Las generaciones más jóvenes (en Catalunya y en el mundo) cada vez se alejan más de la política. Y aquellos que se acercan lo hacen llamados por la extrema derecha: en el país, la generación que más se autoubica hacia la derecha son los chicos de entre 18 y 24 años, los mismos que cuestionan más el feminismo y que incluso se oponen, que menos preocupados se muestran por la emergencia climática y sus efectos, los que tienen menos conciencia lingüística y los más españolistas, aparte de ser los que con menos malos ojos ven las políticas que lleva a cabo Donald Trump al frente del gobierno de los Estados Unidos. En este contexto, ElNacional.cat entrevista a Judith Toronjo (Tordera, 1990), diputada y secretaria de organización de Junts per Catalunya. Toronjo, formada a las Juventudes Nacionalistas de Catalunya (JNC), fue de número ocho en las anteriores elecciones en el Parlament de Catalunya en la lista del president Puigdemont. Fue secretaria general de la JNC, las juventudes de Junts.
¿Por qué una joven como usted, en un momento en el cual esta generación cada vez está más alejada de la política, ha dado este paso para dedicarse?
Hace muchos años que tengo este interés y el instinto de participar de las entidades del tejido asociativo. Lo hice durante muchos años en el ámbito municipal y eso llevó a que, cuando vine a vivir a Barcelona y empecé la etapa universitaria, me implicara y me hiciera militante de la Joventut Nacionalista de Catalunya (JNC). Tuve el gran honor de ser la secretaria general y, a través de estar en esta ejecutiva de la JNC, viví de primera mano el 9N, el 1 de octubre, también la represión o la creación de Junts per Catalunya.
También coincidió en un momento en el cual la JNC era el partido del PDeCAT y usted tuvo que decidir si se quedaba o daba el paso a Junts per Catalunya…
Exacto. Fue uno de los momentos más relevantes a lo largo del mandato. Pudimos vehicularlo a través de los órganos internos, del consejo nacional y de una consulta la militancia. Estoy muy orgullosa de aquella decisión que tomamos y de estar siempre en el lado correcto de la historia.
¿Se ha arrepentido en algún momento de haber dado este paso en el mundo de la política institucional?
No, creo que es una cosa muy bonita. Sí que hay días difíciles, pero no me arrepiento.
Sus amigos, sus vecinos, su familia... ¿usted nota que la ven como 'un bicho raro' dentro del mundo de la juventud, dedicándose a política?
Es extraño porque sí que es cierto que hay una mayoría que no se dedican a la política, pero también tengo la suerte que, sobre todo en el círculo de amigas, estoy rodeada de muchas personas muy interesadas por lo que pasa por todo el mundo. Una amiga es concejala, u otra trabaja también como asesora en una administración.
Es decir, su entorno está más politizado que otros...
Todo el mundo siempre ha acogido muy bien que yo participara y siempre me han dado mucho apoyo, indiferentemente de que formen o no parte del mismo partido, o compartan o no la mayoría de las ideas. Es de agradecer que cuando vuelves a casa, en Tordera, que la gente esté.
¿Cree que hay una desafección muy acentuada políticamente entre los jóvenes?
Hay una desafección que es visible. De hecho, yo empecé a militar en la JNC en el cual había un momento político muy diferente. Pedíamos el derecho a poder decidir, a poder hacer un referéndum y a poder votar. De hecho, cuando nosotros hablábamos de independencia hace muchos años, no lo hacían muchísimas otras formaciones políticas. Es cierto que hubo un momento con el 1 de octubre que hubo una movilización muy grande de los jóvenes del país, pero sí que en los últimos años, a través de la covid, ha costado canalizar quizás también parte de sus sensaciones, de sus problemáticas, y también hay que dar respuesta a estas aspiraciones. Es más importante que nunca que estemos aquellos que nos mueve la política, que tenemos ganas de cambiar las cosas y que no dejemos de representar a toda esta generación y a las que vendrán. Por lo tanto, a pesar de que quizás sí que es cierto que no participan tanto, creo que es importante que estén.
