan una buena herencia cuando él muera, es por eso que ha creado una fundación en el extranjero. El padre del rey Felipe VI ha creado una entidad a Abu Dabi para centralizar su fortuna en el extranjero y dejarla en herencia a las infantas. La entidad está presidida por él y por las hijas, que ocupan asientos en el patronato, según ha podido saber El Confidencial. Felipe VI no participa de esta operación porque, de hecho, en marzo de 2020 renunció a la herencia de su padre a raíz del escándalo del dinero en Suiza y el hecho de que el actual monarca aparecía como segundo beneficiario de una de las cuentas de la fundación off shore, según un comunicado de la Casa Real. El comunicado admitía que Felipe VI tenía conocimiento de las cuentas en paraísos fiscales de su padre desde hacía casi un año. Y por lo que decía, en aquel momento renunció al dinero en un acta notarial.

Según explica el citado digital, la constitución de la entidad creada en Abu Dabi por Juan Carlos I, se ha gestado desde Madrid a través de un abogado español de un bufete internacional. Los trámites se han realizado de manera discreta para evitar otro escándalo, después del archivamiento de las investigaciones contra el rey emérito de la Fiscalía Anticorrupción y la Fiscalía del Cantón de Ginebra (Suiza).

El emérito, preocupado por las hijas

La creación de la fundación responde a la preocupación del emérito por la situación de sus hijas una vez él muera. Ni la infanta Elena ni la infanta Cristina recibe asignación económica de los Presupuestos Generales del Estado desde que dejaron de formar parte de la Casa Real en el 2014. La infanta Elena trabaja en la Fundación Mapfre y percibe un salario de unos 300.000 euros anuales y su hermana menor ingresa unos 400.000 euros de la Fundación Aga Khan, con sede en Ginebra. Son unos sueldos que no tendrían que hacer sufrir a nadie, pero Juan Carlos I teme que una vez él muera ellas pierdan el trabajo, además, las dos se han beneficiado de los fondos sin declarar que el emérito guardaba en el extranjero.

El emérito también quiere utilizar la fundación para rescatar los activos que todavía controla fuera de España y, posteriormente, transmitirlos a las infantas. Oficialmente, el monarca no tiene ni un solo euro, recuerda El Confidencial, que añade que en diciembre del 2020 abonó a Hacienda 678.393 euros para eludir una condena por delito fiscal. Y en febrero del 2021, pagó otros 4,4 millones para regularizar los vuelos privados que supuestamente le regaló su primo Álvaro de Orleans. Aunque oficialmente no tiene dinero, fuentes próximas al emérito aseguran que todavía dispone de fondos y lo quiere dejar todo listo para que en algún momento puedan ser administrados por las infantas.

Así pues, la fundación creada a Abu Dabi tendría que facilitar el traspaso de los activos que le quedan a las hijas, ya que la legislación de los Emiratos Árabes "convierte las fundaciones en una fórmula ventajosa para el trasvase de activos en caso de muerte. A su casi nula fiscalidad se une el secreto en torno a las normas o estatutos que regulan el funcionamiento interno y, también, diluye la verdadera titularidad de los bienes amparados por su estructura". Los herederos pasan a controlar todo el patrimonio de la sociedad así que mueren sus progenitores sin que llegue a revelarse la identidad de ninguno de ellos, explica el digital.