Quién habría dicho, hace solo unos años, que el palacio de San Telmo en Sevilla acogería algún día un gobierno del Partido Popular. La Andalucía del anarquismo y la Mano Negra, de la lucha rural y Casas Viejas... y del socialismo de Felipe González y Susana Díaz. La historia desde la Transición democrática de la segunda mayor comunidad autónoma y la primera más poblada es indiscernible de la influencia que ha ejercido la filial andaluza del PSOE. Un vínculo, sin embargo, que conoció su final ahora hace cuatro años, cuando los socialistas registraron sus peores resultados en la historia en la región y cedieron el relevo, sorprendentemente, al Partido Popular.
Tampoco se puede decir que la formación conservadora se hubiera ganado la presidencia de la Junta. Como pasó con los socialistas, aquellos comicios también otorgaron a los populares el porcentaje más bajo de voto desde que Alianza Popular se convirtió en el PP a principios de los años noventa. Con poco más de una quinta parte de los apoyos totales, el candidato Juanma Moreno parecía destinado a la papelera de la historia. Pero no fue así. Ciudadanos, entonces en la cresta de sus éxitos electorales antes de iniciar el declive que lo acerca ahora a la extinción, y Vox, que irrumpía en el Parlamento andaluz con fuerza para poner en marcha su espectacular ascenso en España, se ofrecían para salvar al popular. El 'trifachito' sumaba mayoría absoluta. A cambio de regalar la presidencia a Moreno, los naranjas solo pedían un gobierno de coalición; la ultraderecha, aún mínimamente fiel a su palabra, se ofrecía a facilitar la investidura a cambio de casi nada porque no quería entrar en una institución que exigía cerrar.
Ahora bien, a pesar de los pocos apoyos que recibieron a los conversadores hace cuatro años, el Partido Popular en Andalucía vive un momento especial. Todas las encuestas sitúan a Juanma Moreno como el favorito a ganar las elecciones este próximo domingo. No solo eso, sino que se acerca a la anhelada mayoría absoluta que lo permitiría gobernar en solitario sin la tutela de Vox. Macarena Olona ya ha advertido en numerosas ocasiones que los ultras exigirán entrar en el ejecutivo. ¿Cómo ha conseguido Moreno acabar definitivamente con la hegemonía del PSOE y estar a punto de, en sus palabras, "consolidar el cambio" en Andalucía?
Vía libre del PSOE y Cs
Entre los motivos que explican el crecimiento del PP en esta comunidad autónoma, está la situación en que se encuentran los demás partidos, empezando por los socialistas. Así lo constata el director de Opinión Pública y Estudios Políticos en el centro investigador Ipsos España, José Pablo Ferrándiz, en una entrevista con ElNacional.cat. "El gobierno socialista estaba fuertemente desgastado por culpa de llevar tantos años en el gobierno, de varios casos de corrupción, y también debido a unos servicios públicos degradados", señala. Desde 2018, el PSOE no ha sabido reorganizarse. A todo esto, hay que añadir la cuestión de su candidato, Juan Espadas, que no es muy conocido entre el electorado. No sorprende, pues, que las encuestas no pronostiquen que los socialistas mejoren sus últimos resultados.
Con respecto a Ciudadanos, la situación es aún peor. A pesar de esta etapa en el ejecutivo andaluz, los naranjas no han sabido recoger los frutos. Todos los estudios demoscópicos prevén su práctica desaparición. "A menudo pasa que en gobiernos de coalición el socio mayoritario fagocita el minoritario, porque la primera se presenta en la opinión pública como la formación genuinamente responsable de la acción del gobierno", recuerda el profesor de Sociología a la Universidad de Granada, Alejandro Romero, en una conversación con este diario. "Es un juego de percepciones que se autoconfirman, en que el PP prácticamente no tiene que hacer nada para mantenerlas, y nada que haga Ciudadanos será suficiente para revertirlas".
Moderación sin escándalos
Pero también hay mérito del Partido Popular. Y es que su llegada a San Telmo después de décadas de gobiernos rojos preocupaba a muchos electores. La sensación era que el cambio de color político tenía que llevar la región a la catástrofe. "Siempre existía el miedo a que llegara la derecha y se cargara el estado que han construido los socialistas en Andalucía", explica Ferrándiz. Eso no ha sido así y, ante unas expectativas tan pesimistas, cualquier gestión que no haya profundizado la comunidad autónoma en la pobreza se ha visto con buenos ojos.
