La declaración del exalcalde de Barcelona Xavier Trias parece que no ha sido una de las que más ha interesado esta mañana del lunes al presidente de la sala del Supremo que juzga el procés, Manuel Marchena. Aunque la intervención del político catalán ha sido muy breve, las señales de impaciencia del juez han resultado pronto visibles y han eclosionado sin ambages cortando de raíz la última respuesta del exalcalde.
De la declaración de Trias se ha encargado uno de sus compañeros de partido, el exconseller y exdiputado Francesc Homs, que forma parte del equipo de las defensas de los acusados del 1-O.
Trias ha dejado clara su proximidad a los procesados explicando que no sólo los conocía y que tenía entre ellos algún amigo, sino que a alguno de ellos le debía "haber ganado la alcaldía de Barcelona". Tampoco ha engañado al exalcalde sobre su opinión en relación a los registros que se produjeron el 20-S, y al "cierto grado de indignación" que le provoca el hecho de que los medios se enteren antes de estas situaciones que los mismos afectados.
A partir de aquí ha explicado cómo vivió los registros en la sede de la CUP -que visitó a pesar de confesar que su relación con la formación anticapitalista no era "siempre excelente" - y en la conselleria de Economía.
El exalcalde ha explicado que el momento de más preocupación ante el departamento de Economía fue cuando supieron que había armas en los vehículos -"alquien lo ha hecho se le caerá un paquete que se quedará sol", ha relatado que pensó-, pero las preguntas de Homs se han dirigido de manera especial a dejar claro si la intención al dirigirse a la conselleria de la Rambla Catalunya era impedir los registros, lo cual Trias ha negado asegurando que el objetivo era apoyar a la gente del departamento.
"Yo sé lo que es que a veces te encuentres en una situación no buscada en que te difaman o que te encuentres en una situación de tratamiento irregular de un tema", ha argumentado el exalcalde que se encontró envuelto en uno de los informes falsos guisados por la policía patriótica del ministerio del Interior que le atribuía cuentas en Suiza que se demostró que eran inexistentes.
A partir de aquí, Trias ha introducido la denuncia ante la forma como se publicitan determinadas acusaciones. "Yo iba a darles mi apoyo total, porque una cosa es que te investiguen, una cosa es..." Pero no ha podido continuar, porque el presidente del tribunal le cortado con absoluta indiferencia de su denuncia. "¿Hay alguna otra pregunta, señor Homs?", ha reclamado Marchena sin tener en cuenta que el exalcalde estaba a media exposición.
Hasta aquí ha llegado la declaración de Trias, dado que ni las defensas ni las acusaciones han hecho más preguntas.
Campana de Seoane y Ortega
La primero sesión de esta semana en el Supremo ha empezado con dos sillas vacías en la bancada de las acusaciones. La abogada del Estado, Rosa María Seoane, y el número dos de Vox y abogado de la acusación popular, Javier Ortega Smith, no estaban en sus sitios.
Ortega, que es candidato a la alcadía de Madrid y se encuentra a punto de adentrarse en la carrera electoral, ya se había ausentado en otras ocasiones del juicio. Incluso, ha llegado a enviar a un sustituto. Cosa que hoy no ha pasado.
Menos habituales son las ausencias de Seoane, que no obstante, la semana pasada ya se saltó parte de la sesión del martes. Fue después de que el presidente del tribunal, Manuel Marchena, cortara en seco su interrogatorio a uno de los votantes del 1-O. Marchena exigió a la abogada del Estado que se centrara en cuestiones de relevancia policial y le advirtió que el tribunal no puede perder tiempo. Seoane, visiblemente contrariada, replicó que las preguntas se hacían con "la mejor intención" y dio por cerrado su interrogatorio.
Esta mañana Seoane y Ortega se han perdido, además de la comparecencia de Trias, la declaración de diferentes Mossos y de uno de los heridos el 1-O. La más sorprendente ha sido la declaración de la jefe de la Brimo de Barcelona, que ha cargado contra la actitud inicial de Jordi Sànchez el 20-S. Era una de los testigos citados por Xavier Melero, abogado de Joaquim Forn, y la declaración ha quedado matizada por su número dos, que ha comparecido acto seguido.