¿Usted cree que faltan jóvenes en la política institucional? ¿A las listas de los partidos?
Seguramente faltan representantes de muchos colectivos diferentes. Desde jóvenes, hasta otras personas que viven en su día a día realidades muy diferentes. Si hubiera más jóvenes sería de agradecer y contando con gente de la JNC, como siempre han hecho, que son jóvenes muy formados. El secretario general de la JNC, por eso, siempre ha formado parte de las listas y ha tenido esta representación que creo que es importante, pero evidentemente siempre podríamos tener más.
¿Cree que los jóvenes sienten que las instituciones dificultan su crecimiento personal?
Creo que no es que dificulten, sino que quizás no confían en que les puedan resolver algunas de las problemáticas que más tienen a su día a día, desde, por ejemplo, la vivienda, la emancipación o el empleo. Quizás sí que eso hace que haya esta tendencia a alejarse un poco más, porque no están dando respuesta o no están tratando una cuestión tan fundamental que te afecta de primera mano y que no se acaba de desencallar o no se acaba de dar respuesta como querrías. Aquí falta mucha acción política todavía para desarrollar si de verdad nos preocupamos para estos jóvenes o para las generaciones no tan jóvenes, que quizás algún día éramos de menos de 30 años y que seguimos sufriendo las consecuencias de esta tasa de emancipación o la realidad actual para poder hacer un proyecto de vida.
Se lo pregunto porque parece que ahora la moda entre los jóvenes más antisistema es optar por partidos como Vox o Aliança Catalana, mientras hacía unos años quizás era votar a partidos de izquierdas como la CUP o Podemos...
Generalizar tampoco me gusta. Sí que es cierto que hay un auge de determinados partidos y movimientos que han sabido captar parte del votante joven y lo han hecho a través de las redes sociales. Lo que tenemos que hacer es estar en todos estos espacios, como las redes sociales, pero también en la presencialidad, que no podemos perder ni mucho menos de vista. También combatir no solo los discursos de quien diferimos, sino, evidentemente, hacer propuestas que de verdad sí que reflejen esta realidad.
Existe la idea de que los jóvenes van a las listas para tratar de captar votos. Es decir, como cuota. ¿Cree que eso es así?
Yo creo que son un reflejo de la sociedad las listas. Hay desde gente más joven hasta gente mayor, gente de municipios más pequeños, o de ciudades mayores. Creo que eso es la riqueza del país que tenemos. Creo que se intenta hacer este tipo de equilibrios.
Uno de los principales problemas entre los jóvenes es la emancipación, sobre todo relacionado con la vivienda. ¿Cuáles son las propuestas por parte de Junts y de la JNC para conseguir que los jóvenes se puedan emancipar, teniendo en cuenta que la tasa de emancipación es de las más altas de la Unión Europea?
Justamente hace unos días salía que un joven de Catalunya tendría que ahorrar hasta 9,6 años sin gastar para hacer la entrada de un piso y para poder acceder a una propiedad privada de la compra. Eso es una anomalía. Lo que no puede ser es que solo tengamos un 20% de los jóvenes emancipados con menos de 30 años, o que cuando te lo empieces a plantear siempre tiene que ser compartiendo piso. También a veces la vida parece que esté hecha para estar en pareja o compartir un hogar, y realmente hay una serie de carencias de una generación que ha tenido que vivir con crisis, sea de la covid-19, o la financiera. Eso ha impedido que podamos desarrollarnos como lo habían hecho nuestros padres o como lo habían podido hacer otros compañeros.
