Habrá que esperar hasta el viernes para escuchar la declaración más esperada en el juicio a la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Durante la primera sesión de la vista, celebrada este lunes, la que era directora de su máster ha reconocido que falsificó el acta, porque la presionaron los otros dos procesados, uno de ellos ya fallecido. El escándalo sobre la falsificación del máster, junto con la difusión de un vídeo de un robo de unas cremas en un supermercado acabaron con la carrera política de Cifuentes en abril del 2018.
La Audiencia Provincial de Madrid ha comenzado este lunes el juicio contra la expresidenta, quien se enfrenta a una petición del fiscal de tres años y tres meses de cárcel por ser la inductora de la falsificación del acta que acredita que acabó el máster y defendió su trabajo de final de máster (TFM) y contra dos trabajadoras de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC). Las otras dos procesadas son María Teresa Feito, exasesora de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid y funcionaria de la URJC, y Cecilia Rosado, directora del Máster en Derecho Autonómico y Local impartido en el curso 2011-2012 por el Instituto de Derecho Público, asociado a esa universidad.
La Fiscalía imputaba a Enrique Álvarez Conde, catedrático de la URJC y exdirector del Instituto de Derecho Público, ser coautor indirecto del delito y le reclamaba por ello tres años y nueve meses de prisión, pero falleció en 2019.
Reconoce la falsificación
Cecilia Rosado, la directora del máster que cursó Cifuentes, ha reconocido que creó un acta falsa, falsificando la firma de otras dos personas, para certificar que la expresidenta madrileña defendió su trabajo de final de máster (TFM) debido a las presiones de otros dos procesados. Rosado ha reconocido que creó un acta "de un hecho que no había ocurrido", certificando que Cifuentes había hecho su TFM y había obtenido un notable, porque fue "presionada" por Álvarez Conde y Teresa Feito.
Rosado ha asegurado que el catedrático Álvarez Conde era "su jefe", su carrera dependía en parte de él, y "no se le podía decir que no sin que tuviera una consecuencia negativa". Álvarez Conde la llamó 24 veces y le envió unos 15 mensajes de texto el día de la rueda de prensa en la que la universidad dio su versión sobre el máster de Cifuentes (el 21 de marzo de 2018) tras saltar la polémica, y le dijo: "Cecilia, esto hay que arreglarlo, no se puede quedar así, porque si no va a tener consecuencias graves a nivel laboral". Le exigió, ha declarado, "componer un tribunal" integrado por ella y otras dos trabajadoras de la universidad: Alicia López y Clara Souto.
"Nos va a matar a hostias"
Sobre Teresa Feito, Rosado ha explicado que Álvarez Conde le dijo que tenía que hablar con ella y lo hizo en varias ocasiones. Primero Feito le dijo que el TFM "tenía que aparecer" y posteriormente que "había que hacer ese trabajo". Feito llegó a decirle: "Si no me la envías Cifuentes nos va a matar a hostias al rector y a nosotras, nos va a cortar la cabeza". Luego Álvarez Conde le propuso que le crease a él un correo de gmail y desde el mismo enviase un correo al rector de la URJC y a otra persona, que le dijeron que era el responsable de comunicación de la universidad, con el acta creada.
Por su parte María Teresa Feito, exasesora de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid y funcionaria de la URJC, ha declarado que tenía una relación "cordial" con Álvarez Conde pero no de amistad. También ha descartado tener relación alguna con Cifuentes. Sí ha admitido conocer a la funcionaria que cambió las notas de Cifuentes a instancias de Pablo Chico para que pudiera recoger el título.
Feito acompañó a la expresidenta madrileña al Rectorado a recoger el título del máster y ha asegurado que "no hubo ningún trabajo". Según su versión, llamó a Cecilia Rosado para que buscara el TFM pero no como una orden. "Reconozco que la pedí que lo buscara porque me dijo Enrique (Álvarez Conde) que estaba".
Nuevas pruebas
Al inicio del juicio el tribunal ha admitido una prueba solicitada por el letrado de Cifuentes, consistente en la aportación de un pendrive en el que se incluye una copia de seguridad de la agenda de Cristina Cifuentes en abril de 2012, cuando aún era delegada del Gobierno en Madrid, y en la testifical del perito que lo ha analizado. También ha aportado un certificado académico de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid que acredita que superó las asignaturas y el TFM del máster.