El rey emérito Juan Carlos I vuelve a pasear por las calles de Sanxenxo. La localidad gallega es por segunda vez el escenario del retorno del Borbón después de su huida a Abu Dhabi en agosto de 2020. Después de aterrizar el pasado miércoles en el aeropuerto de Vigo, el emérito se desplazó a Sanxenxo donde lo esperaba su velero: Bribón. Es justamente por la navegación por lo que vuelve a tierras gallegas, ya que quería participar en las regatas que tendrán lugar los próximos días.
Este jueves, Juan Carlos I ha llegado al Real Club Náutico de Sanxenxo (Pontevedra) a las 11.27 horas en un coche conducido por su amigo y anfitrión, el regatista Pedro Campos. Una vez más la expectación ha marcado la jornada con decenas de vecinos, fotógrafos y periodistas en guardia desde primera hora de la mañana en el paseo del puerto. Entre los ciudadanos que se han acercado a ver el emérito había seguidores, curiosos y habitantes que rechazan la presencia del Borbón.
Juan Carlos I se ha mostrado indiferente a todo. Apoyado en su bastón y varios acompañantes, ha podido subir con dificultad en su embarcación, aunque le han instalado una plataforma para facilitar que accediera. La previsión es que su estancia en Galicia esté marcada por la discreción, después del malestar que causó al Gobierno su publicitada visita anterior y la negativa a dar explicaciones por su comportamiento personal motivado por las irregularidades fiscales que cometió los últimos años de su reinado.
Más visitas en el futuro
El emérito estaría planeando venir de manera más recurrente. Juan Carlos I querría entrenarse con su velero Bribón para competir en el campeonato del mundo de la clase 6mR, que tendrá lugar en la isla británica de Wight entre el 31 de agosto y el 8 de septiembre. Si quiere ganar esta competición, no tendrá bastante con entrenarse dos o tres días en la localidad gallega, afirma el entorno del emérito. Por su parte, la Casa Real habría pedido a Juan Carlos I que posponga estas visitas de entrenamiento hasta después de las elecciones municipales del próximo 28 de mayo.
Tanto la visita de hoy como sus planes de futuro ponen a la Casa Real española en una posición difícil, ya que hace años que intentan deshacerse de la sombra del emérito. La comunicación entre las dos partes se encuentra muy estropeada, tanto es así que Juan Carlos I no habría avisado de su actual visita al estado español.