Los datos lo demuestran. Según unas encuestas de El País, una amplia mayoría de los votantes del PP, Vox y Ciudadanos creen que la situación política en Andalucía ha mejorado, y solo la mitad de los electores socialistas cree que ha empeorado. Con respecto a la valoración de Moreno, saca notables para las tres derechas, e incluso los votantes del PSOE lo aprueban. Además, los encuestados reconocen que la figura del candidato popular es la que mejor representa una imagen de liderazgo, incluidos los votantes del PSOE, de Adelante Andalucía y Por Andalucía.
Otro estilo de líder del Partido Popular en esta comunidad autónoma posiblemente no conseguiría recoger los éxitos que se le presentan a Moreno. En el caso de ser del ala radical, con un perfil más próximo al de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, el experimento posiblemente no habría llegado tan lejos. "Si cuando hubiera llegado de repente intentara introducir unos cambios claramente de derechas, privatizando y en general yendo en contra del clima que quiere la ciudadanía andaluza, probablemente le costaría mucho más repetir", argumenta Ferrándiz. La moderación no es un valor que exige todo el electorado andaluz, pero el cierto es que hay un gran grueso que se siente atraído, especialmente aquel que en otras ocasiones había confiado en el PSOE.
Al fin y al cabo, la administración de los conversadores no ha comportado quebraderos de cabeza ni escándalos sonados. A pesar de algunas apuestas como una reducción de los impuestos para los ricos y unas cifras de ocupación que no son motivo de celebración, está satisfaciendo al público. "Ha puesto en marcha una transición tranquila y la gente está dispuesta a darle más tiempo al gobierno", dice Ferrándiz. Es una idea que comparte el profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Pablo de Olavide, Jean-Baptiste Harguindéguy, según explica a ElNacional.cat. "Ha hecho una gestión muy en la línea previa del PSOE. Gran parte de la popularidad de Moreno es que no ha hecho nada extraño con respecto a Susana Díaz", detalla. "Sí un poco más a la derecha de forma simbólica, pero no ha habido un big bang, que es el que no gusta a la gente".
Un pilar para Feijóo
Y a todo esto hay que añadir la llegada Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del Partido Popular. Moreno se ha beneficiado enormemente de este cambio. Entre el andaluz y el gallego hay un vínculo evidente, que va más allá de la moderación con que se identifican ambos políticos. Ya a principios de marzo, cuando el entonces presidente de la Xunta de Galicia anunciaba su candidatura para ocupar el principal cargo del partido, Moreno compartía rápidamente su apoyo y aprovechaba para pasar la mano por la cara de Pablo Casado. "Feijóo tiene un nivel de experiencia que evidentemente no tiene Casado, y eso hace que tengan diferencias notables en su manera de entender la política", afirmaba, acusándole también de estar "más preocupado por controlar las estructuras territoriales que por ganar las próximas elecciones". La traición se consumaría pronto, con Feijóo, Moreno y Ayuso aliándose para expulsar a Casado de la sede de Génova.
"Hay una extraordinaria relación y sintonía entre los dos porque se parecen y tienen una manera de hacer política similar", argumenta el director de la Escuela de Asuntos Públicos y Gobierno IMF Smart Education, Julio César Herrero, a este diario. "Además, es muy complicado pretender llegar al gobierno central sin contar con una comunidad tan importante como la andaluza". Un ejemplo lo evidencia: la cesión de Elías Bendodo a Madrid para convertirse en el coordinador nacional de Feijóo, después de años ocupando cargos en Andalucía y siendo la mano derecha de Moreno, con un rol fundamental durante la primera legislatura andaluza del Partido Popular. "Cuando uno prescinde de los que te han ayudado a llegar a la presidencia de la Junta, es que uno apuesta por la nueva dirección y está dispuesto a contribuir", mantiene César Herrero. Con la mirada de Núñez Feijóo fijada en La Moncloa y las encuestas acompañándolo en esta quimera, a Juanma Moreno podría esperarlo un futuro mucho más allá de Andalucía. Pero, por ahora, el primer reto será establecer el primer ejecutivo netamente popular en Andalucía.