Probablemente, Mariano Rajoy era el testigo más esperado del juicio del procés. Pero su declaración este miércoles corre el riesgo de ser invalidada, después de que el expresidente español haya metido la pata al evidenciar que ha seguido las testificales de esta mañana, cuando ha declarado la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. La ley de enjuiciamiento criminal establece que los testigos no pueden tener conocimiento de otras declaraciones hasta su propia declaración. Existe posibilidad de invalidación, aunque es poco probable que acabe ocurriendo. El presidente de la sala se ha visto obligado a intervenir.
En una de sus respuestas, Mariano Rajoy ha hecho referencia a "las declaraciones de esta mañana", sin referirse a cuál de ellas, sobre las diferencias entre el referéndum del 1-O y la consulta del 9-N. Eso ha provocado la intervención de Jordi Pina, abogado de Sànchez, Rull y Turull, para aclarar la situación que le ha dejado "perplejo". Le ha preguntado si se ha comunicado con alguno de los testigos o si ha seguido la sesión. "Yo leo los diarios", ha respondido.
Durante su declaración, Rajoy no se ha contradicho con Sáenz de Santamaría, que ha comparecido horas antes en la misma sala.
El artículo 704 de la ley de enjuiciamiento criminal, así como la jurisprudencia, establece que los testigos no pueden comunicarse entre ellos o no informarse de las declaraciones de los otros testigos antes de su propia declaración ante el tribunal.
Al ser preguntado por el presidente de la sala Manuel Marchena ―que le ha recordado lo que establece la LECRIM―, el expresidente español ha salido del paso asegurando que lo ha leído "en los periódicos digitales". El tribunal ha tomado nota de esta circunstancia, que en un extremo podría llevar a la invalidación de su testigo, aunque es poco probable que esto ocurra.