Jordi Turull fue el último de los presos políticos que salió de la prisión para ir a trabajar en aplicación del artículo 100.2. Turull salió por primera vez del centro penitenciario de Lledoners el pasado 10 de marzo para ir a un despacho de abogados en la Plaça Vella de Terrassa.
Después de 4 meses de aquella primera salida laboral, la jueza del Juzgado de Vigilancia n.5 de Catalunya ha ratificado la aplicación de este artículo. Desde un primer momento la fiscalía se opuso a la salida de los presos argumentando que no se habían reeducado ni arrepentido de los hechos pero ahora la jueza ha validado el 100.2.
En una resolución, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaría ha explicado que ratifica el permiso de Turull y ha apuntado que Lledoners tendrá que comunicar semanalmente "una valoración de la evolución del interno en este régimen especial".
El texto especifica que el centro penitenciario tiene que constatar que se mantiene bajo el riesgo de reincidencia delictiva y de ruptura de la condena".
De la misma manera, la jueza especifica que se dan "3 días hábiles" para interponer recursos.
El tercer grado
El 2 de julio las juntas de tratamiento de las prisiones de Lledoners, Puig de les Basses y Wad-Ras otorgaron por unanimidad el tercer grado a los presos políticos. Eso quiere decir que Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Turull, Josep Rull, Raül Romeva, Carme Forcadell, Dolors Bassa, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart quedan en régimen de semilibertad.
Después de dos años y medio encerrados, los presos políticos podrán salir de la prisión cada día y sólo tendrán que volver para ir a dormir. Los permisos también se amplían, pasan de 36 a 46 y no hay que tener cumplido un cuarto de la pena para poder hacerlos.