La segunda carta a la ciudadanía de Pedro Sánchez levanta los reproches de los jueces. Pocas horas después de que el presidente español atribuyera la citación a Begoña Gómez, su mujer, a un intento de influir en el 9-J, dos asociaciones de jueces han respondido con críticas a la misiva del líder socialista. En un comunicado conjunto, la Asociación Judicial Francisco de Vitoria, la segunda en asociados, y el Foro Judicial Independiente, la cuarta, han sido las que han alzado la voz: lamentan que es “muy poco edificante” que el presidente del Gobierno “traslade a la ciudadanía la idea de que un juez dicta sus resoluciones con intereses electoralistas”.
En el escrito, de cinco párrafos, ambas asociaciones ponen en relieve que la “percepción de normalidad democrática del trabajo de los jueces depende mucho” de que los responsables políticos “no hagan señalamiento de jueces y respeten las decisiones y tiempos de la justicia”. Y subrayan que, precisamente, “los tiempos de la justicia no se acomodan y, lo más importante, no tienen que acomodarse a los tiempos electorales”.
“La separación de poderes es un principio irrenunciable que debería estar presente en toda declaración política”, añaden. Asimismo, recuerdan que “la condición de persona investigada no supone ninguna valoración de culpabilidad”, sino que es “una garantía fundamental para ejercer el irrenunciable derecho a defenderse abiertamente de cualquier imputación, infundada o no”.
“La regla no escrita de no dictar resoluciones susceptibles de condicionar una campaña electoral”
En su carta, Pedro Sánchez apuntaba directamente que la decisión del juez Juan Carlos Peinado de citar a declarar a Begoña Gómez como investigada por presunto tráfico de influencias y corrupción política tenía la voluntad de “interferir en el resultado electoral del próximo día 9 de junio”. “Esta decisión se anuncia solo cinco días antes de que se celebren elecciones al Parlamento Europeo, lo cual resulta extraño”, sostenía el presidente español. Y añadía una reflexión: “Habitualmente, se ha seguido la regla no escrita de no dictar resoluciones susceptibles de condicionar el desarrollo normal de una campaña electoral y, por tanto, el voto de los ciudadanos. En este caso, resulta evidente que esta práctica no se ha respetado. Dejo al lector extraer sus propias conclusiones”.
Además, el presidente español defendía a su esposa asegurando que “no hay nada detrás de esta acusación, solo un zafio montaje impulsado por las asociaciones ultraderechistas” y disparaba contra el “ruido” y la “furia” de “tabloides digitales nacidos para propagar bulos” y “platós de tertulias televisivas y radiofónicas al servicio de amplificar esa desinformación”.