José Antonio Martín Pallín (La Coruña, 1936) es magistrado emérito del Tribunal Supremo, del que también fue fiscal. Ha jugado todos los papeles, y ahora ejerce de abogado. En la segunda segunda del alto tribunal sue sucedido por el magistrado Manuel Marchena, de quien tiene una muy buena opinión y que considera que está gestionando un conflicto político que no tendría que haber recaído en sus manos. Confiesa que el proceso judicial en sí le está pareciendo muy "aburrido".
La Fiscalía lo tiene muy crudo. El relato real es el que es. No es el que hace la Guardia Civil, sino que es televisado
¿Por qué lo ve "aburrido"?
En el sentido de que todo está clarísimo. El 1 de octubre hubo violencia. Por parte de la policía. Y más bien resistencia por parte de los que querían votar. Pero mucha menos de la que ha habido con los mineros, la naval del Puerto de Santa María y de miles de lugares de España...
Pero no la "violencia" que requiere la rebelión...
Efectivamente.
¿Qué valoración hace de estas cuatro semanas?
En primer lugar, es un juicio que se tendría que haber evitado. Pero como se ha llegado a este extremo, había que celebrarlo. Y dentro de lo que son las formalidades de un juicio oral, se está desarrollando correctamente. Otra cosa es que --y eso demuestra una falta de cultura democrática e incluso deontológica de muchas personas-- se saquen conclusiones de testigos. En Inglaterra sería impensable. Hemos visto cosas realmente grotescas propias de un país de pandereta como el nuestro.
¿Como ve el papel que está jugando la Fiscalía?
Es que la Fiscalía lo tiene muy crudo. El relato real es el que es. No es el que hace la Guardia Civil, sino que es televisado. No hace falta una agenda para saber que se reunían para celebrar un referéndum. Era todo público. El TC, al invalidar la ley del referéndum, habla de una hoja de ruta. No hay nada conspirativo o hecho desde la oscuridad de las cavernas. Es todo una fábula. Me deja perplejo.
Usted fue fiscal...
He sido fiscal durante veinte años... Y además están preguntado de forma capciosa, engañosa. Al presidente del tribunal le tendrían que pagar horas extras, porque está interviniendo más...
A un guardia civil que deja un arma dentro de un coche así le pueden hacer un consejo de guerra
Los interrogatorios merecen un capítulo aparte.
Me parecen inútiles y capciosos. No tienen ningún sentido. El que mejor lo evidencia es la declaración de Jordi Sànchez, cuando se enzarzaron con los coches de la Guardia Civil, el pasillo... Al final, Sànchez los dijo: "Mire usted, si está todo grabado por las cámaras interiores y exteriores". ¿Para qué perder cuatro horas cuando se puede ver? Ojalá yo hubiera tenido en mi época estas posibilidades.
El origen es el relato de la Fiscalía...
Su relato es el de la Guardia Civil. Y elevan lo que es una desobediencia o negativa a someterse a una operación policial a categoría de rebelión. Pero eso ha pasado, pasa y seguirá pasando en España. Si cogemos los chalecos amarillos de Francia... ¡Sería una triple rebelión!
El único elemento de "violencia" que se ha utilizado son los coches de la Guardia Civil y las armas que dejaron dentro.
Me parece muy pobre... Por cierto, lo que no saben es que a un guardia civil que deja un arma dentro de un coche así le pueden hacer un consejo de guerra, si nos ponemos formalistas y exquisitos. No se puede abandonar un arma en aquellas condiciones. Abandonar un arma de guerra es consejo de guerra.
Más allá de la violencia, los mismos acusados han reconocido que la declaración era simbólica.
¡No hace falta que lo reconozcan! El Código Civil, que está vigente desde el final del franquismo, dice que las leyes entran en vigor a partir de su publicación en el boletín oficial. Y la misma Soraya Sáenz de Santamaría reconoció que no se había publicado.
Si cogemos los chalecos amarillos de Francia... ¡Sería una triple rebelión!
¿Entonces no se ha podido probar la rebelión?
El Código Penal, por los términos que utiliza, habla más o menos de la escena de Tejero en el Congreso. Y la diferencia entre "esgrimir" y "usar" también está muy clara: Tejero "esgrimió"; los guardias civiles "utilizaron" y dispararon. Enredar con la "rebelión del siglo XXI"... El derecho penal no admite estas construcciones elípticas. El derecho penal es lo mismo en el siglo XX y en el XXI.
¿Y la sedición?
La sedición podría construirse... Pero por lo que he visto parcialmente de los vídeos de la conselleria de Economía no me lo parece. Ni siquiera desórdenes públicos. Y en todo caso, los agudos observadores nacionales no se han dado cuenta de que, si la hubiera, los únicos autores serían los Jordis. Pero niego que la haya.
¿Y la malversación?
Después de escuchar a Montoro, me parece más forzada. Y eso es una prueba documental: la partida A se hace servir para finalidades Z. Y no he visto que los fiscales hayan exhibido ninguna prueba documental. En todo caso, malversación la hay por alargar este juicio. Lo estamos pagando todos de una forma absurda... ¡Y eso cuesta mucho dinero!
¿Está siendo un juicio político?
Por supuesto. El conflicto de Catalunya es un conflicto político. Y había dos formas de enfrentarlo. Una, que me parecía correcta, que era los recursos ante el Tribunal Constitucional o incluso la aplicación del artículo 155 (que el TC todavía tiene un recurso pendiente). Y la otra, esta.
¿Cómo queda la democracia española en Europa con un juicio de estas características?