Para Junts per Catalunya es una prioridad hablar de los jóvenes y lo tenemos que hacer desde una óptica muy transversal, porque no solo es hablar de ocio o de temas puntuales, sino hacerlo hablando con personas que se insertaban en el mercado laboral, que necesitan oportunidades en el ámbito del conocimiento o de formación. Si quieren poder emanciparse, tener un hogar para poder comprar o alquilar es básico que haya una estrategia nacional de emancipación. Lo que no podemos es aprobar iniciativas puntuales desde el Parlament sin una estrategia global que permita hacer una reflexión de hacia donde vamos. Eso implica tanto la modificación de la Ley de Políticas de Juventud como también un cambio de paradigma. A través de esta estrategia nacional de emancipación tenemos que hablar del alquiler, porque vamos muy atrás. Hay que garantizar pisos de protección oficial para personas jóvenes con un 25-30% y con ayudas que se ofrecen por parte de varias instituciones, pero que están muy desarreglados. Por ejemplo, hemos visto como en Madrid se van aprobando bonos joven con varios precios, cuando la realidad social del territorio es muy diversa. No cuesta lo mismo un piso en Barcelona, que un piso en Tordera, Girona o Puigcerdà. Hace falta que estas ayudas las pueda gestionar la Generalitat, que tenga capacidad financiera para poder hacer también la mejor distribución, mucho más eficiente y en función de las zonas tensionadas.
Con respecto a la compra, nosotros apostamos por medidas como el crédito aval, que es una medida que tiene que ser esencial para este apoyo ante la falta de ahorros para hacer una entrada del 20% del piso. También proponemos cuentas de vivienda, que era la colaboración públicoprivada que había habido con entidades financieras a través del Institut Català de Finances de otros años de poder hacer este ahorro necesario para el día que quieras acceder a una vivienda.
¿Con respecto a la compra, se tienen que bajar los impuestos?
Hay esta presión fiscal que nos está afectando tanto en los jóvenes, pero también a toda la sociedad. Vemos las consecuencias a la clase media que son los que más salen perjudicados. Y hace falta, por lo tanto, que haya esta ayuda por parte de la administración y dotar de oportunidades a la gente.
¿Qué impuestos se tendrían que rebajar en el caso de la compra de una vivienda?
En el caso del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), sí que ha habido tradicionalmente una serie de ayudas hasta los 32 años. Nosotros creemos que todas las políticas de juventud se tendrían que incrementar hasta los 35 por este retroceso que hemos tenido durante los últimos años para emanciparse. También con otros impuestos, pero sobre todo con este 20% de ITP, que creo que es una cantidad muy elevada. Más allá a las ayudas de entrada, hacen falta medidas de apoyo económico cuando un propietario pone a disposición su vivienda para el alquiler de un joven, o también cuando un joven alquila una vivienda disponer de beneficios fiscales. El gobierno Rajoy sacó la deducción estatal de alquiler para jóvenes y solo se ha mantenido la de Catalunya.
¿Qué opina del tope del precio del alquiler?
Creo que no ha beneficiado. Hemos visto que se han intentado implantar varias medidas, como la regularización del precio del alquiler, o también algunas iniciativas que no han tenido ningún éxito. Hemos retrocedido a la ciudad de Barcelona, pero también a muchos otros lugares. Lo que no podemos hacer es que disminuya la oferta, se incremente el precio y que cada vez haya menos oportunidades.
Volviendo a lo que hemos hablado antes que cada vez los jóvenes optan más por partidos antisistema de derechas. ¿Qué se ha hecho mal desde los partidos tradicionales?
Seguramente no tengo la respuesta mágica, pero creo que sí que todos tenemos que hacer una auto-reflexión y cambiar la comunicación hacia los jóvenes. Y quizás hacerlo más a través de las redes sociales, hacerlo más en los espacios donde están presentes, como puede ser las universidades, los centros de formación profesional y escucharlos mucho. Lo que yo creo que los jóvenes no permiten es este paternalismo que algunas veces se ha querido tener por parte de algunos espacios que se ha querido aleccionar a jóvenes cuando ellos son plenamente conscientes del mundo en el cual viven y las dificultades por hacer frente.
¿Se tendría que cambiar el lenguaje en la política?
