El Supremo ha empezado a escuchar este martes una versión radicalmente diferente sobre la jornada que se vivió el 1-O. Después de un larguísimo rosario de policías y guardias civiles, hoy ha llegado el turno de los votantes del 1-O. Ante el tribunal que juzga el procés han desfilado algunas de las personas que estaban en los colegios electorales y resultaron heridas y alcaldes de poblaciones afectadas por las cargas policiales.

Todos los testigos han coincidido a explicar que estaban en las sedes electorales desde primera hora porque aquella era para mucha gente una jornada muy importante. Todos han admitido que se vieron sorprendidos por el embate policial. "Gente llorando desesperada. Mucha gente con miedo. Se oía gente detrás que llamaba a sus familiares", ha relatado Joan Pau Salvador que estaba en el colegio de la Ràpita: "La gente pedía que no nos pegaran".

"Espontáneamente empezamos a cantar Els Segadores mientras la policía formaba. Entraron por la rampa y en aquel momento, supongo que por miedo, se hizo el silencio", ha relatado Ferran Soler del colegio Castillo de Dosrius.

Emili Gaya de Sant Esteve Sesrovires ha asegurado que a pesar de haber participado en numerosas manifestaciones incluso durante el franquismo "nunca no había visto una formación policial de aquellas características". "Nos quedamos sorprendidos", ha explicado.

Todos ellos han relatado cómo fueron las cargas policiales, los golpes que recibieron y las escenas a que asistieron. "Recuerdo perfectamente el ruido de la porra cuando abrió la cabeza de una persona", ha explicado uno de los testigos. Entre el público, que en buena parte acudía a acompañar y apoyar los testigos, ha habido quien no ha podido contener las lágrimas.

Andreu Van der Eynde / Efe

Mientras interrogaba al último testigo, el abogado Andreu Van der Eynde se ha quedado en silencio y el presidente del tribunal, Manuel Marchena, le ha preguntado si tenía más preguntas. "Estoy pensando", ha replicado el abogado. El juez ha advertido con sonrisa irónica que las preguntas se tienen que "traer pensadas de casa". "Quiero recobrar la serenidad para ejercer la defensa", ha argumentado Van der Eynde. "Pues recupere la serenidad y haga las preguntas", ha cortado Marchena.

No obstante, el repaso de la jornada se lo ha llevado -otra vez- la abogada del Estado, Rosa María Seoane. Mientras preguntaba al testigo Albert Salvadó sobre por qué puerta había entrado los agentes en el colegio electoral. El juez se ha empezado a remover e iba pasando la palma de mano por la frente y los ojos hasta que finalmente ha dejado caer el dedo sobre del micrófono. "Vamos a intentar centrarnos en aspectos de relevancia judicial. No podemos perder más tiempo en averiguar qué puerta estaba abierta o cerrada", ha advertido, además de recordar que el larguísimo listado de testigos previstos para la jornada obliga a no entretenerse.

Rosa María Seoane

"Las preguntas se hacen con la mejor intención", se ha disculpado la abogada del Estado. "Sin duda", ha replicado Marchena. Pero Seoane ha cerrado aquí su interrogatorio con el habitual "pues, no hay más preguntas" al que recurre en estos casos.

Eso ha pasado antes del receso del mediodía, cuando se ha reanudado la sesión de la mañana, Seoane no estaba en su silla. Se ha encargado de hacer las preguntas la abogada del Estado que lo acompaña a Elena Sáenz.