El rey Juan Carlos I no solo estuvo al frente de sus negocios fraudulentos, sino que también de los de su familia. Según ha publicado este lunes El Confidencial, el emérito ayudó a su sobrino Bruno Gómez-Acebo a abrir un fondo de capital de riesgo para inversiones españolas en los Emiratos Árabes Unidos, operación que no se había conocido hasta ahora.
Así se desprende de una carta que envió Gómez-Acebo, hijo de la difunta hermana de Juan Carlos, Pilar de Borbón, el año 2010 para dar las gracias a su tío por el interés en la operación y en la que también le pide nuevos favores. Uno de estos favores, según la carta, es poder tener acceso a las principales autoridades de los Emiratos
El objetivo del fondo de inversión
En este caso, que se suma a todas las operaciones fraudulentas de Juan Carlos que se han conocido en los últimos meses, el sobrino del emérito creó el Fondo de Infraestructuras España-Emiratos (Suaeif, por sus siglas en inglés), con el objetivo de captar y gestionar dinero de empresas españolas dispuestas e interesadas en entrar en el mercado de infraestructuras del golfo Pérsico.
Por lo tanto, lo que quería Gómez-Acebo era atraer activo por valor de entre 700 y 1.500 millones de dólares con el fin de financiar grandes obras hidráulicas, medioambientales, sanitarias, educativas, energéticas y de transporte, según informa el mismo El Confidencial. Para atraer esta cantidad de dinero, la sociedad prometía devolver hasta el 15% de beneficios y, a cambio, el sobrino del Rey y sus socios se aseguraban unos beneficios del 1,75%.
La entrada de Juan Carlos
Hasta este punto, la presencia de Juan Carlos no era necesaria, pero para que Gómez-Acebo pudiera llevar a cabo sus compromisos necesitaba que el gobierno de los Emiratos le concediera los contratos, y para eso necesitaba contactos, contactos que tenía, y tiene, su tío Juan Carlos. Por eso, el 7 de julio del 2010, Gómez-Acebo escribió al rey emérito para que lo pusiera en contacto con el gobierno de los Emiratos y así se dio a conocer entre la burguesía y las altas clases del país del Golfo.
De esta manera, el vínculo de Gómez-Acebo con el emérito le abrió las puertas a la embajada de los Emiratos en España y, además, también le permitió abrir una vía de comunicación sólida con el entonces ministro de Economía del país, Sultan bin Saeed en el Mansoori. De hecho, en su carta a Juan Carlos, su sobrino asegura que el ministro "no solamente me envió recuerdos y sinceros abrazos para ti, sino que me dijo que el proyecto le encantaba y que tenía que haber ido a hablar con él desde el principio. Se ha comprometido personalmente a impulsar desde su lado el proyecto".
No fue como esperaba Gómez-Acebo
Todo parecía un camino de rosas para Gómez-Acebo, pero no calculó que las grandes empresas del Ibex-35 acababan de perder 21 millones de euros en un fondo casi idéntico en Arabia Saudí que había sido impulsado por la Casa Real y que resultó ser un fracaso absoluto. Algunas de las empresas con las cuales quería contactar el sobrino del rey y que estaban incluidas al dosier de presentación de Gala Fund Management eran las mismas compañías que habían fracasado en aquella primera aventura eran, por ejemplo Abengoa, Acciona, ACS, Adif, Enagás, Endesa, FCC, Ferrovial, Gamesa, Grupo Villar Mir, Iberdrola, OHL, Renfe, Repsol, Talgo y Técnicas Reunidas.
Esta nueva operación fraudulenta y de tráfico de influencias del Rey emérito es un clavo más en el ataúd de la reputación de Juan Carlos, que ya acumula tres investigaciones en el Tribunal Supremo español y una en Suiza. En el Estado se le investiga por la regularización de más de 600.000 euros de las tarjetas black, por una cuenta corriente sin declarar en la isla de Jersey y también por las cuentas sin declarar en Suiza, el mismo caso por el cual se le investiga en el país helvético.