Podríamos hacer un lenguaje más sencillo y próximo. Nos tendríamos que explicar más y hacerlo más allá de las leyes. El Parlament legisla y tiene su complejidad con las proposiciones de ley, los reglamentos, los decretos y todo ello. Quizás habría que entrar más en el tú a ti con las personas y de mantener una conversación explicando aquello cómo beneficiará en tu día a día, cómo beneficiará cuándo tú vayas mañana a buscar una vivienda.
Pasa entre los jóvenes, pero también entre la sociedad. Poca gente sabe quién es o no conoce el nombre del president de la Generalitat, sin embargo, en cambio, una gran mayoría saben quién es Donald Trump o Javier Milei. ¿Cree que tiene alguna cosa que ver con la viralización en las redes?
La viralización en las redes ha hecho que algunas de estas personas tengan un grado de conocimiento más elevado, y por eso hace falta explicarnos y estar, no dar por hecho que por el solo hecho de tener una cuenta ya lleguemos a todo el mundo. Se tiene que romper con nuevas fórmulas, con nuevas maneras de comunicarnos y, no solo son importantes las redes sociales, sino que creo que hay toda una parte de activismo más tradicional que también funciona y que a veces obviamos
¿Cree que a los políticos les falta proximidad, sobre todo con los jóvenes?
Depende. Yo hace pocos años que estoy en política y sí que he podido conocer personas, no solo de mi formación, que tienen esta proximidad. Intento entender esta política, seguramente, porque vengo de un municipio y he convivido con la política municipal que creo que la proximidad es básica. Lo tenemos que hacer a través de estos pueblos o ciudades donde tenemos representación, que esta proximidad es mucho más sencilla. Y cuando vas a un bar, a una panadería o a algún sitio, saber el nombre de todo el mundo y como dirigirte y seguramente también sabes de sus problemas.
¿Cree que ayudaría a un cambio de sistema electoral en Catalunya?
No sé si eso iría ligado un cambio de sistema electoral, pero sí que es cierto que hay la iniciativa legislativa popular registrada en el Parlament para poder hacer los cambios oportunos y yo creo que todo lo que pueda estar en beneficio que la gente se pueda sentir más representada es positivo. Quizás podríamos hacerlo a través del sistema actual que tenemos, a través de nuevos mecanismos, pero todo lo que sea aproximarnos más pienso que siempre es un paso.
¿Con respecto al catalanismo, cree que a este movimiento nacional catalán le ha faltado modernizarse y cambiar el lenguaje? Los jóvenes catalanes cada vez hablan menos catalán, tienen referentes más españoles, sobre todo en redes sociales...
Cada vez tenemos más generadores de contenidos, también en catalán, que es una cosa que quizás no pasaba hasta hace relativamente muy pocos años y nos habría parecido inimaginable que el hit del verano pudiera ser una sardana. Construyendo, renovándonos, pero manteniendo la esencia, la identidad, el nacionalismo o la defensa de la lengua también podemos aproximarnos a los nuevos jóvenes, pero también a las generaciones que empiezan a ir a la escuela y que son los más pequeños de casa. Tenemos que buscar la manera y sobre todo hacer memoria de donde venimos, del país que somos y hacia donde queremos aspirar. Evidentemente, pudiendo respetar a otras culturas. No nos habríamos visto nunca en una fiesta mayor, en una fiesta, en una discoteca o en un espacio de ocio bailando una sardana, y eso ha pasado. Por lo tanto, yo creo que están más vivos que nunca y es posible de aproximarles jóvenes.
¿Usted al fin y al cabo cómo lo aplica, como diputada, en su día a día?