En muy mal lugar. Y la prueba es lo que ha pasado con la justicia belga y alemana. No les entra en la cabeza que una actividad parlamentaria y gubernamental, que es nula de pleno derecho constitucionalmente, sea criminalizada. El letrado mayor del Parlament fue muy claro avisando de que no se podía hacer. Y a pesar de eso después ha dicho que no hay rebelión ni sedición.
¿El juicio ha agudizado el retroceso de derechos y libertades? Pienso en la libertad de expresión, cuando las acusaciones se basan en tuits y manifestaciones...
Sí. ¡Pero de eso los catalanes no tienen la exclusiva! [ríe] A Partir de la ley mordaza hay una tendencia a criminalizar la disidencia y la protesta que en cualquier democracia se manifiesta en el derecho a la manifestación, reunión, expresión...
La democracia española queda en muy mal lugar con este juicio político
¿Cómo valora el papel del juez Marchena?
Se ha enfrentado a una situación en la cual ha de lidiar con un juicio muy complejo. Ya no sólo por la materia, que es de un gran calado político, sino por las dimensiones. Son 500 testigos, tres acusaciones... Pero desde el punto de vista de la dirección del debate está haciéndolo bien. Algunas veces necesariamente tiene que pecar de intervencionista. Es inevitable.
¿Entiende que el Supremo haya vetado la presencia de observadores internacionales?
En un juicio de estas características, yo, si hubiera sido el presidente de la sala, no hubiera tenido ningún inconveniente en que se sentaran... Incluso les daría un lugar preferente.
¿En otros casos se ha permitido el acceso?
Yo estuve en el juicio de Segundo Marey (secuestrado por los GAL) y no recuerdo que hubiera observadores internacionales...
¿Por qué cree que se ha obstaculizado?
Quizás por aquello de demostrar que en España se respetan las formas... Es opinable. Pero a mí no me hubiera importado nada.
Y más cuando hay media Europa con un ojo puesto en lo que pase...
Sí. Obviamente no seguirán todo el juicio, pero adquirirá de nuevo una dimensión importante cuando llegue el momento de las pruebas documentales. Y cuando estén los informes finales de las acusaciones y las defensas, y cuando tengan uso de la última palabra.
¿Ha visto alguna vulneración del derecho a la defensa?
De lo que yo haya visto, no...
¿Tampoco la prisión preventiva?
¡Eso es otra cosa! La acordó el juez de instrucción y me parece totalmente fuera de la legalidad.
¿Afecta al derecho a la defensa?
De alguna manera, no es lo mismo preparar la defensa en libertad que hacerlo en la prisión. Eso sí que es cierto.
Usted ha criticado la posición de no responder a Vox...
Desde el primer día he dicho que se trata de un error... Habría sido una mina para demostrar la politización del caso.
¿Pero no es anómala, su presencia?
Hombre, la institución de la acusación popular es única en los sistema procesales de nuestro entorno. Pero creo que se tiene que mantener, excluyendo que los partidos políticos puedan ejercitarla. Determinados colectivos tiene sentido, pero partidos no.
No es lo mismo preparar la defensa en libertad que hacerlo en la cárcel
Usted dice que no tiene sentido alargar este juicio. ¿Cree que ya se podría redactar la sentencia?
Con lo que hay, yo creo que ya se podría redactar.
¿Absolutoria?
Yo ya tengo formada mi convicción. Como mucho hay un delito formal, el de desobediencia, que tiene el precedente del 9-N. Yo no lo comparto, y tres magistrados más del Constitucional tampoco y votaron en contra.
¿Con el relato que ha construido la Fiscalía, y con la posición que ha mantenido durante estas semanas, ve margen para que rebajen los escritos de acusación?
Yo creo que sí. Observadores, de los que discrepo en muchas apreciaciones, también sostienen la tesis que la rebelión se está difuminando.
¿Como ve que el Tribunal Supremo tenga que hacer este trabajo sucio?
Bien, hacen un trabajo que es contrario a la legalidad penal. Por eso tengo la gran incógnita de que, si el Gobierno optó por la vía del 155, quién dio la orden al fiscal general del Estado para poner la querella. Es una incógnita que quizás el día de mañana se sabrá.
¿Tiene alguna sospecha?
No. Me imagino por donde puede venir, pero la cosa es tan grave y de tanta trascendencia... Por cierto, no olvidemos que la Fiscalía considera competente la Audiencia Nacional. El Supremo atrae la competencia de una manera un poco grotesca diciendo que llevaron las urnas de fuera.
Si hoy estuviera en la sala segunda, ¿qué diría usted?
Mi posición es muy clara, y está construida sobre una cierta solvencia jurídica. Y plantearía la cuestión de la desobediencia como único punto de definición.
Después del juicio todo será más complicado...
Por supuesto. Eso le hace un daño irreparable a lo que siempre ha existido desde los tiempos de la República e incluso antes: el conflicto catalán. Ya hablaron de ello Azaña, Ortega, Unamuno... No es nada que se haya inventado el señor Puigdemont. Por cierto, esta prensa nuestra, que es tan peculiar, incluso le considera marxista-leninista. Y resulta que es bastante de derechas [ríe]
¿Qué papel ha tenido esta prensa en todo este relato?
Hombre, no ha contribuido a desactivarlo. Me habría gustado que se siguiera una línea muy crítica, poniendo de relieve las incongruencias e inconsistencias... Al final hay dos millones de catalanes que lo tienen muy claro, y otros que sin ser independentistas se sienten ofendidos por lo que están haciendo con sus representantes políticos.