La justicia británica ha concluido que el rey emérito, Juan Carlos I, no será juzgado en el Reino Unido por la demanda por presunto acoso presentada por su examante, Corinna Larsen, quien le reclamaba 146 millones de euros en concepto de daños y perjuicios. Así pues, la jueza Rowena Collins Rice ha aceptado los argumentos de la defensa de Juan Carlos, que alegaba que los tribunales británicos no tenían competencia para juzgar el caso. "Mi conclusión principal es que el Tribunal Superior de Inglaterra y Gales falta de competencia para conocer de esta reclamación. Eso se debe al hecho de que no se ha interpuesto contra el demandado en su país de domicilio, como es su derecho por defecto; y a la demandante no me ha convencido de que tenga argumentos sólidos y defendibles de que su reclamo cae dentro de una excepción a esta regla predeterminada", señala Collin Rice. En la resolución, la jueza concluye que no está convencida que el emérito se haya sometido a la jurisdicción del Tribunal Superior por su propia conducción de este litigio hasta el momento. Así pues, la Corte británica ha archivado la denuncia de Corinna contra el emérito por presunto acoso.
La defensa del emérito ante Larssen
El pasado mes de julio, el tribunal escocés escuchó las alegaciones del equipo de defensa de Juan Carlos I— el tercero desde el inicio del conflicto— a cargo del bufete de abogados, Velitor Law. La defensa del emérito solicitó al juez que se rechazara la denuncia de *Corinna al considerar que los tribunales ingleses no tienen jurisdicción para atender la causa porque Juan Carlos I es español. Los abogados de Juan Carlos I se basaron en el artículo 4 de la regulación de la UE sobre jurisdicción, el cual establece que las personas domiciliadas en un Estado miembro, independientemente de su nacionalidad, tienen que ser demandadas ante los tribunales de este país.
Los abogados expusieron en su escrito, que esta regulación comunitaria operaba en este caso concreto porque se inició antes de que acabara el periodo de transición para el Brexit, fijado hasta el 31 de diciembre de 2020. Así pues, insistieron que la demanda de Corinna era competencia de los tribunales españoles. Añadieron que "la cuestión clave" era si, en relación con los supuestos actos de acoso, el Reino Unido era el lugar donde se produjo el presunto 'acontecimiento nocivo' o el 'mal directo', un hecho que apuntaron, que los abogados de Larsen no habían demostrado.
Falta de credibilidad de la demanda
Otro de los argumentos de la defensa de Joan Carles fue "la evidente falta de credibilidad de la demandante". Sobre esta cuestión, destacaron que Corinna había solicitado permiso para hacer una modificación de su demanda original. "Como sus predecesoras, es incoherente, internamente contradictoria y manifiestamente mala en términos legales", apuntó la defensa del rey emérito. Además, negaron la existencia de "una pauta de conducta" de acoso atribuible a Juan Carlos I, al considerar que Larssen hacía referencia a varios incidentes que "son altamente diferentes en cuanto a su naturaleza, tienen lugar de manera esporádica a lo largo de varios años y fueron llevados a cabo por diferentes personas (no siempre el demandante) contra varios objetivos (no siempre la demandada)".
Sobre las afirmaciones de Corinna, la defensa de Juan Carlos I argumentó que son "falsas", y que, además, "son inconsistentes con las declaraciones públicas hechas por ella", antes del inicio del litigio. En concreto, recordó que cuando abdicó el emérito, el 14 de junio de 2014, ella emitió un comunicado transmitiendo su afecto, donde lo describía como "un hombre de una profunda humanidad y valentía, un leal y siempre atento amigo", además de un "gigante de la Historia". Por otro lado, la defensa mostró su malestar por el hecho que "las acusaciones implican un presunto abuso de poder inconsistente con el importante papel del demandado en la Transición de España hacia una exitosa democracia parlamentaria, y con su largo periodo de servicio como soberano".
Corinna, decepcionada con la justicia
La respuesta de Corinna no se ha hecho esperar y ha asegurado que está "profundamente decepcionada" con la decisión de la justicia británica. En un comunicado remitido en EFE, lamenta que "las víctimas de acoso a menudo tienen que luchar para encontrar justicia" en el sistema legal y mantiene que el antiguo jefe del Estado español ha "desplegado todo su arsenal" para destruirla.
Corinna ha avanzado que estudia "todas las opciones" a su disposición para decidir sus próximos pasos, lo cual, en principio, podría incluir recorrer contra la decisión emitida hoy por la jueza Rowena Collins Rice. "Estoy profundamente decepcionada por el resultado de este caso en el Tribunal Superior de Inglaterra. Es desalentador ver que las víctimas de acoso a menudo tienen que luchar para encontrar justicia en nuestro sistema jurídico", afirma en la nota.