Nuevo paso en el camino del Tribunal Supremo para aclarar quién filtró el correo electrónico entre el abogado de la pareja de Isabel Díaz Ayuso y el fiscal de Delitos Económicos que lo investiga por dos delitos de fraude fiscal. La nueva información la ha facilitado el exlíder del PSOE de Madrid, Juan Lobato, que ha aportado al juez Ángel Hurtado su móvil y el acta notarial en el que protocolizó los mensajes que le envió en marzo la entonces jefa de gabinete de la jefe de gabinete de Pedro Sánchez. Era Pilar Sánchez Acera, que era la mano derecha de Óscar López. El correo en cuestión es el del 2 de febrero, cuando el abogado de Alberto González Amador reconoció que «ciertamente» se habían cometido «dos delitos contra la Hacienda Pública». Y el 14 de marzo, Pilar Sánchez Acera remitió a Juan Lobato este correo, que acreditaba que fue González Amador quien promovió el pacto con la Fiscalía (y no al revés, como había difundido el entorno de Ayuso), antes de que se publicara la captura de pantalla en los medios de comunicación. Así queda acreditado en los WhatsApp que Lobato ha aportado al Supremo, a los que ha tenido acceso ElNacional.cat. Fue a las 8.29 de la mañana del 14 de marzo cuando Pilar Sánchez Acera le envió el correo de la defensa de Alberto Gónzalez Amador. “La imagen de la carta es potente. Vigila con los datos personales. Se puede sacar. Un «Quién miente, señora Ayuso: ¿usted o su novio? Parece que usted»”, le dijo la asesora de la Moncloa. En su respuesta, a las 8.39 horas, Juan Lobato expresó sus dudas: “¿Pero se ha publicado en algún sitio? No tiene fecha. ¿La carta cómo la tenemos?”.
📝 Juan Lobato, a la asesora de la Moncloa, sobre el correo de la pareja de Ayuso: “¿Cómo lo tenemos?”
Juan Lobato ha estado una hora y media declarando y ha dejado su móvil para que lo clonaran. Se lo ha pedido el juez porque en el acta notarial las conversaciones estaban incompletas y descolocada y necesitaba comprobarlo. A lo largo del día de hoy, tendrá que volver para recuperarlo y poder tenerlo durante el fin de semana. A la salida, ha asegurado que estaba “tranquilo”, ha dejado claro que ha hecho lo que tenía que hacer y ha anunciado que no irá al 41.º Congreso del PSOE, que arranca con Pedro Sánchez bajo la sombra de la tormenta judicial. Los socialistas quieren poner el foco en Sevilla (donde el cónclave se prevé que sea plácido con respecto al liderazgo del partido y más agitado sobre el futuro financiación singular de Catalunya), pero todas las miradas matinales enfocaban hacia el Supremo.
El exlíder del PSOE se ha dejado ver a las 9.40 de la mañana en la calle del Marqués de la Ensenada, dónde lo esperaba un gran grupo de periodistas y cámaras. Ha llegado solo, con americana y con una carpeta portafolios con el logo del PSOE. Ha saludado y no ha hecho declaraciones. Y ha entrado en la sala a las diez y cuarto de la mañana. En su declaración, han estado presente los dos abogados del Estado que representan al fiscal general del Estado y a la fiscal jefe provincial de Madrid, la teniente fiscal del Supremo y número dos de Álvaro García Ortiz (María Ángeles Sánchez Conde), el abogado de la pareja de Ayuso (que ejerce de acusación particular) y las cuatro acusaciones populares que están personadas a la causa: la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales, Manos Limpias, el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid y la Fundación Foro Libertad y Alternativa. Justo esta semana, se ha sabido que la UCO considera que García Ortiz tuvo una “participación preeminente” en la filtración de la información sobre Alberto González Amador.
Juan Lobato fue a la notaría para que quedara acreditado como le llegó la información
Todo estalló a principios de semana, cuando el diario ABC reveló que, días después de que la Guardia Civil registrara el despacho del fiscal general del Estado y le confiscara su móvil y ordenador, Juan Lobato había ido a la notaría para protocolizar los WhatsApp que meses antes le habían llegado desde la Moncloa. El martes, en su primera aparición pública después del estallido de la noticia, Juan Lobato relató que Pilar Sánchez Acera le dijo que el origen de la documentación eran los medios de comunicación. “Si eso es verdad, no hay problema a acreditarlo” ante el notario, defendió Lobato en una rueda de prensa.
Ahora bien, insinuó que quizás Ferraz y la Moncloa lo quisieron engañar: “Si el origen fuera diferente, eso habría supuesto un intento para que fuera yo quien hiciera público el documento con origen de posible irregularidad, con las consecuencias políticas y legales que habría tenido para mí y para el PSOE de Madrid”. ¿Por qué acudió a la notaría? Lobato defendió que quería que quedara “bien asegurada la conversación y no dependiera de la integridad del móvil”. “Por si pasa alguna cosa a mi móvil, tener claro que podemos acreditar en un procedimiento judicial en el que nos requieran información al respecto, como claramente nos llegó a nosotros la información,” relató.
“Mi manera de hacer política no es compatible con la de la mayor parte de la dirección actual del partido”
El miércoles, en el comunicado en el que anunciaba que dimitía, Juan Lobato denunció que el PSOE “atacara a quien no coincide con la opinión de la dirección en cada ámbito territorial” y defendió terminar para “poner freno a una situación de enfrentamiento y división grave que se estaba generando” dentro del partido. “Es mucho más importante en todo momento proteger y fomentar la buena política que aquellos que lo ejercemos circunstancialmente. No hay duda que mi manera de hacer política no es igual y a veces ni siquiera compatible con la de la mayor parte de la dirección actual del partido”, lamentó.