La vida de diputada es complicada y más ahora con este nuevo nombramiento como secretario de organización del partido. Le faltan horas al día, pero creo que salimos adelante lo bastante bien. Acabé la pasada legislatura que estaba embarazada y tuve la niña justo antes de las elecciones. El último año ha supuesto un cambio muy importante en mi vida. Intentarlo compaginar y sobre todo respetar mucho los horarios. Creo que todos tomamos más valor a las horas que dedicamos en casa, que dedicamos a los nuestros, y creo que eso es básico. Aunque no pueda ser todas las horas que me gustaría, creo que aquellas que estoy, puedo estar. Puertas adentro del Parlament no se visibiliza mucho trabajo. Normalmente, la que sale es la de la sesión de control, del pleno y de aquellos puntos el orden del día que suscitan más debate, pero hay mucho trabajo. Las comisiones llevan muchísimas horas de trabajo y además lo tienes que combinar con ser presente en el territorio.
¿Cree que desde el Parlament la ciudadanía percibe que no se trata de temas de especial interés para ellos mismos?
Yo creo que se tratan de muchos de interesantes, pero sí que es cierto que no siempre mediáticamente acaban saliendo todos los temas.
¿Por qué?
Normalmente, es más atractivo la sesión de control porque comparece el president y el Govern para rendir cuentas. Es un mecanismo que es muy directo con preguntas cortas de fácil respuesta. En cambio, las interpelaciones o las intervenciones son mucho más largas y son más pesadas quizás de venderlas comunicativamente. Ojalá pudiera haber un programa que saliera un poco de resumen sobre qué ha pasado en la casa de todos los catalanes, el Parlament de Catalunya. Que puedan ver que hemos hablado de economía, de fiscalidad, de emancipación de los jóvenes, de educación o el problema que tienes en el patio de la escuela. Tendríamos que mirar o intentar buscar mecanismos para que todo eso se tradujera a hacer a una sociedad más crítica, pero que también viera que aquellos representantes políticos están trabajando.
Uno de los mantras también de los partidos más populistas que está creciendo entre los jóvenes es la cuestión de los chiringuitos y que los políticos cobran demasiado. ¿Los políticos cobran demasiado?
Sinceramente, creo que no está pagado estar en política. Es un honor increíble poder dedicar los mejores años de mi vida a eso. Antes de ser diputada había estado durante muchos años en una empresa. Si tienes un plan de carrera o un recorrido dentro de determinadas empresas puedes tener un buen salario si tienes esta suerte. El salario de muchos jóvenes, desgraciadamente, son cada vez menores porque la cesta de la compra vemos que además sube. Yo estoy orgullosa de estar donde estoy, pero también toco de pies en el suelo de la realidad que vivimos en nuestro país y que precisamente por eso estamos para cambiar las cosas y también para que los salarios sean mucho mejores para todos los ciudadanos.
Otro tema es la inmigración. ¿Cree que los ciudadanos, especialmente jóvenes, perciben la inmigración cada vez más como un problema?
Últimamente, han salido algunas encuestas o estudios que sitúan que los jóvenes de menos de 29 años tienen estos discursos más radicales en este sentido. Si bien es cierto que en mi entorno no tiene este tipo de discursos, ni piensa estas ideas, pero sí que hay una realidad y esta viralización de algunos mensajes sí que ha llevado seguramente al hecho que haya esta presencia.
¿Tiene algún reto esta legislatura? ¿Se marca algún objetivo para los jóvenes?
Me gustaría mucho que hubiera una apuesta firme del Govern de la Generalitat y que una vez por todas dejara de mirar tanto a los intereses de Madrid y lo hiciera para los intereses de los catalanes, lo que quiere decir también gobernar para todos los jóvenes del país y hacerlo sin complejos, también abordando este reto. La emancipación yo creo que es una emergencia, es una urgencia que hay que abordarla cuanto antes mejor. La legislatura pasada hicimos un pleno monográfico, hubo muchas propuestas que han quedado allí pendientes y nosotros trabajaremos para que se dé salida con una estrategia nacional de emancipación, pero sobre todo dando oportunidades a estas personas que, a pesar de ser la generación mejor formada, vemos cómo tienen los salarios todavía muy atrás y pueden acceder a la vivienda.