Hasta tres veces Manuel Marchena ha llamado la atención a Josep Rull por entrar a valorar las preguntas impertinentes de la fiscal Consuelo Madrigal.
Es habitual que en un juicio se escuche el "¡protesto, señoría!" de los abogados. En este caso, sin embargo, los acusados políticos hacen de políticos y, a pesar de los nervios inevitables de los momentos previos a la declaración, una vez en el estrado hacen de políticos, se sueltan y y no sólo responden sino que opinan.
I Manuel Marchena, que ayer midió las costillas a la Abogacía del Estado, hoy ha repartido juego también con Rull, a quien ha advertido que si no encuentra pretenientes las preguntas de la fiscal, no responda.
Rull incluso ha llegado a decir a la fiscal que "está haciendo un juicio de intenciones". Eso sí, siempre con una sonrisa y un tono conciliador y un tanto desquiciante, también seguramente por las acusaciones.