La mayor parte de las familias de los presos políticos han tropezado con muchos problemas para acceder al Supremo cuando han llegado juntos, aunque se les había garantizado dos sitios dentro de la sala por cada uno de los procesados.
Después de participar en el acto unitario organizado en el paseo de Recoletos con el president, Quim Torra y el presidente del Parlament, Roger Torrent, las familias se han dirigido directamente al Supremo, pero se les ha cerrado el paso cuando han llegado al primer control y han intentado acceder.
Han buscado otro acceso recorriendo la calle Génova que delimita el Supremo. Tampoco han podido entrar: "Está el aforo completo. Las instrucciones que se me han dado es que sin invitación no se puede entrar. Traéis la invitación?", se les argumentaba.
En el tercer intento han podido constatar que su situación era conocida por los agentes: "Es el tercer lugar por donde intentan entrar, ya se les ha dicho que no pueden entrar, y por aquí tampoco entrarán", les ha argumentado uno de los agentes a los cuales se han dirigido, que ha llegado a quejarse de que se sentía coaccionado ante la insistencia de los familiares.
En este grupo había miembros de las familias de los consellers Jordi Turull, Josep Rull, Quim Forn, de la consellera Dolors Bassa, de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, de l'expresident de l'ANC, Jordi Sánchez. Esposas, marido, hermanos, hijos...
Ha hecho falta la intervención de la jefe de gabinet del presidente Torra, Joan Ramon Casals, y de la abogada de Carme Forcadell, Olga Arderiu, para que pudieran finalmente acceder a la puerta del Supremo visiblemente preocupados.
La situación ha sido denunciada, entre otros, por el diputado Jon Iñarritu.