Joan Porras es de Manresa, estudiante universitario y se ha hecho conocido porque todas las noches mientras los presos políticos estaban en Lledoners les llamaba uno a uno para desearles buenas noches. Eso hizo que se le conociera con el nombre de Joan Bonanit. Porras ha comparecido esta mañana en el Supremo para explicar la votación del 1-O en el Instituto Pius Quer de Manresa y, por primera vez, ha mostrado su identidad públicamente.
No solo se ha identificado con su nombre, a preguntas de la acusación popular de Vox sobre si pertenecía a ANC o Òmnium, ha explicado que es "socio de Òmnium Cultural, de la ANC, del FCB y de la Peña Azulgrana de Manresa".
El testigo ha explicado que pasó la noche del 1-O en el colegio electoral con su familia; que a las ocho de la mañana apareció un binomio de mossos y, sin embargo, ante la cantidad de gente se marcharon; que a las 11 de la mañana se presentaron furgonetas de policías, que pensaban que eran de la Guardia Civil y que les pegarían, por lo que apartaron a las personas mayores y los niños, pero que eran agentes de los Mossos; que los Mossos hicieron un cordón policial, entraron en su colegio electoral y que se llevaron las urnas. "En ningún momento causaron daños materiales ni físicos. Entraron pasando entre la gente que estaba sentada", ha explicado a preguntas del abogado Jordi Pina.
En respuesta a la fiscal, Consuelo Madrigal, Porras ha explicado que en ningún momento se podía imaginar que una votación fuera ilegal. "Si votar es un delito aquí en este banquillo tendríamos que estar sentados dos millones de catalanes", ha afirmado. Ha explicado que no recordaba si sabía que el TC había declarado ilegal el referéndum y que no sabía si los Mossos tenían una orden del TSJC para requisar el material electoral.
Ha relatado a la abogada del Estado, Rosa María Seoane, que pasaron la noche en el colegio porque era una jornada de celebración y para votar el día siguiente. "Era una jornada de celebración en Catalunya, unas votaciones, la fiesta de la democracia", ha añadido.