La impertinencia de las preguntas se ha convertido este lunes de nuevo en el argumento que ha provocado un encontronazo entre las abogados de las defensas y el presidente de la sala que juzga el procés, Manuel Marchena. Esta vez ha sido el abogado de Jordi Cuixart, Àlex Solà, quien ha hecho saltar chispas en la presidencia del tribunal. No ha sido, sin embargo, el único. También Marina Roig, igualmente miembro del equipo que defiende Cuixart, ha recibido un toque del juez.
Marchena, que esta mañana ya se ha mostrado muy contundente a la hora de marcar el interrogatorio a la cupaire Mireia Boya, ha esgrimido el argumento de la impertinencia para cortar a Solà cuando interrogaba al dirigente de los comuns y teniente de alcalde de Barcelona Jaume Asens. Desde el comienzo del interrogatorio ha ido repartiendo collejas al abogado, exigiendo concreción en las preguntas, pero el chaparrón ha llegado cuando ha preguntado al concejal sobre la implicación de su formación en la convocatoria de movilizaciones del 20-S.
"A ver don Àlex, preguntarle la identificación de su formación política con unos acontecimientos trasciende absolutamente el objetivo del proceso", ha cortado al juez. Ante las protestas del abogado no ha aceptado escuchar ninguna explicación. Si no está de acuerdo formule protesta. Pero la decisión es clara y rotunda. No cabe la posibilidad de que iniciemos un debate sobre la actitud política de cada uno de los partidos en relación a este tema", ha insistido sin permitir más explicaciones del abogado.
Marchena ya dejó claros las primeras jornadas del juicio que la impertinencia sería la línea roja y el argumento que frenaría cualquier movimiento que considerara una salida de guión y no está dispuesto a ceder ni un milímetro en el territorio que ha marcado. De hecho, a medida que avanza el proceso, su actitud se está mostrando cada vez más bronca e intransigente en esta cuestión. Aunque esto le lleve a enfrentarse a los abogados de las defensas. Aunque, como ha pasado esta tarde con el abogado de Cuixart, el letrado denuncie que se estaban vulnerando sus derechos porque el tribunal no le permitía exponer el motivo de la protesta.
La tensión entre Solà y el juez no sólo no ha bajado a lo largo del resto del interrogatorio, sino que ha vuelto a estallar cuando el abogado ha interrogado a Asens sobre si la manifestación del 20-S era un hecho extraordinario. "Le está pidiendo lo que no tiene que narrar un testigo, si es extraordinario o no la convocatoria de la manifestación trasciende el objeto del proceso", ha cortado Marchena. De poco ha servido que Solà argumentara que Asens es teniente de alcalde de Derechos Ciudadanos y, por lo tanto, conocedor privilegiado de las actividades de protesta en las calles de Barcelona.
Tan perjudicada ha quedado la relación entre los dos que cuando Solà ha encarado una pregunta recordando las "limitaciones" de la declaración, en referencia a que el concejal tiene un procedimiento abierto a raíz del apoyo del consistorio al 1-O, Marchena ha interpretado que se refería en los topes que impone en la sala y ha saltado de nuevo: "Le preguntará lo que son preguntas pertinentes!".
Previamente ha sido otra de las abogadas de Cuixart, Marina Roig, quien ha protagonizado un choque con Marchena. En este caso durante el interrogatorio al líder de la UGT en Catalunya, Camil Ros. De hecho, Roig y Marchena ya mantuvieron un enfrentamiento tenso la semana pasada durante la declaración del secretario general de CCOO, Javier Pacheco, y hoy la escena ha sido casi idéntica.
El juez ha reprochado a Roig que "desbordaba el objeto del proceso" cuando pedía valoraciones sobre las razones por las cuales UGT se había adherido al Pacto Nacional pel Referèndum. "Por favor formule otra pregunta. Si no está de acuerdo, proteste", ha reclamado.